¿Autocensura?… ¡Claro que sí!…

 

Se usaba y,-según veo- ahora ya no se usa, entregar a cada redactor o columnista debutante, un breve “MANUAL DE ESTILO”, en el cual, e planteaba “la línea editorial”, que nos acogía y diversos lineamientos de Manejo del Idioma, precisiones de “objetividad y párrafo corto” y, desde luego, concreciones éticas, acerca de la veracidad y “percepción directa” de hechos y personajes a incluir en la noticia.

Me consta que en nuestro respetable diario “El Comercio”, así como en “La Prensa” y, desde luego en “Última Hora”, se mantenía esta saludable costumbre, heredada de señeros diarios británicos y norteamericanos, a los que tratábamos de imitar, tanto en la diagramación como en los titulares. Estoy hablando de 1960, para los acuciosos.

Aparte de estas sabias normas, un selecto grupo de veteranos y muy respetables periodistas -en mi caso, Don Alfonso Delboy Q.E.P.D.)- nos señalaban una serie de detalles del “tratamiento noticioso”, para ciertas informaciones “policíacas”. Referida a “abusos” o “violaciones”, sufridas por niños o mujeres, a quienes incluso la ley actual, considera “sectores vulnerables” de la sociedad, así como a temas de sexualidad ambigua o pasibles de “observación del derecho a la intimidad”.

Así aprendimos algo que también debe conocer todo periodista: “la autocensura del buen gusto”. Y el respeto a nuestro público.

Recuerdo específicamente, el asesinato de cierto diplomático, victimado por su secretario privado, a quien su defensor legal, Dr. Carlos Enrique Melgar, calificó de “uranista”, en tanto “Última Hora” y este servidor, manejamos el caso con “cuidadosa inteligencia”.

Y estamos hablando de un tabloide más o menos sensacionalista, a cuyos periodistas el público “en general” consideraba, no precisamente monjes de clausura. Sobre todo, después que Monseñor Guevara- si no me equivoco, por entonces, Cardenal Primado de Lima, nos excomulgó por bailar el mambo de Pérez Prado.

Y es que no se trataba -ni debiera tratarse, de cucufatería, ni cosa parecida-. Según nos explicaba Don Alfonso: “un libro, novela, poesía, o de lo que se trate, puede publicar cualquier testimonio u ocurrencia del autor, pues dicho texto, puede ser consultado en las bibliotecas, o comprado en librerías que lo expenden libremente. El periódico es otra cosa. Debe ser un medio de comunicación accesible a todo el que sepa leer y, tener siempre, la hidalguía y la decencia que le permita ingresar a casa y ponerse al alcance de niños y damas”.

– Nosotros convertimos, el caso de “La Bella E Infortunada Haydeé”,-asesinada –al parecer- por su amante, un juez huaracino, en todo un folletín novelesco, que jamás orilló detalles pornográficos o “ de mal gusto”, tan siquiera.

Habíamos aprendido lo que es “el asco moral” y la manera responsable de manejar “El Cuarto poder”.
Emigrados años más tarde, a diversos medios, escritos, radiales o televisivos, llevábamos escuela y por eso, conservamos condición y respetabilidad a todo nivel.

Recuerdo que a cabo de un interrogatorio que me hizo una señora juez, trabajando la querella entablada en mi contra por un ex alcalde que fue a parar a la cárcel, donde se encuentra actualmente, solicité respetosamente hacer uso de la palabra. Y cuando ésta me fue concedida, dije serenamente: “A lo largo de los 58 años en ejercicio de mi amada profesión periodística, NUNCA he ofendido ni difamado a nadie”. Muchas gracias.

Bueno pues, abordando la actualidad periodística, recuerdo con tristeza los largos años de lucha por lograr la dignificación del periodismo y la constitución de un Colegio Profesional que recién logramos durante el segundo gobierno de FBT.

Recuerdo que dicha institución, tenía entre otros- un Tribunal de Ética, que resultó presidido por un honorable redactor de cartas que a veces le publican en ciertos diarios. Un señor que incluso, pretendió ser Decano del Colegio de una profesión que jamás ha ejercido. Bueno pues, aquí tiene una ocasión de oro, para demostrar que algo entiende de lo que pretende. Estaré esperando su pronunciamiento. “Así es la nuez”, pues según dicen y resulta explicable, porqué dicha Orden profesional, no se pronuncia, ante los disparates de un personaje,-de cuyo real talento, he empezado a dudar, ya que tino, no tiene-, el mismo que proclama no solo el derecho a gritar su homosexualidad, sino a proponerla como una suerte de norma vivencial, que se estaría expresando en reciente marcha de subgéneros. Los detalles y precisiones de homosexualidad de ambas esquinas, que presenta en su columna, debiera reservarlos para cuando escriba sus “Memorias de un Marica Incomprendido”. – De seguro dicho asunto se convertirá en “Best Seller”, pero no creo que deba ser tema de una columna periodística.

Y ahora, una dama a quien siempre he admirado profesionalmente, acaba de asumir la dirección de un bien logrado diario -que era mi favorito hasta ayer- .Ella, parece haber “descubierto la pólvora” del tiraje astronómico, contratando a Jaime Baily -otro talentoso desatinado del mundo rosa-. Lamentable, apreciada colega. Seguramente, hará coincidir su llegada a la Dirección con cierta elevación en las ventas… pero el precio a pagar, en “peso y prestigio”, será inolvidable para su carrera. Digo, en caso de que, le importe su futuro cercano. Además, quisiera ver cómo le hace, para manejar a “dos estrellas en el mismo firmamento”. Va a ser, no una olla de grillos… sino un bataclán de mariposas.

 

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