Pedro Yauri: desaparecido desde hace 23 años

shadow

 

Con la esperanza de brindarle cristiana sepultura, los deudos del periodista Pedro Herminio Yauri Bustamante, volvieron el mes pasado a remover la arena en las playas de Huacho en una hasta ahora infructuosa búsqueda de los restos del valeroso hombre de prensa, asesinado por los verdugos  del grupo Colina.

El comando de aniquilamiento que encabezaba el entonces mayor EP (a) Santiago Martín Rivas parece ensañarse con el dolor y angustia de los familiares para que Pedro Yauri siga como “desaparecido”, pese a que el crinen ha establecido hasta la saciedad en el Poder Judicial , además de las confesiones de algunos de los suboficiales EP que presenciaron la brital ejecución.

“Es como buscar una aguja en el pajar” comentó Edmundo Cruz, de la Unidad de Investigación del diario “La República”, durante su exposición sobre este caso y de la matanza de La Cantuta, en un foro de la Asociación Nacional de Periodistas del Perù, ANP.

Edmundo Cruz

El periodista Edmundo Cruz destacó la búsqueda de los restos del periodista Pedro Yauri en el foro sobre derechos humanos, en la Asociación Nacional de Periodistas del Perú, ANP.

En la zona roja

En 1992 el país se encontraba convulsionado por el avance a sangre y fuego de Sendero Luminoso y el salvaje atentado terrorista en la calle Tarata y la aparición del Grupo Colina, un destacamento digitado desde el Servicio de Inteligencia Nacional, bajo la batuta de Vladimiro Montesinos, asesor y hombre de confianza del , en esos momentos, incipiente dictador, Alberto Fujimori-

Pedro Yauri , de 33 años de edad, estaba casado con Liliana Coca Castro y tenía tres hijas. Había egresado de la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión de Huacho y era director y conductor del programa radial “Punto Final” en Radio Universal.

Era un aguerrido periodista que nunca vaciló en investigar las denuncias sobre abusos cometidos por autoridades corruptas  y los crímenes, perpetrados bajo el maquillaje de excesos , cometidos por  ciertos militares en el marco de la lucha contra la subversión.

Un año antes se habían registrado 1956 atentados cometidos por Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Y, sólo en abril de 1992 las estadísticas se incrementaron a 1241 víctimas y 537 ataques subversivos en todo el Perú.

En ese contexto la provincia de Huaura era catalogada como  “zona roja” por la incursiones terroristas. De enero de 1991 a junio de 1992 se registraron 126 acciones en las provincias de Huaura, Barranca, Huaral, Oyón y Cajatambo.

https://www.youtube.com/watch?v=kB7ctDQG6y4

La provincia de Huaura, donde se habían perpetrado 28 atentados fue declarada en estado de emergencia, es decir “zona roja”.

En 1989 Pedro Yauri fue obligado a difundir un casete alusivo al MRT y  detenido por los efectivos policiales, pese a que denunció las amenazas de muerte. Permaneció detenido 45 días en la estación policial y liberado en libertad al no encontrarse responsabilidad en el delito.

Poco tiempo después, fue premiado como el mejor periodista de año en la provincia de Huaura pero, para los servicios de inteligencia, se encontraba en la “lista negra”.

Represalias de muerte

El 25 de mayo de 1992, Pedro Yauri denunció que Rafael Ventocilla Rojas y sus hijos, Alejandro, Agripino y Simón, habían sido detenidos por cargos de terrorismo y torturados en la base militar de Atahuampa.

PedroYauri ouso en marcha una intensa campaña radial hasta que todsos los miembros de la familia Ventocilla fueron liberadosm por lo que desde el SIN planearon un escarmiento a través del Grupo Colina.

Los verdugos de Martin Rivas demostraron su “eficacia” y el mismo dìa del secuestro de Pedro también desaparecieron los Ventocilla, cuyos cadáveres fueron encontrados en el caserío de Balconcillo, a 8 kilómetros de la carretera Huaura–Sayán.

El cuerpo del periodista nunca fue encontrado-.

Pedro Yauri hahìa pasado la tarde del 23 de junio de 1992 con sus hijas y, al caer la noche se despidió de ellas con un “nos vemos luego” para dirigirse al pequeño local que había alquilado en la calle Sáenz Peña, al costado del Casino de Huacho.

