Caso Hugo Bustíos: El emotivo discurso de Margarita Patiño

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Con motivo de los 27 años del asesinato del periodista Hugo Bustíos Saavedra, desde este 24 de noviembre hasta el 8 de diciembre estará abierta la muestra fotográfica “Hugo Bustíos, una apuesta por la vida”, que expone el trabajo del periodista, quien retrató en su trabajo el terror vivido en la década de los 80.

En el acto inaugural estuvo presente la familia Hugo Bustíos Patiño, representantes de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), los organizadores y el público en general que asistió a ver la exposición.

Esta muestra ha sido organizada por la Comisión de Derechos Humanos (COMISEDH), con el respaldo de la revista Caretas y la iglesia de los Sagrados Corazones Recoleta, donde es la muestra.

Durante la sesión de apertura de la muestra, la viuda de Hugo Bustíos, Margarita Patiño, pronunció un emotivo discurso que transcribimos a continuación:

Muy buenas tardes a los presentes. No hallo palabras para agradecer su acompañamiento en este día tan importante que marcó la vida de mi familia. Son 27 años del asesinato de mi esposo Hugo Bustíos Saavedra. Se dicen con facilidad 27 años, pero han sido los más duros y de una incansable batalla para encontrar justicia.

Su trabajo fotográfico refleja aquella época de violencia que enlutó miles de hogares. Se hace muy importante no olvidar, pues la mayoría de esas muertes permanecen en la total impunidad. Mientras se mire con indiferencia nuestro dolor, será muy difícil sanar nuestras heridas. Un país sin memoria está condenado a repetir su historia. Por ello, la muerte de miles de peruanos tiene que llamarnos a una profunda reflexión para que este tipo de hechos no se repitan nunca más.

Hugo recibía con frecuencia denuncias de asesinatos, detenciones y desapariciones. La gente más castigada fue la campesina. Era inevitable sentir impotencia, porque prácticamente vivíamos en un lugar sin ley. Por un lado era Sendero Luminoso y por otro lado las fuerzas del orden. Fueron años de barbarie, desolación, llanto y dolor. Las denuncias de fosas comunes o cuerpos que aparecían en carreteras o quebradas eran comunes en aquellos tiempos. Hugo iba con la camioneta de la casa para ayudar a traer los cuerpos de parajes desolados. Muchos eran reconocidos por sus familiares, pero otros no podían ser reconocidos.

Más de una vez lo vi desmoronarse. Convivir con la violencia era muchas veces de valientes. El mayor sueño de Hugo era ver en paz a Huanta. Siempre decía: Me duele ver que mi pueblo se desangre, Maca. No hay razón para tanta muerte. Huanta merece vivir en paz.

Cierro mi intervención con una cita de Hugo: “Tengo la plena confianza en que un día no muy lejano acabará la desesperación, el derramamiento de sangre y el dolor que destroza los corazones…”.

Apostemos por la paz y la vida. La paz exige más valentía y heroísmo que la propia guerra. Y la vida es el regalo más preciado de la Divinidad.

¡Muchas Gracias!

Foto: Renzo Chávez – Crónica Viva