Desbloqueo

 

La política nacional está bloqueada, Más allá de los arrestos de PPK que revelan su poca conciencia de su situación y de la sonrisa de la primera ministra, el Gobierno está empantanado por las fallas de autoridad moral evidenciadas por el negociado del indulto a Alberto Fujimori y por las sospechas que lo afectan como preludio de las declaraciones de Jorge Barata que a fines de febrero develarán culpas y distribuirán responsabilidades con consecuencias imprevisibles.

No solo PPK, los principales líderes de la oposición están en salmuera. Pero el presidente que acaba de escapar a la vacancia acumula elementos de sospecha y desconfianza. Keiko Fujimori y Alan García también esperan escapar al huracán Odebrecht. Mientras tanto el presidente se muestra reacio a la renuncia en favor de Martín Vizcarra y con confianza poco explicable -después de lo reconocido como manejo personal y empresarial con la mega empresa corruptora- pretende revitalizar su gobierno, apuesta a la gobernabilidad y a la definición de un rumbo del cual ha carecido hasta ahora.

Lo peor sería que Barata lo incrimine al punto de obligarlo a renunciar. Nadie mejor que él para saber si es ahora el momento de irse y de negociar con Martín Vizcarra un tiempo restante con posibilidades de reformar el sistema electoral para el surgimiento de nuevos partidos y el perfeccionamiento de la representación política tan criticada y venida a menos.

Kuczynski debe manejar la decepción en que se ha convertido. Llegó como un gran tecnócrata con mucho de eficiencia y honradez. La ilusión de su sensibilidad social y de su capacidad se fue. Nada o muy poco ha quedado de las simpatías que lo rodearon y hoy debe apostar a tender puentes, construir legitimidad y eliminar confrontaciones innecesarias que pondrían en evidencia esa preocupante precariedad que está bloqueando el avance del país.

 

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