Perú, un comienzo para mirar con fe Qatar 2022

 

Perú en fútbol carece de feeling en el mapamundi de los que se aglomeran para dejarnos rezagados, ninguneados en extremo. No somos casi nada pero algo sirvió la clasificación al Mundial de Rusia 2018.

Más todavía el inicio a Qatar 2022 con un empate con sabor a triunfo, valorado porque se logró en la hoguera de Asunción. El empate deja la sensación que  nuestra pelea deja de ser un cupo para el repechaje, sino un lugar entre los cuatro clasificados.

En el pasado la bicolor no había empezado con festejo y se ponía en fila para convertirse en el patito feo de las eliminatorias. Ocurrió en la era de Pepe, la infame presentación nos recuerda que no se ganó un punto, Maturana, Popovic y Del Solar tampoco llegaron lejos.

Juan Carlos Oblitas se salió del libreto y nos acercó al Mundial de Francia 98 pero la asistencia mundialista quedaba igualmente en deuda. Una deuda que 36 años después con Ricardo Gareca se pudo hacer posible.

Hoy Perú no quiere vivir del pasado. Quiere escribir otra historia, una nueva historia con todas las letras de una clasificación con los argumentos de su fútbol de brillo con sus raíces recobradas.

Se empieza con un empate de visita y no está mal, da ánimo, proporciona esperanza, acaricia un sueño que puede darse de aquí al año entrante cuando ya se sepa cuánto se avanzó.

El empate 2-2 contra Paraguay es bastante bueno, un resultado de noble madera. De entrega y resurrección cuando el rival dio vuelta al resultado y parecía que la derrota era un condimento de nuestro agrio menú.

André Carrillo inconstante en muchos de sus partidos con la selección esta vez se quitó el traje de pecho frío para entrar en calor y convertirse en una figura descollante. Un delantero de jerarquía mundial, Un cheque en blanco para el futuro de la selección.

En Asunción lo van a recordar por mucho tiempo. Un doblete en sus narices no lo van a perdonar. Encima los paraguayos se quedaron con las ganas de la revancha del 4-1. Una goleada que saca todavía ronchas en ellos.

No se dio el resultado que ellos esperaban pero para nosotros fue el primer plato saboreado, vendrán muchos más. Cierto que el trecho es todavía bastante largo, es apenas el inicio.

Sin embargo un inicio con empate en cancha ajena es un buen logro. Sobre todo,  tiene validez porque se consiguió con muchas ausencias, sin Paolo Guerrero ni el Orejas Flores.

Ricardo Gareca debe estar reconfortado, el equipo le rinde. El aficionado se lo agradece. Una alegría en medio de la pandemia es siempre un aliciente para seguir vivos en las clasificatorias.

 

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