El Municipal que conquistó América

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El fútbol peruano escribió en 1947 una proeza internacional. Un equipo, el Deportivo Municipal, realizó en Colombia, Guatemala, Costa Rica y El Salvador, la gira más importante cumplida por un club nacional hasta entonces. Su gesta marcó un antes y un después para el deporte peruano. Conocido como «La Academia», el equipo demostró que la excelencia era su divisa, y que el balompié nacional podía brillar con luz propia en el extranjero.

El propósito de aquella expedición a Colombia y América del Centro no fue el lucro. Era un acto de nobleza deportiva, un deseo de que su patria y sus sociedades deportivas fueran reconocidas en otros países. A diferencia de la primera delegación peruana de 1926, el Ciclista Lima, que en una gira por Argentina sufrió siete derrotas, la de 1947 fue un ejemplo de disciplina y talento que dejaría al continente sin aliento.

Una exhibición de poderío

El saldo deportivo de la gira fue monumental: quince partidos jugados, catorce ganados y solo uno perdido. Esas cifras no solo miden una victoria, sino la superioridad de un equipo con una técnica elevada y una efectividad arrolladora. El Municipal arrasó en el campo con 62 goles a favor y apenas 9 en contra.

José “Patuto” Arana, ídolo chalaco

El máximo artillero de esa gesta fue Tulio Quiñónez, con 23 goles, pero el éxito fue el resultado del esfuerzo colectivo. Jugadores como Luis Suárez, Maximiliano Neira y Adolfo Cabada también destacaron. La campaña fue tan contundente que otros equipos internacionales, incluido uno de Argentina, no lograron resultados tan imponentes en las mismas canchas. El éxito del Municipal no fue casualidad.

Más allá del marcador

La victoria no se midió solo en goles. La delegación de los «ediles» se ganó la admiración del público que levantaba «olas de admiración y simpatía» a su paso, no solo por su juego, sino por la «corrección de su proceder». Este equipo fue una verdadera «embajada triunfal del fútbol peruano».

La única mancha en un récord casi perfecto fue una derrota ante el Juventud Olímpica Municipal en El Salvador, un tropiezo que no logró opacar una campaña histórica. El equipo regresó a Lima tras cumplir la gira más larga y exitosa que un club peruano haya sostenido en el extranjero hasta ese momento.

El Deportivo Municipal de 1947 no solo jugó fútbol. Sus jugadores forjaron un legado de disciplina, coraje y triunfo que, hasta hoy, casi ochenta años después, sigue resonando como una de las páginas más doradas en la historia del deporte nacional.