Montaña Mágica

 

Valle Sagrado, aquel que regado por el río Vilcanota —o Urubamba— fue un día panteón de los dioses del Tawantinsuyo. Hoy es destino turístico, pero antes que eso, piedra angular de la nación peruana.

Urubamba es una provincia cusqueña y, a su vez, asiento de los dos pueblos que mejor conservan el legado cultural inca: Chinchero y Ollantaytambo.

Urubamba alberga también a los distritos de Maras y de Yucay, y a Huayllabamba, notable por ser el punto de partida de la peregrinación a Machu Picchu.

En la marcha rumbo al santuario inca, cientos o miles de peregrinos acometen una ruta agotadora, desafiante. Como deporte, es el llamado trekking, pero es también peregrinación hacia el encuentro con el yo profundo, un reto autoimpuesto, experiencia vital.

Aunque exige trepar muros de piedras, atravesar bosques, arrastrarse en cavernas y regar en ellos sudor, acaso lágrimas, explorar el límite del aguante físico y de la fortaleza interior, es también meta existencial soñada por mucha gente, unos jóvenes y otros no tanto.

Los caminantes no conciben llegar al santuario como los turistas, por tren, prefieren ganar a pulso la recompensa al esfuerzo, y arribar por la puerta del Sol o por la del Guardián.

National Geographic ha recogido el testimonio de algunos de ellos en el momento de la revelación: “Todo fue recompensado, lloras con el grupo por vivir esta experiencia” dijo uno; otro sintetizó: “No hay que morir sin haber llegado aquí”.

A quienes nacimos en el Perú, contemplar la montaña sagrada en toda su grandeza nos puede inspirar una mirada hacia la patria más profunda que la habitual.

La confirmación de que el Perú es más grande que sus carencias y problemas y que está muy por encima de la política, sus pequeñeces y sus mezquindades.

Este es uno de los resultados posibles para quienes conectan con su mundo interior y perciben el magnetismo que emana de la montaña.

En cambio, a quienes privilegian el paisaje por encima del contacto telúrico y se entregan a un frenesí de activismo fotográfico, la revelación les será negada.

Les quedará, cómo no, la satisfacción de poder subir muchas fotos a la web.

Río Vilcanota, Valle Sagrado y Santuario, todo ello en Urubamba, el ombligo del mundo, roca en la que se afianza nuestra identidad.

 

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