Poolfarm: startup apuesta por la transformación digital en el sector acuícola en Perú

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La Semana de la Innovación 2023 de Concytec presentó una variedad de inventos que aplican desde la inteligencia artificial hasta el uso de herramientas digitales para proyectos en sectores como la minería, agricultura o acuicultura. De esta última área destaca la empresa Poolfarm, que desarrolla trabajos en transformación digital y servicios integrales con la finalidad de facilitar el trabajo y la productividad de los acuicultores con la automatización y el uso de los datos.

Poolfarm y la tecnología 5.0

César Gastello, ingeniero pesquero, y Adrián Lino, ingeniero de sistemas, lideran esta startup, que ganó el segundo puesto del Concurso Primer Paso 2020 de la Universidad de Lima y que inició un año antes cuando a Sebastián de la Torre Ugarte, fundador del emprendimiento junto a Adrián aunque ya no forma parte del equipo, a raíz de una visita a la playa Punta Mero en Tumbes se le ocurrió vender langostinos, luego de ver la cantidad de langostineras en la región.

Luego de formar un equipo de trabajo, la empresa se centró en el desarrollo de un sistema de software y hardware que automatiza la producción acuícola, así como regula las condiciones de cultivo para que la producción sea óptima.

“Nosotros realizamos transformación digital. Esto lo hacemos tanto en centros de investigación como en centros productivos, pero usando la tecnología 5.0. Nosotros usamos bastante el valor humano porque sabemos que esto es importante, el productor necesita poder involucrarse en esto y verlo como un como un aliado, no como un reemplazo”, señaló Adrián Lino en la charla de Acuicultura Inteligente en la Semana de la Innovación.

La tecnología 5.0 es el avance más actual creado hasta el momento y cuyo propósito es potenciar las industrias con la implementación del internet de las cosas, que básicamente consiste en usar la inteligencia artificial para la colaboración entre maquinas y personas.

A lo largo de los años se han producido bastantes transformaciones digitales. Desde la tecnología 1.0, cuando se creó la energía a vapor, la 2.0, que inició con el descubrimiento de la electricidad, la 3.0 con las TIC (Tecnologías de la información y comunicación) hasta la 4.0.

“La tecnología 4.0 abarca la digitalización y la automatización de procesos, acá vemos los conceptos como la inteligencia artificial, el internet de las cosas, los cuales son bastante útiles para la automatización de procesos tanto a nivel productivo como a nivel ocupacional, pero actualmente estamos en una transición hacia la tecnología 5.0, que es bastante similar a la anterior, pero con la diferencia de que busca tener un perfil más colaborativo, resaltar las habilidades únicas del ser humano con las digitales. Y acá empezamos a ver el concepto de apicultura inteligente”, explicó Lino.

Acuicultura Inteligente

César Gastello explica que la acuicultura inteligente se trata de procesos basados en datos que generan una interacción tecnológica entre la máquina y la persona. Pero, ¿qué es la acuicultura?

La acuicultura es el proceso en el que, mediante actividades técnicas, se crían especies marinas (como peces, moluscos, crustáceos, etc.) en ambientes acuáticos controlados, sean naturales o artificiales, con el objetivo de obtener una producción más abundante a la que se obtendría en condiciones normales para el consumo local o para fines mercantiles.

“La acuicultura está tomando una gran relevancia en la seguridad alimentaria, no solo en el Perú sino también en el mundo. Es el sector de la industria alimentaria que tiene un mayor crecimiento anual actualmente, esa importancia es tal que es responsable de ofrecer prácticamente la mitad del recurso hidrobiológico en el mercado global”, detalló César.

A nivel nacional, el 95% de la producción nacional marina se centra en tres especies: la concha de abanico, la trucha y los langostinos. Sin embargo, en la otra parte quedan emprendimientos que trabajan con una variedad de peces y moluscos.

“Hay otra situación que engloba el otro 5% de nuestra producción y que tiene o que cuenta con un abanico de especies que también producimos en nuestro país: que son la tilapia, el paco empache, la gadita, el buchico, el húngaro, infinidad. Estas especies tienen la particularidad de que muchas de ellas son producidas en zonas un poquito más alejadas, zonas rurales cuya disposición de Internet, disposición de señal es un poco más limitada”, agregó el co-fundador de Poolfarm.

Es en este contexto que César y Adrián se plantearon la pregunta si valía la pena usar tecnologías digitales potentes en una zona en la que probablemente no se pueda aprovechar. Ambos ingenieros llegaron a la conclusión de que existen tecnologías adaptables a las zonas rurales y sin buena conexión a internet.

“Para ocupar un buen proceso de transformación digital hay que tener en cuenta la situación específica del lugar donde se va a trabajar. La mayor cantidad de productores y acuicultores están probablemente dentro de este 5%, nosotros a definir qué podemos implementar, qué herramientas vamos a utilizar, cómo vamos a ayudar a la transición tecnológica a los acuicultores. Posteriormente se evalúa el desarrollo de planeación y ejecución, pero esta ejecución tiene que ser estratégica, una ejecución que se adapte a los cambios, porque un proceso como este presenta diferentes cambios y los requerimientos van evolucionando conforme pasa el tiempo también”.

