Disidentes guerrilleros en busca de la “nueva guerra”

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Conforme se avanza hacia la dejación total de las armas en las FARC, los disidentes guerrilleros del Frente Primero y Séptimo  intensifican sus ataques armados, con militares muertos y heridos, sembrando la incertidumbre en los municipios del sur del Meta y Guaviare.

 A la extorsión que se viene incrementando peligrosamente se  suma la velada advertencia de que ninguna autoridad o funcionario debe desarrollar trabajo de campo porque  de lo contrario serían declarados objetivo militar por parte de las disidencias de las Farc.

https://www.youtube.com/watch?v=QY77HfdZSqM

Ante la magnitud del atentado perpetrado el último sábado en un centro comercial de Bogotá, que dejó tres mujeres muertas, entre ellas una ciudadana francesa, y otros nueve heridos, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, señaló que “un ataque como este, un artefacto explosivo en un baño de mujeres, es un acto vil, cruel, cobarde y no vamos a descansar hasta capturar a los responsables

Ellos saben perfectamente lo que tenemos que hacer para responder a esos actos terroristas, los colombianos también tenemos un talante de no permitir que el terrorismo nos vaya a amedrentar“, subrayó Santos, quien pidió al país “unidad”.

Por su parte el ministro del Interior, Guillermo Rivera, el vicepresidente, Ósca Naranjo, el comandante de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez declaró: Quisiera decirle a los colombianos, pero sobre todo a los bogotanos: la mejor respuesta a este terrorismo cobarde es no dejarse amilanar. Mañana es el Día del Padre, a los bogotanos les digo y a los colombianos celebren normalmente el Día del Padre en sus familias, los terroristas no van a cambiar nuestro proceder.

Sin embargo el fantasma de la disidencia guerrillera se sigue tratando con pinzas, incluso como un problema menor,  para no menoscabar los innegables avances hacia el proceso de paz con las FARC, torpedeado día y noche por el ultraderechista Centro Democrático que encabeza el expresidente Álvaro Uribe, cuyo hermano ha sido involucrado con los delitos perpetrados por los militares.

Foto en Twitter@demokrato

Durante el pasado XXV Congreso de la Internacional Socialista que se desarrolló en Cartagena el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo trató de colocar paños fríos al tema y anunció que la cantidad de disidentes de las FARC tras el acuerdo de paz entre el Gobierno y esa guerrilla no llega a dos por ciento, lo que significa que son menos de 200 combatientes.

De acuerdo con Cristo, esa cifra es mínima si se tiene en cuenta que cerca de 7.000 guerrilleros se encuentran concentrados para dejar las armas y regresar a la vida civil, y es también mucho menor que la prevista por la oposición, que señalaba que la disidencia sería de entre el 50 y el 60 por ciento.

https://www.youtube.com/watch?v=2_ku6-2FKVI

Paralelamente algunos analistas advertían  con preocupación la reconfiguración de actores armados en terreno y llamó la atención sobre la continuación de conflicto con otros actores armados: un sector del Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidentes de las FARC, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y el Ejército Popular de Liberación (EPL).

Las montañas guerrilleras

Los atentados no serían actos aislados sino parte de una estrategia en “las  montañas guerrilleras” señala un comunicado conjunto suscrito por los dirigentes disidentes del Frente 1, Frente 5, Frente 3, Frente 10, Frente 32, Frente 34, Frente 43, Frente 57, Frente 58, Milicias Bolivarianas de Bogotá, Milicias Bolivarianas de Medellín, Milicias Bolivarianas de Cali, Milicias Bolivarianas de Barranquilla, Milicias Bolivarianas del Meta, Milicias Bolivarianas del Vichada, Milicias Bolivarianas del Putumayo, Columna Daniel Arana.

No se trata, pues, de abordar el problema de la disidencia guerrillera como un problema mínimo sino por la presencia activa por milicias que, aparte de los que  fueron reclutados por el narcotráfico,anuncian una nueva plataforma para sustentar su apoyo a la lucha armada  y que reproducimos en parte:

Quienes suscribimos este saludo, somos todos aquello guerrilleros de las bases y mandos medios, traicionados por un Secretariado, que a espaldas de toda la guerrillerada ha pactado con nuestro enemigo de clases, con quienes nos hemos enfrentado por espacio de 52 años, bajo la dirección del camarada Manuel Marulanda Vélez y el camarada Alfonzo Cano, uno muerto de causa natural, a los 80 años (67 años de vida guerrillera) sin claudicar un centímetro al enemigo, y el otro cazado en un inmenso operativo de 6 mil soldados, pero no cedió ante sus asesinos y murió de pie, como mueren los auténticos hijos del pueblo”, señala el documento.

Asimismo realiza un análisis de lo que considera cómo se teje esta traición, por parte de un Secretariado ajeno y alejado de la base guerrillera.

