Plan Cipango aprobó el terrorismo de Estado (III)

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El esquema de la guerra sucia en el Perú tuvo como “plan maestro” el tristemente célebre Plan Cipango, para combatir “fuego contra fuego” a los subversivos y que dio lugar a las matanzas de Pativilca, Barrios Altos y La Cantuta, entre otros crímenes de lesa humanidad.

Al desentrañar esta telaraña de red de aniquilamiento, a cargo de los entonces estrategas del Servicio de Inteligencia del Ejército, se pone en evidencia que el Grupo Colina fue el brazo armado de una cadena de mando que, conforme a los expedientes, encabezaba el ahora indultado ex presidente Alberto Fujimori.

De acuerdo al testimonio judicial del periodista Umberto Jara, quien entrevistó en la clandestinidad al mayor EP Santiago Martin Rivas, jefe operativo del Grupo Colina, que, tras ser elegido presidente, Fujimori viajó a EE.UU., de donde ‘trajo dos decisiones: aplicar la guerra de baja intensidad’.

Y asegura que,  al entrevistar en varias ocasiones a Santiago Martín Rivas, reveló que al preguntarle a su entrevistado por la razón del nombre del plan, él le señaló que fue en alusión al ex presidente Alberto  Fujimori.

‘Como me llamaba la atención, le pregunté por el nombre, (y dijo que) fue una manera de halagar, no encuentro una mejor palabra, a quien había dado la autorización para llevar a cabo la guerra de baja intensidad y para poner en acción el destacamento Colina y todas las acciones que se realizaban’, indicó.

Jara añadió que ‘la persona a la que querían halagar con el nombre era al entonces presidente de la república, Alberto Fujimori, por una razón: Cipango es el nombre que Marco Polo dio al antiguo Japón en sus viajes de descubrimiento’.

Según Jara, Rivas le explicó que el plan Cipango ‘fue armado por él’, que también escogió al personal que integró Colina, así como los medios y el apoyo logístico necesario para ‘ejecutar su labor’.

Detalló que el vínculo entre Fujimori y los militares se dio desde las elecciones presidenciales de 1990, por intermedio del ex capitán Vladimiro Montesinos, quien ya se había convertido en asesor del futuro gobernante.

‘Cuando ocurre el proceso electoral de 1990, la elección del ingeniero Fujimori está basada fundamentalmente en un estado de ánimo electoral, no había una organización partidaria ni cuadros de Gobierno’, aseguró.

Indicó que ‘Montesinos se percató de esa situación y le dijo (a Fujimori) que Perú se gobierna con los militares’.

Añadió que Montesinos ya se conocía desde 1976 con el general Nicolás Hermoza Ríos, quien luego sería designado por Fujimori comandante general del Ejército.

Según lo que le informó Santiago Martín Rivas, fueron tres Comandantes Generales de las Fuerzas Armadas que estaban en el Comando Conjunto, los que aprobaron la propuesta de creación del Destacamento Colina como Destacamento Especial de Inteligencia, es decir, no sólo el Ejército Peruano estuvo al tanto de la creación de Colina, sino que también, la Marina de Guerra del Perú, la fuerza Aérea Peruana.

Por lo que no habría sido una creación del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) a cargo de  Vladimiro Montesinos.

Jesús Sosa Saavedra, “Kerosene”, ex integrante del Grupo Colina, señala por su parteque desconocía el documento presentado como Plan Cipango por la fiscalía  pero , admitió que si participó en “Planes Operativos” Cipango  que fueron diseñados en 1988 y 1989.

No obstante  la palabra Cipango, se usaba antiguamente para referirse al Japón, por lo que causa extrañeza , por decir lo menos, que en 1988 y 1989 se haya dado, según sosa Saavedra, este nombre a planes operativos del Ejército Peruano.

“Kerosene” admitió que entre los años 199 y 1992, él participó en los crímenes del Destacamento Colina, los cuales terminaron en la “eliminación” (ejecuciones extrajudiciales).

En  la reunión que sostuvieron los ex agente de Colina con el entonces Comandante General de Ejército Peruano, Nicolás de Bari Hermoza Ríos, este general tampoco les expresó que el Destacamento Colina haya tenido el apoyo de Alberto Fujimori, sólo les manifestó que tenían el apoyo de “todos los generales”.

Sin embargo las declaraciones judiciales de otros ex miembros del Grupo Colina señalan lo contrario como Isaac Paquiyauri Huaytalla,quien manifestó que Fujimori respaldó el accionar del Destacamento Colina y Julio Chuqui Aguirre al asegurar que Hermoza Ríos  informaba a Fujimori sobre el accionar ese destacamento de aniquilamiento.

