Gladys Tejeda: la danza de los que sobran

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La mascarada que a continuación veremos estará en otro escenario diferente a las pistas de una competencia deportiva. Luego de la medalla de oro de Gladys Tejeda en Toronto 2015, aparecerá la comidilla como potaje de los políticos para sacar rédito a la ocasión.

Se vienen los homenajes, las promesas y los ofrecimientos para que la atleta huancaína se sienta más halagada que la tigresa cuando le informan el número de visitas que obtiene en el YouTube.

El discurso ya lo conocemos. Es lo de siempre. Es la  oportunidad de los que nunca están enterados de lo que pasan los deportistas para posar para las cámaras de televisión y las fotos de rigor que maquille la imagen desgastada de todos ellos.

Todo lo que se diga y se prometa hubiera quedado mejor ofrecerlo antes. Es decir que el apoyo debió ser en la etapa de preparación. Los atletas necesitan programas de apoyo nutricional, médico e infraestructura.

El deporte no ha sido nunca de interés nacional para los sucesivos gobiernos. El dinero que se destina es escaso, apenas para cubrir lo necesario a comparación de otros países que están convencidos que las medallas de oro que se logren reflejan el buen comportamiento de sus gobiernos.

https://www.youtube.com/watch?v=Uf5MvjbAyMY

El actual gobierno aclara que nunca antes se dio una partida generosa para el deporte. Si es así, no se nota.

Gladys Tejada será valorada mientras se mantenga encendida la llama del momento de euforia. Luego se convertirá en heroína anónima en el oscuro olvido cuando las luces de los reflectores apunten a otro lado.

Lima 2019 es el reto como sede del próximo Panamericano. Esta es la ocasión para la reivindicación. Para que en este certamen nuestros atletas valgan oro realmente.

Y la ocasión de los gobernantes de ofrecer al mundo la capacidad de organización, eso deberá ser su preocupación.

La parte deportiva correrá por cuenta de los deportistas que acostumbrados a tan poca ayuda, se las arreglan para cosechar medallas que alimenten el ego de los engomados que sonríen para la foto.

Inés Melchor debe darse por enterada que es nuestra medallista simbólica. No ha podido cristalizar en Toronto sus deseos de ganar alguna medalla, pero deberá tener en cuenta que tendrá otras ocasiones. Los peruanos sabremos esperarla.

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