César resalta que es importante tener en cuenta la adaptación al cambio y los requerimientos que puedan surgir a lo largo del proyecto. Asimismo, el proceso no es lineal, sino cíclico al estar la tecnología en constante cambio, aspecto que debe ser tomado en cuenta para mejorar constantemente.

Retos en la transformación digital

Una de las principales dificultades que Poolfarm ha experimentado es la resistencia al cambio. Debido a que su trabajo es tratar de impulsar mejoras con ayuda de la tecnología para una mayor productividad en zonas remotas, muchos emprendedores en el rubro son reacios al cambio en la rutina de trabajo.

“El primer desafío que nos hemos encontrado es la resistencia al cambio, cuando a un productor le presentas una nueva tecnología, ellos la ven como si fuera una amenaza, ya que ellos han seguido tradiciones por más de 30 años que han venido de su familia o generaciones tras generaciones y cuando le quieres introducir una tecnología lo puede ver como algo que puede dañar su producción”, explica Lino.

Al presentar un proyecto en una zona distanciada, que no cuenta con los mismos recursos tecnológicos que la capital, Poolfarm se plantea qué medidas alternativas tomar.

“Imagínense que estamos en una zona rural donde no hay mucha señal. Yo llego con una tecnología que en Lima y en el norte me funcionó excelente. Tengo mi aplicativo con medidores, sensores, etcétera. Le presento al agricultor mi tecnología y se la doy para que la use. ‘Le va a ahorrar sus cursos, va a ganar más dinero’ y el agricultor se emociona, saca el aplicativo y no hay internet. ¿Qué es lo que genera esta situación? Genera que la primera idea de la persona que va a manejar esto por primera vez sea esto que no funciona, que no se adapta a su necesidad. Y genera automáticamente rechazo”, comentó César.

Para este tipo de situaciones, ambos ingenieros apuestan por tecnologías alternativas que permitan trabajar de manera local, de tal manera que genere conocimiento y confianza en el acuicultor.

Es el caso de Iván Moreno Gutierrez, jefe comercial de Psicifactorías de los Andes (PSICIS) y otro de los expositores de la charla sobre Acuicultura Inteligente, quien comentó que la empresa, a través del Banco Interamericano de Desarrollo, firmó un convenio de cooperación junto a la empresa japonesa Umitron en 2019, por el que empezaron a usar una aplicación que a través de paneles solares usan la inteligencia artificial en sus actividades. 

“Si el proyecto se llega a terminar para poder aplicar la inteligencia artificial en el uso de datos, la máquina podría trabajar de manera autónoma. Saber cuándo el animal desea alimentarse en base a su comportamiento y exhortando la cantidad de alimentos necesarios, haciendo eficiente la entrega. Actualmente la maquina funciona como una persona, la idea es que en la segunda parte del proyecto ya empezar a trabajar información a través de los paneles para que esta máquina empiece a agarrar autonomía de alimentación”, sostuvo Gutierrez en la charla.

PSICIS se dedica a la producción y comercialización de truchas y especies derivadas a países como Suecia, Alemania, Francia, Holanda, Estados Unidos, Canada y Argentina, así como en territorio nacional.

Normalmente los acuicultores conocen el comportamiento de la temperatura y de los ciclos productivos. Sin embargo, Gutierrez revela que la empresa exportadora de trucha usa un software para almacenar datos y generar indicadores productivos, con los que hacer pronósticos para mejorar la producción.

“Nosotros trabajamos con un software, que es el fistón, que nos permite almacenar un montón de datos y que nos van generando indicadores productivos, a los cuales nosotros tenemos que empezar a capturar, analizarlos y generar pronósticos, qué es lo que hemos podido hacer con las dietas que hemos trabajado en el centro de producción, este es un modelamiento en el qe nosotros estamos innovando dentro del sector”, mencionó.

¿Por qué apostar por el cambio tecnológico en la acuicultura?

Actualmente, los productores colocan los sensores dentro del agua, miden los parámetros y registran estos datos de forma manual.

Según Adrián Lino, con el uso del internet de las cosas los acuicultores simplemente colocarían los sensores dentro de los estanques y monitorearían las condiciones del agua en tiempo real, de tal forma que pueden registrar tendencias, así como observar cambios en la producción. Además, analizar los datos permite detectar patrones o anomalías que usualmente no son captados a simple vista.

“Un caso que nos ocurrió cuando viajamos a Tarapoto, visitamos una piscigranja y lo ocurrió fue que, durante esa noche, nosotros llegamos al día siguiente, el productor había perdido el 40% de su producción. ¿Esto porque fue? Por una baja de oxígeno, si hubiéramos tenido un sistema mediante una automatización se hubieran iniciado los aireadores de forma automática durante la noche, esto no hubiera pasado y el productor hubiera tenido toda su producción completa”.

Por otro lado, Lino resalta que es necesario tener todo un sistema integrado para trabajar de manera más sencilla y ordenada.

“Nosotros, al poder monitorear los parámetros del agua, ya podemos hacer lo que es reducción de residuos, optimizamos los recursos, reducimos los residuos y nos mantenemos en conformidad con las legislaciones vigentes como lo es la legislación de aguas residuales”.

Para Gastello, un proceso de transformación digital tiene dos objetivos principales:

  • Generar valor para la misma organización: aumentar los beneficios, reducir los costos, por medio de la implementación de herramientas digitales.
  • Darle valor al cliente final.
Por Jhonatan Sánchez