Fujimori, una vez desbaratado por la versión de Sosa, diciendo que deviene de una expresión selvática “Shipango” (o algo así), en relación a un agente nativo componente del grupo, constituyó la estocada final a la acusación.

Testimonio del ex jefe del SIE

Durante el proceso judicial, el ex jefe del Servicio de inteligencia del Ejército coronel EP (r) Víctor Silva Mendoza reconoció  la existencia del Plan de Operaciones Cipango y del grupo Colina, como una unidad dependiente de la Dirección de Inteligencia (Dinte) y la Comandancia General del Ejército

Asimismo , al declarar como testigo en el juicio a Alberto Fujimori, afirmó que en abril de 1991, el Ejército aprobó un manual que define como operaciones especiales de inteligencia al espionaje, sabotaje, terrorismo y subversión.

Explicó que dicho documento, denominado “Manual de Operaciones Especiales de Inteligencia y Contrainteligencia”, fue aprobado por el entonces comandante general Pedro Villanueva y el director de la Dinte, general Juan Rivero Lazo.

Silva agregó que ese mismo manual estableció la posibilidad de eliminar un objetivo militar. El manual define que un trabajo de inteligencia consiste en cazar un objetivo para obtener información o causar daño al enemigo. “Causar daño puede ser golpearlo, atropellarlo o por último eliminarlo, o sea, darle muerte; pero como última alternativa”, precisó Silva.

Declaró que en enero de 1991, el general Rivero Lazo le comunicó que por orden del jefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), general Julio Salazar Monroe, destaque al comandante Fernando Rodríguez Zabalbescoa y a los mayores Santiago Martin Rivas y Carlos Pichilingue Guevara, para integrar el grupo de análisis de los documentos incautados a Sendero.

Agregó que posteriormente, recibió un oficio reservado del mismo Rivero en el que le ordenó ponga a disposición de Rodríguez Zabalbescoa, en el galpón del SIE, armamento, equipos y a 25 agentes de inteligencia debidamente identificados.

“Ese oficio se emitió en cumplimiento del plan Cipango”, aseveró el ex jefe del SIE, el primer oficial del Ejército en autentificar ese documento, que otros han considerado de apócrifo.

Silva reconoció que, de acuerdo con el manual de abril de 1991, el SIN se convirtió en el organismo máximo de planificación de operaciones de inteligencia, con la Dinte como patrocinador y el SIN como ente ejecutor.

También declaró que una semana después de la matanza de Barrios Altos, y al ver que la prensa señalaba al SIE como probable ejecutor, conversó en dos ocasiones con Rivero Lazo sobre este tema.

“Rivero me preguntó sí yo sabía algo, le dije que no, ante lo cual me dice entonces: tú no sabes nada, de qué te preocupas, y ante mi insistencia agregó: lo que hace la mano derecha no debe saber la mano izquierda , y nunca más le volví a preguntar”, refirió Silva Mendoza.

El Grupo Colina

Este grupo de aniquilamiento no tuvo reparos en tomar el nombre del  capitán EP José Colina Gaige quien pasó dos años infiltrado entre las filas de Sendero Luminoso bajo la fachada de francés seducido por los Andes, la antropología y la lucha armada, de acuerdo a la revista Caretas.

Egresó como alférez de infantería en 1975. Siguió cursos en la Escuela de las Américas en el Fuerte Gulik, Panamá. Además llevó un fuerte entrenamiento en inteligencia, contraguerrilla, camuflaje, comando, paracaidismo, infiltración y técnicas de contrainsurgencia. En 1981 combatió en la Cordillera del Cóndor y luego ingresó al Servicio de Inteligencia del Ejército.

Murió en el poblado de Jesús, provincia de Ambo, Ayacucho, un cabalístico martes 13 de 1984, vestido de campesino senderista y a manos de un colega militar que no lo reconoció. Las versiones oficiales señalaron que había caído en combate en Aucayacu. Fue ascendido póstumamente a mayor y condecorado con la Cruz Peruana al Mérito Militar en el grado de Caballero.

Fotos: Revista Caretas

Caretas presentó un informe exclusivo sobre su historia en 1991 (Edición 1153), pero tanto honor fue mancillado cuando un infame grupo paramilitar tomó su nombre y perpetró horrendos crímenes durante la década pasada.

El capitán José Colina, un peruano que debe ser recordado por su valor, cuyo  apellido fue tomado sin derecho por el terrible escuadrón de la muerte que lideró Martin Rivas.

 

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