El Senado francés rechaza el plan de desescalada de Macron

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PARÍS.- El gobierno de Emmanuel Macron había decidido la prolongación del estado de urgencia sanitaria hasta el 24 de julio, pero el plan ha obtenido un duro revés este lunes al ser rechazado por el Senado de forma ajustada, aunque su consecuencia queda más en lo simbólico ya que el Ejecutivo puede seguir tirando de decreto.

Entre las nuevas medidas que prevén está la cuarentena obligatoria para todas las personas que lleguen a territorio francés desde una zona de circulación de la epidemia, aislamiento que podría prolongarse hasta los 30 días en caso de dar positivo. El Ejecutivo galo especificó que esta medida no afecta a las personas que vengan de otros países de la UE, el espacio Schengen o el Reino Unido.

El partido gubernamental, La República en Marcha (LREM), solo tiene 23 escaños en la Cámara Alta y esa debilidad quedó en evidencia en el resultado final que fue de 81 votos a favor, 89 en contra y 174 abstenciones.

El gobierno no se jugaba su continuidad en esta votación y la agenda de la desescalada tampoco se va a ver afectada, por lo que el rechazo no tiene más impacto político que el de mostrar el desgaste de las autoridades desde el inicio de esta crisis sanitaria que llevó al confinamiento de la población el pasado 17 de marzo.

En la Asamblea Nacional, donde la LREM se impone con 297 de los 577 diputados, esa hoja de ruta sí obtuvo el pasado martes un respaldo mayoritario con 368 votos a favor, 100 en contra y 103 abstenciones.

El presidente, Emmanuel Macron, había subrayado este lunes que la desescalada debe llevarse a cabo con mucha organización, tranquilidad, “pragmatismo y buena voluntad”, y Edouard Philippe profundizó en esa consigna alegando que Francia se encuentra en un “momento crítico”.

“Este momento requiere rigor y paciencia. También suerte, y espero que la tengamos”, dijo el primer ministro a los senadores, ante quienes dejó claro que el confinamiento ha dado sus frutos y estuvo justificado por la urgencia sanitaria, pero debe levantarse porque su coste social, humano y económico “es colosal”.

Francia entra en su última semana de cuarentena estricta rozando las 24.900 muertes por coronavirus y con más de 131.200 casos confirmados. “El éxito de la desescalada se basa en nuestra capacidad para hacer test y aislar a las personas enfermas de COVID-19″, dijo Philippe, cuyo objetivo es poder hacer 700.000 pruebas virológicas por semana a partir del 11 de mayo.

Pese a la apertura entonces de los comercios, no todo cambiará a partir de ese día: la situación de los bares, restaurantes, cines y teatros se revaluará a finales de mayo, y los actos que reúnan a más de 5.000 personas seguirán prohibidos hasta finales de agosto.

El gobierno quiere que el teletrabajo continúe mientras sea posible para favorecer la distancia social, especialmente en los transportes públicos, y uno de los temas más polémicos sigue siendo la reapertura progresiva de las escuelas a partir del 11, aunque la asistencia a las clases sea voluntaria.

En una carta abierta dirigida a Macron este domingo, 329 alcaldes de la región parisina, incluida la alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, pidieron aplazar esa fecha al considerar que el calendario de la desescalada se ha hecho “a marchas forzadas” y no les ha dado tiempo a preparar el protocolo sanitario necesario. EFE