Mil tanques en la frontera

 

Dos corresponsales de guerra merecen atención especial en estos días: Julio Octavio Reyes, el reportero que informaba desde el monitor Huáscar en 1879 y Clare Hollingworth, la periodista británica que dio la gran primicia sobre la inminente invasión a Polonia y con ello, el inicio de la II Guerra Mundial.

Julio Octavio Reyes llegó al Huáscar como enviado del diario La Opinión Nacional, y tuvo la suerte de vivir al lado del Gran Almirante los seis meses que duró la guerra naval. En realidad, fue elegido por Grau para ir a bordo del monitor por su capacidad profesional y conocimientos náuticos.

Justo el 8 de octubre, el productor Luis Enrique Cam presentó su documental titulado El Corresponsal del Huáscar. Un trabajo bien logrado sobre la base de las crónicas en las que el joven periodista Reyes supo retratar la intensa vida a bordo, lo desigual de la lucha y los detalles íntimos de la epopeya del Huáscar.

El otro caso, el de Clare Hollingworth, es el de una periodista que se encontraba en el lugar preciso en el momento adecuado, pero no se debió a un golpe de suerte sino a que estaba preparada y fue capaz de entender lo que sucedía, apenas lo vio.

Clare tenía 27 años en agosto de 1939; llevaba solo una semana trabajando en el diario Daily Telegraph cuando la enviaron a Polonia en misión periodística. Reinaba una gran inquietud en los países limítrofes con Alemania.

El 29 de agosto, ella consiguió movilizarse hasta la frontera alemana y descubrió en un bosque fronterizo, una formación de tropas que incluía tanques y vehículos blindados.

Entendió que era el inicio de la guerra. A su embajada y a su periódico les supo avisar que había visto “Mil tanques reunidos en la frontera polaca. Diez divisiones listas para dar un rápido golpe”. Ese fue el titular del Telegraph, como lo recordó la BBC el 10 de octubre, fecha del natalicio de Clare.

Ella pudo informar de modo tan preciso con solo haber dado un vistazo a las fuerzas ocultas en un bosque, porque había aprendido de su padre las tácticas de guerra, los lugares donde se libraron las batallas más famosas y conceptos de estrategia.

El padre de Clare era un gran aficionado a la historia bélica. Varias veces la llevó a recorrer los más famosos circuitos bélicos y ella resultó una alumna aprovechada.

Julio Octavio y Clare, estos dos corresponsales de guerra fuera de serie, tuvieron destinos diferentes. Ella se hizo famosa y continuó con su vida y su carrera cubriendo cuanto conflicto se haya dado en el mundo y a los 70 años todavía estaba activa.

A la fecha vive, tiene 104 años y ha perdido la vista pero no el entusiasmo; en las entrevistas que concede ha dicho varias veces que si le ofrecieran cubrir informaciones, ella buscaría el sitio más peligroso porque es donde se encuentran las mejores historias.

Julio Octavio Reyes ya no regresó al diario La Opinión Nacional. Cuando se produjo la invasión terrestre –que Grau en el comando del Huáscar logró retardar al máximo- combatió en las batallas de Lima y después siguió a Cáceres, en cuyo gobierno ejerció como prefecto de Paita.

Resulta triste contarlo, pero,como nos hemos enterado por el documental de Luis Enrique Cam, al llegar Piérola al poder Reyes tuvo que exiliarse ya que era profundamente cacerista. La caza de brujas lo hubiese alcanzado de modo implacable.

Se instaló en Guayaquil donde fundó un diario que dirigió por varios años hasta su muerte. Lástima que la mezquindad política se haya atrevido a apartar del país a este gran peruano.

 

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