Oposición cerril no escucha la voz del pueblo

 

La mayoría fujimorista, reforzada, inicialmente, por el minúsculo grupo que representa al neoaprismo y, ahora, con la complicidad de nuevos aliados, entre ellos, hasta hace poco, partidarios del ex presidente Kuczynski y del acomodaticio César Acuña Peralta, más conocido como “plata como cancha”, han arrojado al depósito de lo inservible el proyecto de ley, presentado por el  Poder Ejecutivo para adelantar las elecciones presidenciales y legislativas. Proyecto este que tenía como finalidad darle la oportunidad del poder político a otros ciudadanos y, de esa manera, salir de la crisis que sufre el país, debido sobre todo  por la mezquindad y la oposición cerril de quienes controlan el Congreso de la República.

Tan ingrato episodio en realidad no fue más que una puesta en escena del fujimorismo y de sus aliados, que dejaron de lado cualquier sentido ético del quehacer político, para acordar el archivo de un proyecto que en lo esencial, pretendía poner término a los enfrentamientos entre Ejecutivo y Legislativo, desde aquel no muy lejano proceso electoral, en donde por segunda vez Keiko Sofía Fujimori, recibió el contundente rechazo de la ciudadanía a sus aspiraciones presidenciales.

Les fue suficiente dos horas en la Comisión de Constitución que preside Rosa Bartra Barriga, para cumplir con ese cometido ordenado de antemano, bien se sabe, desde el Penal de Chorrillos, en donde Keiko Fujimori se mantiene detenida por precaución jurídica, debido a las múltiples pruebas que existen respecto al financiamiento ilegal  de sus andanzas políticas. Puede afirmarse con este hecho que, en cierta forma, la mencionada Fujimori, tal como lo dijera después de su última derrota presidencial, está gobernando desde el Congreso de la República. Y no solo con sus partidarios sino también acompañada por una gavilla de tránsfugas, que ingresaron al Parlamento como oposición y, ahora, son “hermanitos” del fujimorismo.

La alianza  del fujimorismo y del neoaprismo es posible de comprender. Unos y otros se aconchaban porque están en la necesidad de caminar juntos para defender sus intereses políticos, eclipsados por serias denuncias de corrupción. En cambio, es poco visible la presencia de los nuevos aliados, que si bien es verdad no están siendo objeto de investigación fiscal, por ahora, sin embargo, necesitan de un espacio en el Congreso para disfrutar, por un tiempo más, hasta el 2021, de las granjerías, que suelen prodigarse cuando se sabe besar servilmente la mano del amo.

Los autores del proyecto de adelanto de elecciones han reaccionado con cautela ante la falta de sensibilidad política. El Primer Ministro ha dicho, con rápida respuesta, que ante lo ocurrido el Poder Ejecutivo no se quedará con los brazos cruzados. Actuando con prudencia y sin apresuramiento alista una réplica dentro del marco de la Constitución y de la ley y, sin detenerse por la conjetura pueril de quienes creen que la prensa es un medio para hacer suposiciones que lindan con lo irreal, hoy se ve en la necesidad de demostrar su capacidad de gobernanza, escuchando la voz del pueblo soberano.

Hay sustento para conservar la serenidad en estos momentos difíciles para la democracia, aunque frágil, que vive la ciudadanía. Lo trascendente, sin embargo, es saber leer los códigos secretos del mensaje político, enrarecido por la soberbia y falta de visión de una mayoría parlamentaria. La lectura de los mismos quizás nos lleve a resolver el problema de la marginalidad del pueblo en los asuntos que son de su interés inmediato. Ya es tiempo de darle peso a la voz ciudadana, que nos dice que ya es tiempo de darle al pueblo el lugar que le corresponde en las decisiones políticas, económicas y sociales.

 

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