Rosalí Huamán: conoce al poeta de 92 años que publicó su primer libro en el Amazonas

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Cuando creyó haber encontrado el amor de su vida, Rosalí Huamán Huamán sufrió una terrible traición: la mujer que prometió cuidar su corazón y abrazar su alma hasta que la muerte los separe, decidió romper la confianza que tanto trabajo les había costado formar.

Este episodio en su vida lo llevó a plasmar todas sus emociones en versos que giran en torno a la pasión y el desamor, la alegría y la tristeza.

Después de seis décadas, el escritor de 92 años logró publicar su primer libro: “Sentimiento de mi alma”, gracias a la iniciativa “Miina Apauchin (Mi abuelito). Compartiendo sabidurías a través de la propiedad intelectual”, impulsada por Indecopi y el programa Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, a través de su Unidad Territorial en Amazonas.

“He llegado a la meta, me voy contento de aquí a otro planeta”, rimó el adulto mayor, que alcanzó sus sueños con esfuerzo y perseverancia.

Para el usuario de Pensión 65, todo en la vida es poesía, desde lo más sublime que puede ocurrir en un día lleno de sol, hasta la decepción que puede ocasionar otra persona en nuestros corazones, para convertirse al final en una gran lección.

Ahora, se mostró alegre y motivado por el título que logró sacar gracias al Midis e Indecopi, y su labor para revalorar los conocimientos de los adultos mayores.

Su alumno conserva su legado

Al ser consultado sobre el amor, Rosalí se mostró cauto y reservado, reflejando la profunda pena que aún lleva en el espíritu tras aquella decepción sentimental. Lo que le motiva ahora es el legado que puede dejar en Francisco Rivera, un joven de 14 años, quien decidió aprender las habilidades de Huamán, con el propósito de declamar sus versos.

“Lo quiero mucho, lo tengo como si fuera mi hijo y de seguro va a aprender de mí”, afirmó el poeta, quien recibió el respaldo de Indecopi y Pensión 65.

“A mí me gusta lo que él escribe, una vez me dio un poema para aprenderlo y recitarlo por una festividad de Tingo”, añadió el adolescente, antes de recitar “Mi querido Tingo”, una composición del nonagenario de los versos de oro, quien se quebró en llanto al escuchar su poesía.

Por los años, Rosalí contó que ya no puede redactar como antes, pero tiene sus rimas llenas de emoción en la mente, que los transcribe a papel con más calma que antes.

Rosalí aprovechó la oportunidad para compartir un tierno mensaje con los adultos mayores que quieran cumplir sus objetivos y materializar sus sueños.

“Que sean autores de sus propias vidas, que investiguen y saquen en qué son hábiles, cuál es el don que van a ejercer y que lo prueben”, concluyó el hombre con el corazón de poeta.

 

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