MADRID España).- La sonda europea Solar Orbiter, que despegó el pasado día 9 para estudiar el Sol, ha enviado las primeras mediciones del magnetómetro, uno de sus diez instrumentos, “confirmando así el buen estado” de este tras el despliegue del mástil en el que se aloja.
Las primeras mediciones se recibieron el pasado 13 de febrero, según informó este lunes la Agencia Espacial Europea (ESA), que realiza la misión con apoyo de la NASA.
Los controladores de tierra del Centro Europeo de Operaciones Espaciales de Darmstadt (Alemania) activaron los dos sensores del magnetómetro 21 horas después del despliegue del mástil y el instrumento registró datos antes, durante y después de ese momento.
El magnetómetro es uno de los instrumentos montados en el mástil para que estén alejados de la actividad eléctrica de la sonda, de forma que no interfiera en sus mediciones.
Solar Orbiter, que tomará las primeras imágenes de las regiones polares del Sol, además de estudiar y tratar de predecir el comportamiento de la estrella y sus efectos en la Tierra, lleva cuatro instrumentos “in situ” para estudiar el ambiente alrededor de la sonda y seis “remotos”, que analizarán el astro.
Hasta finales de abril se seguirán activando “poco a poco” los instrumentos “in situ” y comprobando si funcionan correctamente, indica en la nota el científico de proyecto adjunto de la ESA para la misión Solar Orbiter Yannis Zouganelis.
Para entonces, agrega, “tendremos una idea más clara del rendimiento de los instrumentos y esperamos que a mediados de mayo podamos empezar a recopilar los primeros datos científicos”.
El pasado jueves también se desplegaron con éxito las tres antenas del instrumento RPW, que medirá los campos eléctricos y magnéticos con gran resolución.
Los instrumentos de detección remota, esencialmente telescopios, que tomarán las imágenes más cercanas de la superficie del Sol nunca vistas, entrarán en servicio en los próximos meses.
“Estamos deseando probarlos aún más en junio, cuando Solar Orbiter se vaya acercando al Sol”, que en el momento de mayor cercanía estará a solo 42 millones de kilómetros de la estrella, indica Zouganelis.
La combinación de los dos tipos de instrumentos permitirá, por primera vez, analizar qué pasa alrededor de la sonda y averiguar cuál es su causa en el Sol.
Así intentará dar respuesta a cómo se crea la heliosfera -la burbuja magnetizada que envuelve el Sistema Solar- y a cómo surge y se acelerar el viento solar -una corriente de partículas energéticas (principalmente protones y electrones)-.
Además, estudiará el origen del campo magnético, responsable de toda la actividad del Sol, y cómo todo ello influye en la meteorología espacial que afecta a la Tierra, por ejemplo las tormentas solares, que pueden dañar los satélites y las redes de telecomunicaciones y eléctricas.
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