Liga 1: Mismo formato y la identidad que no se respeta

 

La Liga 1 empieza el próximo mes con formato diferente al del año pasado. Nos cambian las reglas pero ya aburre que estas variables no sea otra cosa que disfrazar la incompetencia de los cerebros que elaboran las bases.

El zafarrancho del 2020 se entiende porque con la pandemia encima no daba para hacer un torneo atractivo pero desde mucho antes se ha triturado lo anterior para sobreponer uno nuevo.

Se entiende que se busca algo diferente en la búsqueda de hacer que el certamen alcance una mayor seducción pero no hay algo sustancioso para pensar que esto es lo mejor y no se debe remover.

En los países del primer mundo futbolístico los formatos se respeta, habrán  algunos ajustes, con detalles mínimos que en nada hace pensar que se juegue de una manera distinta.

La Liga 1, reflejo del mejor fútbol practicado en nuestro suelo, debe alcanzar la valla alta de competitividad porque es el rostro de todo el aparato futbolístico sin despreciar a la Liga 2 y Copa Perú que tienen su importancia.

Un buen campeonato provocará que los nuevos valores aparezcan y tengan la oportunidad de mostrarse para jugar en alguna plaza del extranjero. Es la Liga 1 la vitrina para que Ricardo Gareca nutra a la selección peruana.  Y desde luego el fortalecimiento económico de los clubes.

Los clubes deben estar forrados en dólares para contratar buenos refuerzos y ante el supuesto de lograr un buen armazón hacerle un guiño a la Copa Libertadores. También la Copa Sudamericana.

Los clubes necesitan mejorar sus infraestructuras para que los jugadores gocen de instalaciones adecuadas y a la vez escenarios que puedan ser ofrecidos a los socios.

En rigor no se trata de inocular placebo en las rendijas de los clubes, se busca que el crecimiento sano de las instituciones mire otros objetivos como lo repiten cada año argentinos, brasileños y uruguayos que reservan lugares en sus vitrinas sabedores que los títulos forman parte del paisaje de cada club de estos países.

No es muy satisfactorio escuchar que Alianza Lima y Universitario están encima de Sporting Cristal cuando los vacíos de animosidad no llenan la gracia doméstica. En conseguir títulos está el verdadero afán. No en decir que la Liga 1 será menos con Universitario en competencia y Alianza Lima sin presencia en la primera división.

Por ahora esperar que la Liga 1 alcance su más alto grado de ebullición competitiva y se quede como formato que se respete cada año. Allí también se refleja la formalidad de los clubes y del país.

 

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