¿Fue un autogol lo de Paolo?

 

Si bien Juan Carlos Oblitas ha declarado que Paolo Guerrero llamó media hora de la conferencia a su entrenador Ricardo Gareca para decirle que no lo considerara en la nómina que jugará contra Ecuador y Brasil el próximo mes, uno desconoce a profundidad el diálogo personal que hubo entre ambos y por lo cual no es fácil pontificar. Del tema que ha levantado mil y un comentario, le conté a mi colega y amigo Jorge Barraza, tomándose hoy unas cortas vacaciones en Punta del Este, Uruguay. En opinión de Jorge, el entrenador y el jugador quizás pudieron solucionarlo entre ellos sin darlo a publicidad, buscando eso sí un consenso.

Ese pedido de Paolo ha levantado grandes olas como las que surfeaba hace algunos años nuestra ex campeona mundial Sofía Mulanovich. Primero, que Gareca haya utilizado la expresión “se autoexcluyó” es evidente que suena muy fuerte y deja en evidencia al jugador ante sus compañeros y la opinión pública. Barraza me acotaba que esa sola frase genera una ruptura. “Paolo es un crack, un grande de la Selección Peruana de todos los tiempos; merece toda la comprensión y el cariño por lo que ha dado, pero si priorizó a su club antes que a su selección debe saber que toda decisión en la vida tiene un costo”, fue otro de los comentarios que le escuché a Jorge.

Y es aquí cuando encaja lo dicho por Barraza con lo que el propio Gareca fue terminante cuando tratando más el ‘Caso Guerrero’, expresó: “Cuando uno se autoexcluye de una convocatoria, tendríamos que ver las situaciones. Cada uno se tendrá que atener a las consecuencias. Para nosotros, la Selección es más importante que todo, pero siempre estamos dispuestos a colaborar con los jugadores. En ese aspecto, tratamos de atender todas las cuestiones de los jugadores, no de las instituciones, eso es importante remarcarlo. Todo en la medida de que ellos estén convencidos del pedido que hagan”.

Del otro lado, es muy cierto que el técnico tiene que velar por el equipo nacional y garantizar siempre el respeto de los jugadores por nuestra bicolor. Y, es lógico, por el buen clima en la convivencia de todo el grupo. Si hace una concesión de este tipo a un jugador, mi opinión es que pierde autoridad con el resto y se le puede venir abajo el vestuario aun cuando se reconoce en Gareca que cuando hay que poner los puntos sobre las íes, los pone sin titubear. Esto porque en un futuro no muy lejano no le puede decir a otro jugador “a Paolo le doy permiso porque es Paolo, a ti no”.

El tema tiene implicancias, resulta harto complicado pero que conste que la situación no la generó Gareca sino Paolo. Ahí nace. Gareca simplemente lo convocó, que era su deber como seleccionador, el que dijo “no voy” fue el futbolista. Por eso hasta el propio Juan Carlos Oblitas mostró su fastidio cuando estando Paolo ya informado que iba a estar considerado en los dos amistosos de septiembre, lo llame a Gareca minutos de dar su conferencia para comunicarle la decisión de no jugar contra Ecuador y Brasil. Si bien JCO ha sostenido que esa llamada telefónica para él le resultó “una desagradable sorpresa” (sic), lo cierto es que Paolo “ha cometido un error” y que “ya veremos en el futuro… porque de eso el que dará cuentas será el propio Paolo”. Su consuelo, por el momento para JCO y para el mismo Gareca es enfocarse en el trabajo del equipo sin que haya una división  de por medio esté Paolo o no.

 

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