Internet: riesgos y amenazas después de 18 años

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En 2005 fue cuando en España se celebró por primera vez el Día de Internet. Si se retrocede en el tiempo, 18 años atrás, la red era muy diferente a como la conocemos hoy en día. Las conexiones eran lentas, el uso del móvil para navegar era algo reservado sólo a los usuarios avanzados, el comercio electrónico y los servicios digitales todavía estaban en pañales, y las redes sociales aún no ocupaban un lugar prominente en nuestras vidas.

Todos los avances que han ocurrido en estos años han aportado unas enormes oportunidades, pero también le han proporcionado nuevas oportunidades a un tipo muy diferente de usuario: el ciberdelincuente.

Amenazas de ayer y hoy

Muchos de los virus de tipo gusano, que se reproducen y expanden con mucha rapidez, ya habían nacido por entonces y eran capaces de causar grandes daños en muy poco tiempo, aunque la propagación se hacía de forma más rudimentaria, muchas veces a través de disquetes, USB o los sistemas de intercambio de archivos P2P.

En la actualidad, los virus han evolucionado. Prueba de ello son los ataques de tipo ransomware (o secuestro de datos), que infectan los dispositivos y cifran la información o impiden el acceso al sistema -y con los que los cibercriminales extorsionan a sus víctimas a cambio de devolverles ese acceso o no hacer pública esa información-; o las redes de bots, que son un conjunto de dispositivos infectados con un programa malicioso que permite a un ciberdelincuente controlarlos de manera remota para llevar a cabo ataques de denegación de servicio.

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Pero, sin duda, el principal problema de entonces era el spam. Durante 2005 casi el 70 % de todos los correos que se enviaban y recibían eran publicidad no deseada. Y los ciberdelincuentes, que gestionaban esas redes de envío, ya usaban virus que convertían a los ordenadores de sus destinatarios en zombis que replicaban esa misma cadena de envíos sin que sus propietarios fueran conscientes. Y no fue el peor año: en 2009, se estimaba que el 90 % de los correos eran correos basura.

Esos correos spam también se han sofisticado gracias a las técnicas de ingeniería social que emplean esta clase de delincuentes con el fin de manipularnos, y cuyos métodos más comunes son: phishing o correos fraudulentos; smishing o SMS y mensajes en redes sociales maliciosos; o vishing o llamadas malintencionadas.

No te creas todo lo que veas en Internet

Las noticias falsas existen desde siempre, aunque antes eran más rudimentarias. Ahora, las nuevas tecnologías han elevado su sofisticación convirtiéndolas en fake news, cuyas consecuencias pueden ser muy negativas y comprometer nuestra seguridad digital y hasta nuestra salud.

La desinformación está en auge. Su rápida propagación en la era del 5G y el uso de herramientas como la Inteligencia Artificial, que puede usarse para crear imágenes falsas, convierte a este otro frente en uno de los problemas más recurrentes del uso de Internet. Así, parte de las precauciones que hemos de tomar cuando estamos en la red es evitar caer en este tipo de engaños y parar la difusión de bulos. Para ello, es fundamental mantener una actitud crítica y utilizar siempre el sentido común.

Los fraudes online, a la hora de comprar, son otro de los riesgos que antes no existían y que con el paso de los años se han convertido en uno de los principales escollos para el usuario. Por eso, es necesario no bajar nunca la guardia y desconfiar de cualquier oferta o promoción poco realista, como si fuera el mismo spam que se recibía en 2005.

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Cómo defendernos en la nueva Internet

Para disfrutar de los enormes beneficios que brindan las tecnologías digitales, y seguir difundiendo el buen uso de Internet, tenemos que incorporar a nuestras rutinas hábitos cibersaludables, como:

Revisar todos los mensajes que se reciben con espíritu crítico, para evitar caer en engaños.

Usar solo software oficial y mantenerlo actualizado.

Tener cuidado con lo que se comparte en redes sociales.

Hacer copias de seguridad de la información importante.

Prestar especial atención al comprar a través de Internet.

Ante cualquier sospecha de incidente, reportarlo a las autoridades.

Fuente: tynmagazine.com