De final en final…

 

Si el pasado sábado con más de 80 mil aficionados presentes en estadio Monumental para ver la única final de la Copa Libertadores, entre Flamengo y River no hubo incidente alguno, para este domingo cuando se enfrenten delante de 35 mil hinchas -que es la capacidad máxima del coloso de Matute-  los 22 futbolistas de Alianza Lima y Sporting Cristal, las autoridades policiales y todo lo que englobe seguridad, se espera que todo transcurra sin problemas. A estas alturas de la semana el interés por este partido de ida (el de vuelta es el martes en el Estadio Nacional) es único aún cuando el fútbol de hoy ya no es de un jugador personal porque la consigna es de ganar en equipo como siempre lo pregonó aquél famoso entrenador italiano Helenio Herrera, el popular HH, el que trajo la pizarra al fútbol y el que siempre decía que para alcanzar la gloria habrá que esforzarse. Nada es fácil.

Esta recta final del cuadro de La Victoria resume lo que fue la campaña a la largo del año. Sufrida, sin sobrarle nada, pero poniendo lo necesario para lograr el objetivo final: anotar más goles que el rival. El equipo de Pablo Bengoechea no pierde desde el 29 de septiembre, cuando cayó 1-0 ante Universitario (en ese momento líder único) y quedó a 5 puntos del primer lugar. Lo que vino después fue una acumulación de factores que, entre otras cosas, integró un mal planteamiento defensivo y fragilidad a la hora del retroceso post-pérdida de balón; pero compensado con mucha agresividad ofensiva y el vuelvo de mucha gente en ataque. Bengoechea encontró en el 4-4-2 con doble punta un sistema que le funcionó y que le permitió explotar todo el poderío ofensivo de sus dirigidos. A los dos delanteros se sumaban siempre como opción de pase Felipe Rodríguez y Kevin Quevedo, tal vez la figura de este 2019. Todo esto sumado a un gran manejo de grupo del uruguayo, que convenció a sus jugadores de la idea de juego y supo sacar lo mejor de cada uno, manteniendo siempre al grupo unido por un mismo objetivo. Ojo que esto no es tarea fácil cuando es necesario dejar en la banca a experimentados como Rinaldo Cruzado, Luis Ramírez o el mismo Leao Butrón. Mérito en ese sentido de Bengoechea al que ya sus mandos directices desde ahora declaran que continuará en sus filas el año que viene y que ya  lo tenemos encvima.

El cuadro íntimo es tal vez el semifinalista que parte con la mayor ventaja desde el lado anímico, ya que ha tenido que remar para ganarse un lugar en la semifinal. Su rival de turno, en cambio, se clasificó a esta instancia por ser el mejor en la tabla acumulada. Sporting Cristal supo equilibrar la experiencia de Carlos Lobatón, Jorge Cazulo, Horacio Calcaterra, entre otros, con caras jóvenes como Martín Távara, Gianfranco Chávez, Kevin Sandoval, Brandon Palacios, Christofer Olivares entre otros. El equipo dirigido por Manuel Barreto se reinventó luego de la salida de Claudio Vivas y encontró equilibrio defensivo. Es cierto que a los celestes les ha costado mucho finalizar las jugadas, que se ha caracterizado por elaborar bien y de manera ordenada pero sin embargo, sufre mucho para lograr anotar. De hecho, su goleador Enmanuekl Herrera estuvo lesionado desde abril, aunque es casi seguro que regrese para la semifinal del domingo. Además -y, hay que decirlo- Cristal sufre mucho cuando los rivales le plantean un juego directo, especialmente por el lado derecho. Creo que le está costando encontrar el enlace entre la primera línea de volantes y los hombres de ataque. Barreto ha optado por recurrir a Cazulo y, por momentos a Lobatón, sin embargo, el ritmo y la exigencia física de los partidos hacen que el propio Cazulo tenga que trasladar mucho el balón, y al no ser ésta su mayor virtud, muchas veces ha perdido pelotas importantes. Por otro lado, ‘Loba’ cumple hoy un rol distinto. Es más lanzador y el sistema que plantea Barreto obliga a Cristal a agruparse más, siendo el pelotazo un recurso poco útil.

Sin duda, se nos viene una definición de infarto, con emociones a flor de piel. Nos acercamos a las instancias definitorias del torneo. Este domingo 1º de diciembre se abren las semifinales en el estadio de Matute a partir de las 3:30. Se espera un lleno total, y desde ya hay una buena noticia: los partidos se jugarán con ambas hinchadas. Mérito de ambas directivas para ponerse de acuerdo y demostrar que sí es posible que la fiesta regrese a la tribuna. Ya vieron lo que pasó con las ninchadas  de ´Fla’ y de River. Tal vez aún no con instrumentos, pero ya es un paso grande que se juegue con la presencia de ellos desde las tribunas cantando unos el “Arriba Alianza” y otros “La fuerza vencedora”. Veremos qué equipo es capaz de sobreponerse. Que triunfe la fiesta y que todos los aficiondos al fútbol veamos un espectáculo que esté a la altura de una semifinal de torneo.

Tanto Bengochea como Barreto han dejado listos sus planteles. El uruguayo siempre con su típica táctica derl 4-4-2 con Balboa y Rodiguez como delanteros cuñas mientras que Barreto, un poco más osado -total, los partidos se ganan con goles- recurrirá al 4-3-3 con Palacios, Herrera (Pacheco) y Gonzales como el tridente de esperanza de gol. Y ya que aquí, en este último párrafo, escribo de números y sistemas, por simple curiosidad busqué una de las tantas frases que dejó en vida ese fenómeno de entrenador que fue Helenio Herrera y le encontré esta:  “El 4-2-4 o cualquier otro que se quiera aplicar, como todos los métodos, si se realiza de modo riguroso, es una estupidez ¿por qué se quiere a toda costa sistematizar el fútbol? La manera de jugar de un equipo debe concebirla el técnico considerando la personalidad de sus jugadores”. A ver, si Bengoechea o Barreto aciertan en concebir lo que dijo HH.

 

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