No perdamos el tren del progreso

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El zafarrancho del año pasado con un campeonato deslucido, de escaso atractivo y pobreza en todas sus costuras, se cambia por otro certamen al que se le ha llamado Liga 1. No se puede hablar de que tenga éxito pero al menos hay la fortalecida idea de que ya cansa la mediocridad añeja de todos estos últimos años.

Si antaño éramos un camión relleno de informalidad se procede a dar vuelta a la página para dar paso a un renovado campeonato con la Liga 1 que suena bonito y atractivo con la esperanza de que no fallen los motores de la navegación.

Se quiere que el torneo peruano se convierta en una especie de bisagra hacia la formalidad y el crecimiento sostenido. De un poderío que vaya a la conquista de espacios como la nueva clasificación mundialista a Qatar 2022, ser abiertos a los retos de obtener la Copa América e intentar traer la Copa Libertadores. Si no es todo el paquete al menos algo de estos torneos hay que ganarlos.

Si el propósito es dejar de lado el pasado para colocarnos en una ubicación de avanzada, las fuerzas rebobinadas de los clubes deben ser los motores que potencien el cambio.

La célula del fútbol sigue siendo los clubes, una unidad que debe juntarse para embestir el subdesarrollo que identificó las acciones que solo ha conseguido atrasos y fracasos.

En todo caso dejar de lado la timidez es un buen comienzo. Dar cara para un sostenido crecimiento que apunta a fortalecer las divisiones menores para que no suceda el papelón reciente del Sudamericano Sub 20 en Chile, será un buen avance.

Se ha dejado pasar una ocasión de clasificar a un mundial y eso amerita revisarse el fracaso para que los que fallaron y no hicieron su trabajo en forma adecuada salgan de la Videna para dejar que otros hagan la tarea inconclusa.

Es también dejar de lado la cantaleta trillada de intentar hacer un buen campeonato cuando bien se sabe que ese estribillo lo utilizó Alianza Lima en su participación en la Copa Libertadores del año pasado. En Matute se les debió haber caído la cara de vergüenza porque apenas lograron un punto, producto de un empate con Boca Juniors.

Los hinchas también juegan su partido. Se les pide que dejen de vivir del recuerdo desgastado de tener dos subcampeonatos en Copa Libertadores. Va dirigido a los seguidores de Universitario y Sporting Cristal que se han congelado en el tiempo y se regocijan con haber sido segundones.

La Liga 1 ofrece una oportunidad de crecer pero también de corregir que en medio del entusiasmo, Piratas FC ascendido de la Copa Perú, embarra las buenas intenciones con hacer su presentación oficial en una loza deportiva.

Esa informalidad y criollada enquistada en nuestra idiosincrasia debe ser una anécdota porque para reír, los circos y los payasos llegan en julio y todavía se está lejos.

Llega el cambio en el fútbol, llega el momento de ponerse el overol porque acicalarse no es buena consejera.

 

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