El fin de la era clásica

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Habremos visto rodar la pelota en suficientes mundiales como para saber cuándo la historia está a punto de dar un giro. Desde los torneos compactos de 24 equipos hasta la consolidación de los 32, cada expansión trajo su propia narrativa. Pero lo que vivimos en Estados Unidos, con la definición de los grupos para el mastodóntico Mundial de 2026, es harina de otro costal. 48 selecciones. Tres países anfitriones. El fútbol ha entrado oficialmente en su era de gigantismo, y el sorteo de este viernes 5 de diciembre ha sido el primer temblor real de este nuevo sismo futbolístico.

Ver hoy un cuadro con 12 grupos de cuatro equipos requiere un reajuste mental. La fase de grupos ya no es esa trituradora de carne selecta que conocíamos; ahora es una red más amplia, diseñada para la inclusión global pero también para el caos de los dieciseisavos de final. El sorteo de hoy no solo definió rivales, sino que trazó las rutas logísticas de una Copa que será una prueba de resistencia tanto para jugadores como para aficionados, saltando entre husos horarios desde Ciudad de México hasta Toronto y Miami.

⚔️ Los titanes y el inevitable «Grupo de la Muerte» ☠️

Como dicta la tradición, los dioses del fútbol (y las bolillas calientes de la FIFA) nos han regalado ese grupo que nadie quiere ver ni en pintura. Siempre hay uno donde el margen de error es cero. Ver a dos potencias europeas emparejadas con un gigante africano y un sudamericano incómodo en la misma zona es la promesa de drama puro desde el día uno. En este nuevo formato, donde clasificar como tercero podría no ser suficiente consuelo, estos grupos de alta tensión son donde se forjarán las primeras grandes decepciones del torneo.

Por otro lado, la Argentina campeona del mundo y las potencias tradicionales como Brasil, Francia y Alemania parecen haber recibido, a primera vista, caminos «transitables». Pero ojo, la experiencia dice que en un Mundial de 48 equipos, el peligro real no está en la fase de grupos, sino en la complacencia. Con la introducción de la ronda de 32, un mal día contra un rival teóricamente inferior te manda a casa antes de que empiece lo bueno. Los grandes hoy respiran aliviados, pero saben que el torneo es ahora una maratón con más obstáculos que nunca.

Cómo quedaron los doce grupos del Mundial 2026 tras el sorteo de hoy en Washington

🌎 Anfitriones bajo presión y el sueño de las cenicientas

La presión sobre los locales es un capítulo aparte. Estados Unidos, con su «generación dorada» en plena madurez, ha quedado en una posición donde avanzar profundo no es un deseo, es una obligación. México, jugando en su fortaleza del Azteca y estadios que serán sucursales locales en EE.UU., tiene la carga histórica de romper sus propios techos de cristal. Y Canadá, el hermano menor de la organización, buscará demostrar que su crecimiento no fue un espejismo. El sorteo ha sido benévolo en distinto grado para ellos, pero el peso de la localía trina será inmenso.

Lo más refrescante de este sorteo, sin embargo, es ver el mapa mundial realmente representado. La expansión ha abierto las puertas a selecciones de Asia, África y Concacaf que antes lo miraban por TV. Hoy, al ver sus nombres en los bombos, no vemos «relleno», vemos la posibilidad de nuevas historias tipo Marruecos 2022. Este Mundial 2026 será el caldo de cultivo perfecto para que una Cenicienta inesperada se cuele entre los ocho mejores, aprovechando el caos de las rondas de eliminación directa expandidas.

El sorteo de hoy en Estados Unidos ha sido el pistoletazo de salida para el Mundial más grande, complejo y, potencialmente, caótico de la historia. Olvídense de los cálculos sencillos de antaño. La Copa del Mundo 2026 será una bestia indomable, una fiesta de 39 días y 104 partidos que exigirá lo máximo de todos. Las cartas están sobre la mesa; preparen el café, las excusas laborales y el corazón, porque lo que se nos viene encima es un tsunami de fútbol como nunca habíamos presenciado.