Carlos Bustos, sin margen de equivocarse

 

Alianza Lima tiene un estilo que no se le puede cambiar de la noche a la mañana. Está en el ADN de su pícaro juego, enjundioso y de arabescos que lo identifica y lo hace diferente al resto.

El entrenador que llegue al camarín aliancista tiene que acoplarse de inmediato para ganarse al jugador y en ese matrimonio alcanzar las metas trazadas. No hay otra.

Los entrenadores que respetaron el estilo aliancista tuvieron el éxito asegurado en la amplitud del comportamiento que aterrice en una feliz convivencia. Así, Gustavo Costas alcanzó la satisfacción de los títulos.

Pablo Bengoechea en el lado opuesto de la picardía presionó para que el disciplinado juego charrúa se imponga y alcanzo el título con trazos de buen juego con la complicidad del alma noble de sus jugadores que se rebeló en el camino.

Se ve claro que el chileno Mario Salas entró al camarín equivocado. De hecho dirigir a Sporting Cristal no era lo mismo que conducir en Matute a un grupo de jugadores muy sueltos de hacer correrías inspiradoras antes de la religiosa  obediencia al rigor de la pizarra.

El ‘Comandante’ no entendió nunca el juego aliancista, quiso imponer su idea y al colisionar con otra forma de entender el fútbol, salió trasquilado pese a que llegó por lana alquilada.

El capricho del Fondo Blanquiazul de mantener a Salas tuvo un alto costo, Alianza Lima perdió la categoría con una buena porción de culpa del chileno y otro tanto de quemaduras graves por parte de Daniel Ahmed.

De ese modo Alianza Lima se fue a la Liga 2 siendo tan fácil conservar la categoría si se respetaba lo que indica la historia aliancista. Ahora lloran en Matute, recurren a todo lo legal para que se castigue al rival que lo superó (Carlos Stein) y aunque lo ilegal sería que se meta por la ventana.

Es el turno de Carlos Bustos que llega a La Victoria entre una marejada de críticas porque nadie está conforme, las voces pedían a un referente Pepe Soto o el Pulpo Jayo.

Waldir Sáenz el goleador histórico de los aliancistas es el más severo crítico de Carlos Bustos. No le parece que sea el entrenador idóneo que construya la vía del retorno a la Liga 1.

Carlos Bustos todavía no entró a la cancha y ya está con el score en contra. Le toca revertir este mal resultado madrugador y acaso su experiencia de haber hecho retornar  los Dorados de México a primera división, sea su mejor carta bajo la manga.

Habrá que esperar, la Liga 2 todavía está algo lejos. Los que saben y conocen el hecho de haber jugado en el infierno de la Segunda División saben lo que es calcinarse y conocen también el mejor remedio para apagar el incendio.

 

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