El cuento de los “filósofos”

 

Según se sabe -o quizás se supone- el muy sabio y magistral filósofo Sócrates, solía aconsejar -como primer número del programa, a quienes deseaban “filosofar” la propia vida- una sencilla y eficiente fórmula que a lo largo de los siglos, se ha sintetizado así: “Conócete a tí mismo”, sin embargo, modestamente yo, (y no sé ustedes), encuentro una cachimbera contradicción, en otra monserga socrática, según la cual: “Cuando el hombre se casa con una mujer buena, será feliz. Y si lo hace con una mujer mala, será filósofo”.- Y claro, él tenía cómo saberlo, ya que estaba casado con una aterradora arpía, que aparte de insultarlo gravemente, solía aventarle por la mitra, cualquier elemento pesado que tuviera a mano, mientras se burlaba cruelmente de la condición de sabio que sus discípulos justamente reconocían a tan importante personaje.

Y para muestra,  botón de  chaquetilla, como diría un torero.

Esperaban los estudiosos ad portas al maestro, mientras éste sobrevivía a uno de los furiosos ataques de su temible cónyuge.

Finalmente, apareció el ilustre profe, huyendo a medias de los más gruesos calificativos, sólo para recibir -por la espalda y sin aviso- un grosero baño de aguas no consagradas, que le disparó  como despedida, “la dueña de sus afectos”.

-Y entonces, el maestro, -filósofo con toda la barba- explicó a los muchachones que asistían a tan triste espectáculo: “Después de la tempestad… viene la lluvia”.- Bueno pues, pero así como le iba en el matri, parece que a Sócrates le fue en la política, ya que terminó brindando un mortal “saltapatrás” coctelacho de “Cicuta”, que lo mandó de un solo viaje al paraíso de los filósofos incomprendidos, por cortesía de unos “Cuellos Blancos” que por entonces cortaban el bacalao en la vieja Grecia. “God save Sócrates”, – como se diría hoy en la Casa Blanca.

Pero han corrido ya, los pícaros siglos y ahora, se tiene por filósofo a cualquier jeque petrolero o a uno que otro magnate del “Silycon Valley”, de esos que nos han complicado la vida a los viejos periodistas con la invención de las “PC”, el internet y otras “aplicaciones” de la gran seven, que nos hacen aparecer como “analfas”, frente a nuestros habilidosos nietos que hacen malabares con el celular y otras chocherías.

Y entonces pues, el tío Bill Gates, -que acá se llamaría “Willy Puertas” nomás, se ha convertido en “El Segundo Hombre Más Rico del Mundo”, lo cual, parece darle  derecho a filosofar como le dé la gana, mismo dueño del circo, frente a sus desvalidos payasos, o “Mr. Dioni Romero” quien hace poquito se proclamó “socialista”, respondiendo a un reportero preguntón y, como se está viendo, a nadie ha sorprendido tan controversial “Sofocletada”, que nos hubiera valido el “choteo”, a más de un caballero sin caballo, como quien esto escribe.

Pero si vamos a citar rareza y media de los filosofastros de nuestros tiempos, será oportuno precisar que Bill Gates, sólo legará a sus hijos -cuando estire el internet- unos chihuán cuarenta milloncejos, “para que no pierdan la oportunidad de ganarse la vida”, en tanto, regalará- y desde ahora lo está haciendo- todo el restante huayco de su fortuna, a obras de caridad, sobre todo a instituciones que auxilian a niños discapacitados- por, lo cual, lo bendigo con todo mi corazón de misio inalterable- y filosóficamente se explica, diciendo: “yo he sido muy afortunado, por lo cual, me parece que debo tratar de equilibrar la balanza en favor de quienes no han tenido tanta suerte”.

-Y añade a su soliloquio, una yapita para sacarles  pica a los chancones y sacavuelteros que siguen “otros rumbos” (como el fujimorista que se hizo millonario, según él, trabajando de cobrador microbusero- asunto que, según mi esposa, debe ser algo más fácil que meterse a escribidor.

Y para estas cosas, las amadas fieles, tienen una filosofía imbatible, que puede dejarnos con la boca abierta, con perdón de la quimba, mi estimado.

Recordemos, que la respetable ex del hoy Marqués de “Varias Cosas”, dijo antes de divorciarse del actual firme de una “socialitté”-“Mario sólo sirve para escirbir”, – aunque tan mal no le  ha ido al pata oiga usted, considerando el Premio Nobel y el palacete de su actual gila, para no citar las pilchas y lucky tabas del “difunto” de la citada señora que era un –ese sí- Marqués firme, a las finales, algo cochoy, aunque siempre adinerado.

Y según Jaimito Baybi, que maneja el chisme con la misma destreza que despliega la lora, al momento de esquilmar a su millonaria progenitora: “Los trastos del Marqués, le han encajado a Mario a la medida”.- A eso, en mis tiempos y en mi modesto barrio, se le llamaba “tener cuerpo de ángel y leche de boticario”.

-Y para remate de filosóficas incomprensiones, el también Premio Nobel “Gabo” García Márquez, cuenta en sus memorias,  -“Vivir para Contarla”-que en el viejo  París, se reunió con un paisano suyo, quien lo invitó a cenar en su jato, con esposa y todo.

Llegado el momento de las intimidades, el citado colocho, abrió -doblemente- el closet  mostrando unos vestidos de noche, presuntamente de su mujer, al tiempo de confesar que “una vez que se acostaban los chicos, él, su esforzado padre, se vestía de vampiresa y salía “a trotar las calles”, como se dice en europeo, disputando los “puntos”, no sólo a las chicas del antiguo menester, sino a una socorrida promoción de travestis latinos – a menudo jóvenes  misio estudiantes- que baten récord en el viejo asunto, superando a las “profe-cocottes”, que decía Vargas Vila.

-Y entonces “Gabo”-periodista al fin- repreguntó a su compatriota:

¿Y cuánto es lo que ganas haciendo eso?- a lo que el aludido respondió: “en una buena noche, puedo hacerme hasta mil euros”.

-Y ahicito nomás, Doña Mercedes, esposa del inventor del “Realismo Mágico”, preguntó ojeando de “costadiche” a su afanoso cónyuge: “¿Y eso, es mucho más de lo que gana cualquier escritor—¿No?

-Dejo el resto de la historia, a los prodigios de vuestra fecunda imaginación. Yo, sólo soy un modesto periodista, nomas.

 

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