Seis países han alcanzado ya la neutralidad de carbono

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36.800 millones de toneladas. Esa es la cantidad de dióxido de carbono (CO2) que las sociedades humanas emitieron el año 2022 para generar energía. Es un 0,9 % más que el año anterior, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, y muy lejos de lo que necesitamos para evitar los peores efectos del cambio climático.

Si queremos que el calentamiento global no supere la línea de los 1,5 °C respecto a las temperaturas medias del siglo XIX, las emisiones globales deben alcanzar su máximo antes de 2025 para después descender de forma drástica hasta llegar a la neutralidad de carbono en 2050, de acuerdo con las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

El año pasado, en medio de la crisis de combustibles fósiles generada por el conflicto de Ucrania, las emisiones de EE. UU. volvieron a crecer, las de China se mantuvieron estancadas y las de la Unión Europea se redujeron ligeramente (un 2,5 %). La mayoría de las economías emergentes, en especial, las de Asia, crecieron de forma significativa y sus emisiones aumentaron de la mano. Pero hay seis países que se han adelantado al objetivo de neutralidad en 2050 y ya son ‘net zero’. O, al menos, eso es lo que aseguran.

“No existe un proceso de verificación ni una metodología clara para medir si son realmente neutrales en carbono, pero en nuestro caso valoramos sus anuncios a través de tres elementos: el balance de emisiones que contabiliza la ONU, que debe ser negativo, las emisiones declaradas en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) – el plan que tiene cada país para mitigar el cambio climático– y la presencia de recursos importantes de absorción de carbono, como bosques, analizando también hasta qué punto estas absorciones de carbono son o no permanentes”, explica John Lang, Net Zero Tracker Lead de Energy & Climate Intelligence Unit (ECIU), una organización sin ánimo de lucro que analiza los planes de mitigación de países y empresas en todo el mundo.

Estos son los seis países que, según el análisis de ECIU, podemos considerar como neutrales en carbono o ‘net zero’, aunque hay algunas objeciones.

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Bután, agua y bosques en el techo del mundo

Enclavado en la cordillera del Himalaya, el pequeño reino de Bután es, en muchos casos, una excepción a nivel mundial. No mide su desarrollo en función del producto interior bruto (PIB) como la mayoría de las economías del planeta, sino que lo hace a través de la felicidad interior bruta (FIB). De esta manera, ha logrado priorizar objetivos que no son meramente económicos y abandonar actividades que contribuyen a la insostenibilidad ambiental y social a cambio de hacer crecer la economía.

Aun así, Bután es tan dependiente de los combustibles fósiles como la mayoría de países del mundo. Sin embargo, sus extensos bosques, que cubren casi tres cuartas partes del territorio (y de los cuales un 40 % están protegidos), son un inmenso sumidero de carbono que le permite compensar ampliamente sus emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Además, la mayor parte de su energía se genera de forma renovable, principalmente, mediante presas hidroeléctricas.

Comoros

Comoros no ha seguido un camino especial para alcanzar la neutralidad de carbono. Si bien es cierto que ha protegido buena parte de sus bosques, este archipiélago en el océano Índico es uno de los países más pobres del mundo (el 25 % de la población vive en condiciones de pobreza extrema) y el consumo de bienes y recursos es muy bajo. Su economía depende en gran medida de agricultura, ganadería y pesca de subsistencia, actividades que apenas generan emisiones de gases de efecto invernadero.

Benin, neutralidad incierta a largo plazo

Este pequeño, y densamente poblado, país del golfo de Guinea también asegura haber alcanzado la neutralidad de carbono gracias, sobre todo, a sus sumideros naturales de CO2 (sus bosques). Sin embargo, el desarrollo de su economía, basada en el cultivo y la exportación de algodón y anacardos, compromete el estatus de ‘net zero’ a largo plazo. “Haber alcanzado el objetivo no te libra de tener una estrategia de neutralidad para el futuro”, señala John Lang. “A largo plazo, puede crecer la población, aumentar el consumo o deforestarse los bosques, no hay nada que garantice que se mantiene esa neutralidad”, explica.

Gabón, el gran almacén de carbono del planeta

Este país africano está cubierto casi al 90 % por los densos bosques de la cuenca del río Congo, el segundo almacén de carbono más importante del planeta después del Amazonas. En su último NDC, además, el país se ha comprometido a proteger sus selvas para que sigan siendo un sumidero de gases de efecto invernadero a largo plazo. Pero, al mismo tiempo, Gabón es el cuarto mayor productor de petróleo y gas del África subsahariana. Los combustibles fósiles suponen el 39 % de su PIB.

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Camboya, con la vista puesta en el carbón

Al contrario que los casos anteriores, Camboya cuenta con una estrategia muy detallada (presentada el año pasado) para mantener la neutralidad de carbono y asegurarla de forma definitiva a mitad de siglo. Sus grandes desafíos son proteger sus abundantes bosques y reforestar las áreas degradadas mientras sigue desarrollando su economía y transformar su sector energético, que en la actualidad depende en gran medida de la quema de carbón.

Guyana, bajo la sombra del petróleo

Buena parte de Sudamérica está cubierta por bosques espesos, pero en casi ningún país alcanzan el nivel de extensión y densidad que tienen las selvas de Guyana. Además de ser un importante sumidero de carbono, el país cuenta con un plan para reducir un 70 % sus emisiones antes de 2030 y aboga públicamente por la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles y la fijación de un impuesto internacional de carbono. Sin embargo, desde 2019, sus actividades de extracción y exportación de petróleo no han dejado de crecer, con lo que su título de ‘net zero’ está también en entredicho a largo plazo.

El complejo camino del ‘net zero’

“La lista de países ‘net zero’ no es siempre la misma y otros informes añaden a naciones como Surinam o Panamá”, explica John Lang. “En mi opinión, si somos restrictivos, podríamos decir que no existe ningún país en el mundo que haya alcanzado realmente la neutralidad de carbono. Además, no estoy seguro de que las economías desarrolladas puedan extraer muchas lecciones de los países que han declarado ser neutrales en carbono. Todos comparten dos características claves: bajo consumo y grandes sumideros de carbono”.

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Siguiendo las recomendaciones de UN High-Level Expert Group en neutralidad de carbono presentadas durante la COP27, Energy & Climate Intelligence Unit ha diseñado un camino claro, aunque no por ello exento de complejidad, para alcanzar el ‘net zero’ en 2050. Un camino que deberían seguir tanto los países que aseguran haberlo alcanzado como los que no. Este pasa por establecer un compromiso con objetivos de reducción y compensación de emisiones bien definidos y medibles, crear un plan creíble para la descarbonización de la economía o abandonar los combustibles fósiles lo antes posible, entre otras cosas.

“Para los países que afirman haber alcanzado la neutralidad de carbono, es importante tener en cuenta que no tienen vía libre solo porque digan que son ‘net zero’. Es crucial que cuenten con un plan de descarbonización serio”, explica Lang. “Para el resto de los países del mundo, la gran lección que podemos extraer de los países neutrales es la importancia de cuidar de los bosques y los recursos naturales. Debemos protegerlos porque son nuestros grandes almacenes de carbono”, concluye.

Fuente: tynmagazine.com