Nota explicativa.- El citado estudio, fue concebido por el sabio y teatrista ruso Nicolaiev Boleslawsky, a mediados del Siglo XIX, partiendo de una teoría según la cual: “El teatro, es como la vida”. Esto se enraíza con todo un siglo de literatura rusa y los grandes escritores que hasta hoy mantienen vigencia de ideas fundacionales en el mundo del espectáculo. Quizás pueda servirles como punto de partida profesional.
Quizás algún día deban desempeñarse como asesores de ejecutivos empresariales o personajes políticos.
Como ilustración, puedo precisar, que este sistema es la base de enseñanza del “Actor´s Studio”, fundado por Lee Strasberg, en el que aprenden a actuar las semi-estrellas de Hollywood.
Si se analiza con calma, en este planteamiento de “Presentación en Síntesis”, aceptaremos que “todos somos actores en El Gran Teatro de la Vida” y que recitamos nuestro libreto, y nos movilizamos en “expresión corporal”, de acuerdo a la concepción de un Gran Libretista -que se llama Dios-, a fin de cosechar, a veces, aplausos, en otras, silbatina y… finalmente, silencio, cuando cae el telón.
La felicidad del actor, es íntima e inexplicable. A eso, le llamamos felicidad. Y el presunto “aplauso”, corresponde al reconocimiento de “nuestro público” y también a los compañeros de actuación, que interactúan con nosotros, a través de la amistad…. o el amor.
Uno de los más grandes intérpretes de las obras de William Shakespeare, fue el británico John Garrik, que se suicidó víctima del “spleen”, una suerte de hartazgo total, que hoy se llamaría “Grave Depresión – Tendencia Tanática o autodestructiva”.
La historia de este genio de la actuación, se perenniza en un poema de Juan de Dios Peza (Poeta Mexicano), titulado “Reír llorando”, cuya última cuarteta dice: “El carnaval del mundo, engaña tanto/ que la vida es muy breve mascarada/ en que aprendemos a reir con llanto/… y también a llorar, con carcajadas”.
La moraleja (penúltima cuarteta), decía: “Cuantos hay que cansados de la vida/enfermos de pesar, muertos de tedio/ hacen reír como el actor suicida/ sin encontrar para su mal remedio/. Si huye la paz/si huye la calma/si sólo abrojos nuestra planta pisa/lanza a la faz, la tempestad del alma/ un relámpago triste: la sonrisa/.
Regalo esta pequeña historia a mis jóvenes alumnos, porque a la corta edad de cuatro años, mi inolvidable y clarividente madre, me enseñaba a memorizar larguísimos poemas, en la certeza -o creencia- de que dicho ejercicio, me haría “muy inteligente”.- Así aprendí (a) “Reír llorando”. Lo de la inteligencia, es cuestión de opiniones.
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SÍNTESIS DEL “ESTUDIO CUADRIMENSIONAL DEL PERSONAJE”, SEGÚN BOLEWLAWSKY.- La teoría fue mejorada por Lee Strasberg, fundador del “Actor´s Studio”.
Y dice así:
– ¿Quién soy yo? (mi personaje) ¿Cómo me siento? Y ¿Qué persigo –o pretendo- a lo largo de la obra? (La vida). ¿Qué métodos desarrollo para alcanzar mis metas, o mis sueños? (Según esto, se establece si serás héroe o villano. Protagónico o antagónico, como se dice en el argot teatral. Estelar, secundario, o “partiquino”, ese que dice, por ejemplo: “Señora: El té está servido”…. y luego, “hace mutis por el foro” (Es decir: sale de escena).
– ¿Qué relación tengo –en principio- con mi “contraparte”, o “pareja” y ¿Cómo empieza a desarrollarse dicha relación? (diálogos y expresión escénica).
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TERCERO.- ¿Qué relación tengo -y cómo se desarrolla- con los demás personajes? Dominantes, dependientes o indiferentes. Amigos o enemigos, manifiestos u ocultos.
CUARTO.- ¿Cómo evoluciona mi actuación a lo largo de “la obra”, (la vida misma). Y ¿Cómo varía mi actuación en consecuencia?
QUINTO.- Entender que toda obra, comedia, sainete, drama o tragedia, tiene tres grandes fases –o episodios-. Entrada: donde se produce “el orden de aparición”, que presenta y caracteriza a cada personaje. Trama, que delinea el desarrollo del conjunto de acontecimientos y desenlace, que corresponde al desempeño del libreto y la actuación de uno y todos los personajes. Como diría “El Iluminado” Buda: “Como son tus actos, será tu destino”.- Lo mismo afirmaban Boleslawsky, La Tragedia Griega, el Teogonismo hindú y el “No” japonés y sus “haikus”.- En suma, como es la vida misma.
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Espero que estas líneas den a los jóvenes aspirantes a periodistas (quizás escritores), una idea, acerca de cómo puede y debe enfocar su vida cada quién y cómo puede sentirse satisfecho consigo mismo, más allá de aplausos o silbatinas… hasta que caiga el telón.
Un gran abrazo y que Dios bendiga vuestra bondadosa atención.