Ha de extrañar que después de todas estas bajas importantes para el movimiento, y nombrado Comandante en Jefe Timoleon Giménez, comienza una meteórica y rápidas conversaciones de Paz, a espalda de la base guerrillera, y de pronto nos vemos sorprendidos con unas conversaciones que, los mandos llegan a informar desde La Habana y no a consultar (como han declarado los miembros designados para las conversaciones), donde se les impuso a todo el colectivo combatiente, condiciones nunca discutidas”, afirman los disidentes.

“En lo que va de proceso de paz la represión hacia los sectores revolucionarios y progresistas no ha parado. Las cifras hablan por sí solas. De los 117 líderes sociales asesinados en 2016 en Colombia, 57 de ellos, es decir, el 66 por ciento, murieron en el suroeste colombiano (Nariño 9, Cauca 43 y Valle 5). Y según un ranking elaborado por la ONG Somos Defensores, de los cinco departamentos con mayores homicidios de líderes, tres son del suroccidente: Nariño, Cauca y Valle del Cauca. Esa tendencia parece confirmada en el primer trimestre de 2017, pues de los 34 líderes asesinados en el país, 13 lo fueron en el suroeste y siete en Cauca”.

Siempre hemos tenido claro que la guerrilla no es la causa de la guerra, sino la consecuencia de ella.

Ahora, todo combatiente que se niegue a aceptar la “lLa Paz” del enemigo, somos llamados, “traficantes de drogas”, “delincuentes que lo hacen a nombre de la revolución”, hasta llegar a decir que nos hemos aliado con los paramilitares para llevar adelante el negocio de la droga”.

Todo lo anterior expresado es el precio, por no aceptar esta paz romana, impuesta por el gobierno y los mandos (vaya a saber si han sido comprados).Ahora somos vilipendiados por la prensa, el gobierno y por nuestros propios ex compañeros que se han dado a la tarea de delatarnos y combatirnos.Sepa el mundo que nos mantenemos en la lucha, y que el objetivo para nosotros, es alcanzar el socialismo, por la única alternativa realmente Revolucionaria, las armas en las manos.

El factor Gentil Duarte

En septiembre de 2016, en las sabanas del Yarí (Caquetá), durante la Décima Conferencia de las Farc, donde la guerrilla refrendó los acuerdos de La Habana a los que llegó con el Gobierno, Gentil Duarte habló, quizás por última vez ante un micrófono, de unión fariana y participación.

Miguel Botache Santillán, su verdadero nombre, llevaba cerca de treinta años de militancia en las Farc. Allí fue recordado por sus camaradas y por sus enemigos por su capacidad organizativa y de combate.

Sus mayores éxitos en la vida guerrillera se dieron en el Frente Séptimo de las Farc, con el que llegó a tener control político, social y económico en el sur del Meta y el Guaviare.

Este frente se caracterizó por ser uno de los más grandes, con mayores recursos financieros, producto, principalmente, de los impuestos al negocio del narcotráfico y a las extorsiones, y por su influencia social y trabajo con la comunidad en un área del país con muy poca presencia estatal.

Razones por las cuales Duarte siempre ha tenido una fuerte influencia en los frentes Primero, 42 y el llamado Tabaco, que operan en Guaviare, Vaupés, Vichada y Meta.

Con esa certeza, dos meses antes de la Décima Conferencia de las Farc, a comienzos de julio de 2016, Duarte fue encomendado por la Dirección Nacional de la guerrilla en una tarea temeraria: volver al Guaviare, después de hacer parte de la delegación de paz que estuvo en La Habana en 2013, a comandar y encarrilar al Frente Primero de las Farc, Armando Ríos, que unos días antes declaró públicamente su negativa a desmovilizarse e invitó a otros guerrilleros a sumarse a la lucha “por la toma del poder”, al mando de Néstor Gregorio Vera o Iván Mordisco.

Este último es un reconocido explosivista y experto en inteligencia de combate con más de 20 años en las Farc, que siempre perteneció al Frente Primero. Entre sus características tiene una cicatriz en el cuello que explica su apodo de guerra y la ausencia de un ojo, que perdió por una bacteria y no en un combate.

A comienzos de diciembre de 2016, justo cuando se daba la concentración de tropas de las Farc en las zonas veredales para la dejación de armas y el inicio del proceso de reintegración, el grupo hizo pública su decisión de separar de sus filas a Gentil Duarte y a cuatro los jefes disidentes: Euclides Mora, John Cuarenta, Giovanny Chuspas y Julián Chollo.

El disidente delas FARC  Miguel Botache Santillán, “Gentil Duarte” anuncia una nueva estrategia militar “desde las montañas guerrilleras”

Ese diciembre en el Guaviare, sobre todo en el sur del departamento, en las veredas y corregimientos empezaron a circular cartillas de la “resistencia” del Frente Primero, cargadas de propaganda y con la foto a color de Gentil Duarte, armado.

En ésta se lee una treintena de “causas para seguir en pie de lucha” y en torno a Duarte señalan que habría retomado las armas con reservas de municiones, caletas de armas, dinero y más de dos toneladas de explosivos de la organización mientras la población  en el Guaviare, en municipios como Calamar y El Retorno, tiene un código de silencio en este siniestro secreto a voces.

 

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