El Chelsea (Inglaterra) goleó hoy 3-0 al Paris Saint-Germain (Francia) en la final del Campeonato Mundial de Clubes de fútbol. Un doblete de Cole Palmer (minutos 22 y 30) y otro tanto del brasileño Joao Pedro (m.43) dejaron sobre el tapete la inesperada goleada este domingo, y en la segunda mitad nada más ocurrió en el marcador.
El PSG cayó goleado ante el Chelsea y acabó perdiendo las formas, fruto de la frustración del que se había acostumbrado a ganar siempre. Punto final amargo que aun así no debe ser perjuicio para una temporada histórica con cuatro títulos en seis meses.
La guinda ya estaba puesta, pero no es lo mismo despedirse con un título en el bolsillo que con una derrota. Y menuda derrota.
El PSG, que parecía divino e invencible, mostró su humanidad en el peor momento imaginable. Ante un Chelsea desprovisto de complejos, los pupilos del DT Luis Enrique sucumbieron por primera vez después de tres finales impolutas.
Podía ser el quinto trofeo en seis meses mágicos que vieron la transformación del PSG en el mejor equipo del planeta. En un martillo que golpea a sus rivales con virulencia y compás, que se agrupa, arranca y divide para vencer con una velocidad vertiginosa. Cualidades que se desvanecieron cuando Cole Palmer agarró el balón y con su frialdad, que va más allá del personaje, marcó dos veces en ocho minutos. Y para rematar la faena, Joao Pedro marcó el tercero
Un desastre que acabó en alboroto
La doble línea plantada sobre la frontal, con ayudas constantes en el dos contra uno sobre Kvaratskhelia y Doué, neutralizó buena parte del peligro. Marc Cucurella estuvo excelso y se comió a un Ousmane Dembélé al que sencillamente no le llegaron balones. El defensa español captó con muchísima astucia un pase de la muerte del ’14’ en el primer tiempo que era el 1-0.
Incluso Nuno Mendes, fácilmente el mejor lateral zurdo del mundo del momento, fue un problema. Es más, Enzo Maresca insistió en castigar al portugués y por su lado llegaron los dos goles de Cole Palmer. Se tragó el salto con Malo Gusto en el primero y desapareció mientras el inglés avanzaba en solitario hasta la frontal en el segundo.
Acostumbrado a ganarlo todo, al Paris Saint-Germain le salió la frustración. El pataleo del caprichoso que nunca escuchó un «no». Se afeó la final del Mundial de Clubes con una colección de patadas y el tirón de pelo de Joao Neves a Marc Cucurella..
Punto final amargo
La obra de ‘Lucho’ se culminó levantando la UEFA Champions League, eso es así. El 5-0 en el Allianz Arena frente al Inter de Milán es la sublimación de una obra con el sello Luis Enrique, priorizando siempre el conjunto y dándole varias dimensiones. Sabiendo controlar, morder, aguantar y correr con cabeza. Al final, para conquistar Europa y el planeta necesitó bordear la perfección y hallar la versión ‘superprime’ de Ousmane Dembélé.
El discurso del fin de la época de los egos y las superestrellas tiene su parte cierta, pero también su lado falaz. Es ventajista decir que el PSG es mejor sin Kylian Mbappé. Y tampoco se puede hablar del proyecto milmillonario de Catar como si fuese la Caperucita del Mundial. No se reforzó para el torneo en Estados Unidos, gastó menos que otrora para Luis Enrique por el perfil de futbolista que fichó. Pero en enero, cuando el equipo andaba contra las cuerdas en la Liga de Campeones, fichó a Khvicha Kvaratskhelia por 70 millones de euros y echó a volar.
Esa versión excelsa del PSG se mantuvo durante todo el torneo, con la única excepción de un Botafogo que le marcó el camino a seguir a Maresca. Hasta la final, y restando esa derrota contra el ‘Fogao’, el PSG venía de ganar otros cinco partidos con 16 goles a su favor y cero en contra. Pero en cuanto se alejó de ahí, se llevó una bofetada.
El conjunto británico sorprendió al PSG con un arranque valiente, de presión alta y de serio trabajo defensivo, todo lo contrario del once parisino, que dejó moverse con demasiada libertad a Palmer.
Casi de manera idéntica el volante zurdo marcó sus dos goles, a la mano derecha del guardameta rival, y además dio la asistencia a Joao Pedro.
El PSG aspiraba a sumarse al Bayern Múnich alemán y el Barcelona español como los únicos equipos del mundo capaces de alzar seis títulos en una misma campaña, pero se quedó corto
Fuente Besoccer / fotos X