La misión Mars Sample Return (MSR) representa un hito sin precedentes en la exploración del espacio profundo. Impulsada por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), esta iniciativa no es solo un viaje de ida, sino el primer intento de traer a la Tierra materiales directamente de otro planeta.
La meta es simple en su concepto pero de una complejidad técnica asombrosa: recuperar las muestras de roca y suelo que el rover Perseverance ha estado recolectando en el cráter Jezero desde febrero de 2021.
El valor de estas muestras es incalculable. Analizarlas en laboratorios terrestres permitirá a los científicos utilizar instrumentos de última generación que son demasiado grandes y potentes para ser enviados a Marte. Este análisis de alta precisión podría responder a una de las preguntas más fundamentales de la humanidad: si la vida existió alguna vez en el Planeta Rojo. Se estima que las muestras podrían contener evidencia de vida microbiana antigua, lo que cambiaría nuestra comprensión del cosmos para siempre.
La misión se ha diseñado en varias fases interconectadas. La primera, que ya está en marcha, es la fase de recolección a cargo del rover Perseverance, que hasta la fecha ha recolectado más de 20 tubos de muestra sellados. Cada tubo es un tesoro geológico que encapsula la historia de la región del cráter Jezero, un antiguo lago y delta fluvial que podría haber sido un entorno habitable hace miles de millones de años.
China publica el mejor mapa global en color real del planeta Marte: 72 metros por píxel
El siguiente paso, crucial para el éxito de la misión, es el lanzamiento del Sample Retrieval Lander y el Mars Ascent Vehicle (MAV). El módulo de aterrizaje, que se espera que aterrice cerca de la ubicación del Perseverance, transportará un pequeño cohete, el MAV, el cual tiene la tarea de lanzar la carga de muestras a la órbita marciana, algo que nunca se ha intentado antes.
Una vez en órbita, el contenedor de muestras será capturado por el Earth Return Orbiter (ERO) de la ESA. Este orbitador, que estará en una órbita elíptica alrededor de Marte, utilizará una serie de sofisticadas maniobras para interceptar el contenedor y asegurar su retorno a la Tierra, marcando la primera vez que un objeto hecho por el hombre regresa de la órbita marciana.
El ERO transportará el contenedor de muestras en un viaje de regreso a la Tierra que se extenderá por varios años. Se espera que la cápsula de reingreso, que es una pieza crítica del programa, aterrice en un área de recuperación en Utah, Estados Unidos, a principios de la década de 2030, completando así una odisea de miles de millones de kilómetros.
Detectan lagos de agua salada bajo el polo sur del planeta Marte
Mas allá de encontrar vida pasada
Aunque la misión MSR se centra en la búsqueda de vida pasada, sus beneficios van mucho más allá. Las muestras proporcionarán información detallada sobre la geología, la atmósfera y el clima de Marte, ayudando a los científicos a preparar futuras misiones humanas. Conocer la composición del suelo marciano, por ejemplo, es vital para planificar la construcción de bases y el uso de recursos in-situ.
El programa Mars Sample Return no solo es una hazaña tecnológica, sino también un ejemplo de colaboración internacional a gran escala. Más de una docena de países participan en esta misión, compartiendo conocimientos y recursos para lograr un objetivo común. Este esfuerzo global nos recuerda que la exploración espacial es una empresa que une a la humanidad, impulsándonos a desvelar los misterios del universo.