Paolo, contigo Perú

 

Paolo Guerrero tiene el respaldo de todos los peruanos en un momento en que tenemos la ocasión de valorar su entrega y ser admiradores del coraje mostrado para reconocer que Perú está en el repechaje y con las posibilidades intactas de abordar el avión que nos lleve al Mundial de Rusia, debido a su generoso aporte.

La necedad de algunos pocos de desacreditar a quien más crédito tiene en el fútbol peruano, rebalsa el sentido común. Son los que se acomodan en el bus de los míseros ocupantes que quieren ver al guerrero arrastrado, de rodillas y suplicando que le crean que no es marioneta de cartón necesitado de ‘ayudín’ para rendir mejor en la cancha.

Creer que es de esa clase de futbolista de fantasía comprada para ser cornisa de un edificio ficticio, se equivocan. El pundonoroso capitán se ganó a pulso trepar al altar de los ídolos de la pelota y nada ha cambiado con las sombras de un dopaje sin sustento.

El resultado analítico adverso es apenas una sospecha, un tenue pensamiento que se vaporizará conforme la verdad se abra paso y entonces todo será parte de una desabrida anécdota.

Paolo Guerrero escribió con tinta de su frente la nueva historia del fútbol peruano para darle una frescura a nuestra selección que en más de 30 años pareció un óleo colgado en las paredes con figuras fantasmales.

El capitán de la selección peruana merece respeto y apoyo en estos días terribles en que la desdicha de una prueba inesperada pretende que aparezca como un consumidor de fármacos prohibidos y hasta los más ebrios de mediocridad insinuaron que era consumidor de una droga social. Cocaína para ser exactos.

No es Paolo Guerrero el tipo de futbolista que se alejó de las buenas costumbres y por el contrario hemos sido testigos en todos estos años que construyó una historia bien llevada, pulida y exactamente ejemplar para que los injuriosos aprovechen la ocasión para soltar el veneno que llevan dentro.

Lo que queda es que a estas alturas en que el repechaje está a la vuelta de la esquina es retomar y no perder el rumbo porque la misión todavía falta completar. Solamente queda jugar, hacerlo bien para que la tarea de la clasificación a Rusia 2018, sea el premio al esfuerzo de Ricardo Gareca y el grupo que lo acompañó.

No se entiende cómo es que aparezcan filosos comentarios para hacer el mejor papel de destructores gratuitos para bajarse a la selección peruana y remar en contra para que la bicolor no clasifique.

Es el momento en que los 30 millones de peruanos se pongan la camiseta para empujar anímicamente a los once que estarán en la cancha buscando los goles de la clasificación mundialista.

 

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