Crisis Rusia-Ucrania: Alimentos están en su nivel más alto en 60 años mundialmente

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BUENOS AIRES.- El conflicto Rusia-Ucrania sumó otro factor perturbador para la economía mundial. Desde mediados de 2021, había comenzado la recuperación de la contracción inducida por la pandemia, pero en este último mes se han agravado las incertidumbres con las fuertes subidas de las materias primas agrícolas, además del petróleo y del gas.
Del mismo modo que con el coronavirus, esta crisis llegó en gran medida en forma inesperada. Lo que está claro es que los precios más altos de los alimentos y la energía, junto con la escasez de suministros, tendrán un costo inmediato para economías de ingresos bajos y medianos.
Muchos de esos países seguían débiles por los efectos de la pandemia. La recuperación que han experimentado las economías avanzadas durante el último año no se trasladó al resto: para 2023, antes del conflicto, se estimaba que los niveles de producción en las economías en desarrollo seguirán estando 4% por debajo de antes de la pandemia, señala a Sputnik el economista argentino Alfredo Zaiat.
La deuda total en estas economías ahora se encuentra en un máximo de 50 años, la inflación está en su punto más alto en 11 años y la mayoría de los bancos centrales han comenzado a subir las tasas de interés en respuesta a las presiones inflacionarias.
EFECTOS ECONÓMICOS
Los impactos del conflicto Rusia-Ucrania a nivel global fluirán a través de tres canales principales:
1.

Los precios más altos de productos básicos como alimentos y energía aumentarán aún más la tasa de inflación, lo que a su vez erosionará los ingresos y afectará la demanda doméstica.

2.

Las economías europeas en particular, y las del resto en general, se enfrentarán a la interrupción del comercio, las cadenas de suministro y las remesas, así como a un aumento histórico en el flujo de refugiados.

3.

La reducción de la confianza empresarial y la mayor incertidumbre de los inversores influyen sobre los precios de los activos, endureciendo las condiciones financieras y posiblemente estimulando la salida de capitales de los mercados emergentes.

Rusia y Ucrania son importantes productores de materias primas y el freno de los envíos ha provocado que los precios mundiales se dispararan al alza, especialmente para el petróleo, el gas natural y los granos.
Así, en el mercado internacional del trigo esos dos países representan el 30% de las exportaciones mundiales.
Rusia también tiene una participación importante en el mercado de la energía y los metales: representa una cuarta parte del mercado del gas natural, el 18% del mercado del carbón, el 14% del mercado del platino y el 11% del petróleo crudo. Una fuerte caída en el suministro de estos productos básicos afectará la construcción, la petroquímica y el transporte.
Además de los efectos globales, los países con exposición directa al comercio, el turismo y las finanzas sentirán presiones adicionales. Las economías que dependen de las importaciones de petróleo verán mayores déficits fiscales y comerciales y más presión inflacionaria, aunque algunos exportadores, como los de Oriente Medio y África, pueden beneficiarse de precios más altos.
Los aumentos más pronunciados de los precios de los alimentos y el combustible pueden generar un mayor riesgo de disturbios en algunas regiones, desde el África subsahariana y América Latina hasta el Cáucaso y Asia Сentral, mientras que es probable que la inseguridad alimentaria aumente aún más en partes de África y Oriente Medio.
A más largo plazo, este conflicto puede alterar fundamentalmente el orden económico y geopolítico mundial si cambia el comercio de energía, se reconfiguran las cadenas de suministro, se fragmentan las redes de pago y los países reconsideran las tenencias de divisas (dólar) de reserva.
La Organización de las Nacionales Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) elabora un índice de precios de los alimentos. Es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos (cereales, aceites vegetales, lácteos, carnes y azúcar) ponderado por las cuotas medias de exportación.
El último reporte marcó, en febrero, un promedio de 140,7 puntos, un 3,9% más que en enero y 20,7% por encima del nivel de hace un año.
Este registro es un nuevo máximo histórico desde 1961, cuando empieza a elaborarse el índice, al superar el pico anterior de febrero de 2011 en 3,1 puntos. Es decir, de acuerdo a la serie de la FAO, nunca antes los precios de los alimentos estuvieron tan altos como ahora. Se ubican en términos reales en la zona de la crisis de 1974/1975 derivada del shock petrolero.
La tendencia inflacionaria global es preocupante porque la prolongación del conflicto Rusia-Ucrania está abriendo las puertas a una crisis alimentaria mundial por precios y cantidades.

Con información de agencias de noticias