En ese lugar guardaba el equipo radial que utilizaba en sus emisiones diarias. Allí lo esperaba su padre, don Anastacio, quien lo ayudaba con la vigilancia.

En la madrugada unos golpes en la puerta despertaron a las hijas del periodista. Era don Anastasio. Tenía las manos amarradas y una expresión de pavor: “Se han llevado a Pedro”, dijo.

YAURI11-800

Contó que siete sujetos vestidos como comando ingresaron al local “armados y alterados”. Luego de golpearlo, amarraron al anciano y le cubrieron la cabeza con una frazada. Después se llevaron a su hijo.

De acuerdo a los expedietes judiciales, elmismo 23 de junio, después de convocarse en Lima a los integrantes del Grupo Colina, el Mayor EP Santiago Martín Rivas conjuntamente con el Mayor EP Carlos Pichilingue Guevara, y los agentes operativos Hugo Coral Goycochea, Jesús Antonio Sosa Saavedra, Julio Chuqui Aguirre, Wilmer Yarleque Ordinola, Gabriel Vera Navarrete, Héctor Gamarra Mamani, Jorge Ortiz Mantas, Fernando Lecca Esquen, Antonio Pretel Damaso, Ángel Arturo Pino Díaz, Pablo Atuncar Cama, Hércules Gómez Casanova, Carlos Caballero Zegarra Ballón, Rolando Meneses Montes de Oca, Angel Sauñi Pomaya y José Alarcón Gonzales, habían partido a bordo de dos camionetas hacia Huacho.

Cada uno llevaba armas de fuego (ametralladoras HK, fusiles automáticos y granadas de guerra), pasamontañas, cal y palas (para enterrar los restos de sus víctimas).

Antes de llegar a Huacho, se desviaron cerca a una playa de la zona. En este lugar, Martín Rivas detalló y distribuyó el trabajo que debían realizar los demás agentes, disponiendo que un subgrupo se dirigiera al domicilio de Pedro Yauri Bustamante, con la finalidad de secuestrarlo y conducirlo a la citada playa.

Un subgrupo, portando armas de fuego y a bordo de una camioneta, llegó a la Plaza de Armas de Huacho el día 24 de junio de 1992, a las 02.00 horas, aproximadamente, estacionándose frente al domicilio del periodista, ubicado en la avenida Sáenz Peña Nº 279.

Inmediatamente de descender del vehículo, tocaron la puerta del inmueble colindante, en el que funcionaba el “Casino Huacho”, y luego de amenazar a su vigilante José Luis Cavero Huallanay, subieron hasta el segundo piso.

Desde este nivel se deslizaron hacia el pasadizo de acceso a la habitación de Pedro Yauri Bustamante, quien se encontraba descansando en compañía su padre Anastasio Yauri Leandro. Ingresaron violentamente a dicho ambiente, les solicitaron sus documentos personales y, después de golpear y maniatar al anciano padre, sacaron al periodista y lo condujeron a la referida playa.

En ese lugar los había estado esperando el Mayor Santiago Martín Rivas y el resto de los integrantes del Grupo Colina.

No se rindió ante la tortura

Valiente ante la tortura. Yauri Bustamante fue interrogado sobre personas vinculadas con organizaciones terroristas y sus direcciones. Lo golpearon salvajemente y lo obligaron a seguir cavando un agujero en la arena que habían empezado los miembros del grupo.

Con un coraje a prueba de torturas, Yauri Bustamante afrontó la muerte ante sus verdugos.

Años después, ante los tribunales, el suboficial EP (r) Julio Chuqui Aguirre m conocido como “El Enterrador”, declaró que el valor del periodista conmovió hasta a sus asesinos .

Este fue su relato ante los magistrados: .

¿Quiénes son los que te apoyan?… habla c…– gritó enfurecido Martin Rivas.

-¿Para qué te voy a contestar si igual me vas a matar?- respondió Pedro Yauri.

Rivas comprendió que su vìctima  no se rendiría.

Se va– dijo a sus hombres con la macabra frase con la que condenaba a muerte a sus víctimas.

Un agente del grupo Colina le disparó un balazo a la cabeza. Los verdugos enterraron el cadáver en el hoyo cavado por el propio periodista en una playa de Huacho, cuya ubicación sigue siendo un misterio desde hace 23 años, mientras sus incansables familiares prosiguen su búsqueda.

YAURI2-400

 

Leave a Reply