BERLÍN.- Los sondeos ante los comicios regionales del próximo domingo en Turingia (este de Alemania) apuntan a que La Izquierda se mantendrá como primera fuerza, por delante de la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU) y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
La última encuesta de la televisión pública ZDF pronostica para la formación izquierdista un 28 % de los votos, dos puntos por encima de la conservadora CDU de la canciller alemana, Angela Merkel, y siete más que los que se estiman para la extrema derecha.
A Bodo Ramelow (foto), quien hace cinco años se convirtió en el primer líder de La Izquierda al frente de un gobierno regional, la victoria podría no servirle para reeditar su actual coalición con socialdemócratas y verdes, a los que se pronostica un 9 y un 7 %, respectivamente.
Tampoco se perfila como viable una alianza de gobierno liderada por la CDU, con el Partido Socialdemócrata (SPD), verdes y el Partido Liberal (FDP), fuerza política que podría quedar por debajo del 5 %, umbral mínimo para obtener escaños.
Ramelow, procedente del oeste del país y representante del ala más pragmática de La Izquierda, podría verse abocado así a gobernar en minoría o bajo “tolerancia” de la CDU.
La AfD está excluida en Alemania como socio de coalición, tanto a escala federal como en los “Lánder” (estados federados), y se descarta que se pueda romper esta norma.
Su líder a escala regional, Björn Höcke, representa al ala más radical y cercana al neonazismo del partido ultraderechista.
La extrema derecha, primera fuerza de la oposición en el Bundestag (Parlamento federal) y con escaños en las dieciséis cámaras regionales del país, logra en el este alemán sus mejores resultados, como el 28 % que obtuvo el pasado septiembre en Sajonia y en 24,5 % en Brandeburgo.
Sin embargo, hasta ahora no ha llegado a desbancar de la primera posición a los partidos establecidos.
El objetivo común, tanto del lado conservador como socialdemócrata o izquierdista, es mantenerlos fuera de cualquier coalición.
Ello ha generado en los últimos tiempos tripartitos que unos años atrás se hubieran considerado inviables.
En Brandeburgo, donde el SPD defendió a duras penas la posición de primera fuerza, se alcanzó esta semana un pacto de coalición bajo liderazgo socialdemócrata y con la CDU y los Verdes como socios.
En Sajonia se está negociando un tripartito liderado por la CDU, con el SPD y los Verdes como aliados.
Turingia, con 1,7 millones de electores, cierra el año electoral alemán, marcado por el auge adoptado por la AfD en toda la mitad este del país.
La Izquierda, partido que aglutina el poscomunismo y la disidencia socialdemócrata, capitalizó en los primeros años tras la reunificación alemana (1990) el voto de protesta o nostálgico en esa mitad del país.
En los últimos tiempos ha ido perdiendo electorado, mientras que los Verdes se han convertido en una fuerza ascendente también en esa mitad del país, aunque aún sin la fuerza suficiente para ocupar su espacio.
Turingia es el único “Land” de Alemania donde La Izquierda lidera un gobierno regional.
A Ramelow le avala una buena gestión al frente de su complejo tripartito, lo que le reconocen incluso sus enemigos políticos.
Además, está ahora aupado por el voto útil de quienes temen el ímpetu ultraderechista.
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