El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano, fallecido en 2015, fue reconocido por sus críticas contra la desigualdad y algunas decisiones políticas tomadas por los dirigentes de Latinoamérica. Difundió su visión crítica del mundo fuera y dentro de sus libros y se convirtió en un referente para los defensores de los DDHH y también para artistas como Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.
“Yo aprendí hace muchos años que la vida consiste en elegir entre indignos e indignados, y yo estoy siempre con los indignados”, dijo Eduardo Galeano en una entrevista en 2013.
Su horror a las dictaduras le llevó a dejar Uruguay en 1973, cuando se produjo el golpe cívico-militar, y tres años después debió abandonar Argentina, donde se había exiliado, por otro golpe.
Sin embargo, estaba convencido de que la dictadura más peligrosa y universal es “la de los amos de las finanzas”.
“Perú humilló a Hitler”
Su obra más conocida, “Las venas abiertas de América”, publicada por primera vez en 1971 y centrada en los abusos que los colonizadores cometieron contra los pueblos originarios de América y del saqueo de recursos que siguió, sigue vendiéndose más de 50 años después, por lo que sus editores la califican como un “long seller”.
Pero cuando las ventas se dispararon de verdad fue en 2009 después de que el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, le regaló el ensayo del uruguayo a su colega de EE.UU., Barack Obama, durante una Cumbre de las Américas.
Su rebeldía abarcaba no solo a la política. El fútbol era una de las pasiones del laureado escritor, hincha del Nacional de Montevideo y admirador de Lionel Messi, el único jugador que le hacía “soñar y amar”, tampoco escapaba a su ojo crítico.
“Hay dictaduras visibles e invisibles. La estructura de poder del fútbol en el mundo es monárquica. Es la monarquía más secreta del mundo”, señaló Galeano en una entrevista a un diario brasileño.
“Las historias vinieron a mí, fueron generosas conmigo. Toc, toc, me golpearon en el hombro y en la espalda y me dijeron: cuéntame, que vale la pena”, resumía uno de los uruguayos más internacionales.
Estas son las mejores frases de Eduardo Galeano recogidas en sus novelas y en sus entrevistas en diversos medios de Latino América:
1. Si me caí, es porque estaba caminando. Y caminar vale la pena, aunque te caigas.
2. Son los árboles que dan frutos los que sufren las pedradas.
3. Para no ser mudos, hay que empezar por no ser sordos
4. Sólo los tontos creen que el silencio es un vacío. No está vacío nunca. Y a veces la mejor manera de comunicarse es callando.
5. Para mí, las únicas certezas dignas de fe son las que desayunan dudas cada mañana.
6. La llamada comunidad internacional ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados se ponen cuando hacen teatro?
7. Quizá el más certero símbolo de la época sea la bomba de neutrones, que respeta las cosas y achicharra a los seres vivos.
8. El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.
9. La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo.
10. La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
11. Yo creo que fuimos nacidos hijos de los días, porque cada día tiene una historia y nosotros somos las historias que vivimos…
12. La palabra política se ha manoseado tanto que significa todo y no significa nada. Entonces desconfío mucho de la etiqueta política.
13. Pobres contra pobres, como de costumbre: la pobreza es una manta demasiado corta, y cada cual tira para su lado.
14. El mundo se divide, sobre todo, entre indignos e indignados, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar…
15. El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza: Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cáncer. Si respira, tendrá contaminación. Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa, tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad.
16. La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.
17. La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá.
18. Los niños pobres son los que más sufren la contradicción entre una cultura que manda a consumir y una realidad que lo prohíbe.