Copa América: Así informó El Gráfico: 1939. Perú conquista América

shadow

 

Triunfó el mejor. Desde hace 12 años (1927) se han celebrado en Sudamérica cinco torneos continentales de fútbol, dos en Buenos Aires y tres en Lima. Entraña este enunciado un índice, no sólo de la capacidad económica de Lima, sino también del entusiasmo popular por el fútbol en el Perú. Entusiasmo creador que con los triunfos —algo modestos si se quiere— de Berlín y Bogotá se ha convertido en optimismo y confianza en el propio valer, bases de toda potencia futbolística.

El Perú no es todavía una potencia en el fútbol de Sudamérica, pero ha demostrado que hoy, así en conjunto como individualmente, posee valores superiores a los de Uruguay, Paraguay y Chile, países siempre bien cotizados en el ambiente futbolístico de América. Perú no es aún potencia futbolística, pero ha dado el primer paso para serlo; acaba de obtener un triunfo claro, contundente, sin apremios; los scores logrados no sólo son análogos a los obtenidos por los otros países que antes ganaron la Copa América, sino que rivalizan con los de los más felices triunfos conseguidos por Argentina o Uruguay en las trece veces que se ha disputado el trofeo.

Rendimiento técnico

El torneo de 1939, que no contó con las dos fuerzas más poderosas de América en la actualidad, no dejó mucho que desear en el aspecto técnico del juego. Pasadas las primeras fechas fue dado ver fútbol de calidad, aun cuando ningún equipo constituyó una máquina perfecta. Cabe hacer notar, con todo, que esos conjuntos sin fallas individuales y de líneas perfectas en cohesión y armonía hace un tiempo largo que no se ven en Sudamérica.

Los teams de Perú y Uruguay se acercaron mucho al mejor standard de juego que se ha practicado en este continente, pero sin llegar a igualarlo; el primero por cierta falta de armonía en su delantera y el segundo por fallas en el desplazamiento de su defensa.

La eficiencia de las líneas de ataque —característica del actual fútbol sudamericano— ha quedado evidenciada con los 49 goles marcados en 10 partidos, lo que da un promedio de casi cinco tantos por encuentro.

Actuación conjunta e individual

Perú: Ha sido el cuadro de mayor rendimiento técnico y efectividad. Su defensa fue, sin objeción alguna, la más sólida del campeonato. A. Fernández y Chapell rindieron performances de alta clase, constituyéndose en una pareja que poco o nada tiene que envidiar a las mejores de Sudamérica de los últimos años.

La línea media peruana, lo mismo que la zaga, resultó la mejor de este torneo. Creo que hubiera brillado igual frente a teams que contaran con excelentes halves. Pasache por su labor pareja, siempre eficiente y Castillo por su juego espectacular y efectivo fueron las figuras más destacadas de ese terceto.

En cuanto a la delantera, se caracterizó por la rapidez, empuje, decisión y codicia, cualidades que en fútbol se sintetizan en una palabra: penetración. Sin duda corno consecuencia de esa modalidad le ha faltado armonía, organización minuciosa, aunque no entendimiento, puesto que sus hombres se conocían perfectamente. Jorge Alcalde, Lolo Fernández y Bielich sobresalieron como los mejores forwards del Perú.

En resumen, un arco bien guardado, una defensa sólida, una línea media eficaz en todo sentido y una delantera penetrante y rematadora, aunque sin brillantez. 13 goles a favor y 4 en contra, en 4 partidos, son prueba elocuente de estas cualidades.

(Texto publicado por la revista El Gráfico de Argentina en su edición 1024 del 24 de febrero de 1939)