HOUSTON.- Tras atravesar la atmósfera de Marte a una velocidad de 20 mil kilómetros por hora, la sonda InSight descendió en la superficie del planeta rojo y envió su primera foto de la zona plana denominada Elysium Planitia
Aunque esa área es una de las más aburridas del planeta rojo, era la zona más segura para realizar el aterrizaje. Lleno de polvo, es un territorio llano y sin accidentes geográficos, ideal para evitar contratiempos en el tránsito de InSight.
📸 Wish you were here! @NASAInSight sent home its first photo after #MarsLanding:
InSight’s view is a flat, smooth expanse called Elysium Planitia, but its workspace is below the surface, where it will study Mars’ deep interior. pic.twitter.com/3EU70jXQJw
— NASA (@NASA) November 26, 2018
Como lo habían dicho con anterioridad, llegar al suelo marciano era un verdadero reto. La nave tenía que superar los llamados “Siete minutos de terror”, un lapso en el que debía frenar. La velocidad a la que atravesó la superficie fue cercana a los 20 mil kilómetros por hora.
“La vista de InSight es una extensión lisa y plana llamada Elysium Planitia, pero su espacio de trabajo está debajo de la superficie, donde estudiará el interior profundo de Marte”, fueron las palabras que publicó la Nasa en Twitter, junto con la fotografía.
Our @NASAInSight spacecraft stuck the #MarsLanding!
Its new home is Elysium Planitia, a still, flat region where it’s set to study seismic waves and heat deep below the surface of the Red Planet for a planned two-year mission. Learn more: https://t.co/fIPATUugFo pic.twitter.com/j0hXTjhV6I
— NASA (@NASA) November 26, 2018
Minutos antes, el equipo en la sala de control del Laboratorio de Propulsión de la NASA en Pasadena (California, EE.UU.) había recibido la señal del aterrizaje. Tras escuchar que InSight había tocado la superficie de Marte, celebraron en medio de abrazos y aplausos. En Twitter publicaron un breve video de la celebración:
InSight tuvo un costo de $US 993 millones. Su objetivo será registrar los movimientos y temblores del planeta rojo y recopilar datos que ayuden a descifrar si alberga o no vida.
Para hacerlo cuenta con varios instrumentos entre los que se encuentran un sismómetro que empezará a funcionar dentro de 40 días con la ayuda de un brazo robótico. También está equipado con una herramienta a la que le llaman “topo”. Se trata de un artefacto que puede penetrar hasta 5 metros bajo la superficie para dejar sensores que medirán la temperatura. (ECHA- Agencias)