Popeye : Ex sicario se  alucinaba “Justiciero”

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La  aureola siniestra que lo rodeaba como ex jefe de sicarios del desaparecido capo de Medellín, Pablo Escobar, terminó por alucinar a John Jairo Velásquez (a) “Popeye”, quien se creía  una especie de “Justiciero” al servicio de la ultraderecha  al extremo de lanzar sus amenazas por las redes sociales, especialmente contra Gustavo Petro, hasta que nuevamente fue encarcelado.

En esta charada alimentada en las redes sociales, Popeye no se detuvo en sus ”amenazas” como supuesto jefe  de una oficina de cobros que a través de la intimidación buscaba saldar cuentas, de acuerdo a la Fiscalía General de la Nación le imputara los delitos de extorsión y concierto para delinquir, de los que se declaró inocente.

Sus seguidores consideraban incluso  plausible su “militancia” en la ultra derecha, considerando que había purgado condena por  sus crímenes,  otros lo rechazaban como un pésimo ejemplo a la sociedad por su convulsionado pasado de una generación de mafiosos, la mayoría de los cuales terminó en el cementerio o la cárcel.

Utilizar el pasado truculento para promocionarse como un arrepentido y llevar sus aventuras al cine no constituye una novedad si tenemos en cuenta a Henri Charriere conocido como Papillon (mariposa en francés)  quien purgó condena por  un crimen que según él no cometió y sentenciado a trabajos forzados a perpetuidad en las colonias francesas.

En su libro titulado Papillon (adaptado al cine con el mismo nombre) cuenta las memorias de su encarcelación en la colonia penal, sus aventuras tratando de evadirse, sus intentos fallidos, sus amistades y finalmente su libertad de una cárcel venezolana el 18 de octubre de 1945.

 Al no tener acuerdos de extradición con Francia decidió quedarse en Venezuela. Se asentó en Caracas donde contrae nupcias con Rita Alcover y se naturaliza como ciudadano venezolano en 1956. Siguió siendo un fugitivo de la justicia francesa hasta que su causa prescribió en 1967 por el paso del tiempo.

https://www.youtube.com/watch?v=QbsiYmq2sRQ

Según él mismo lo cuenta en su libro “Banco” (la segunda parte de “Papillon”), un miembro del cuerpo de seguridad del general Charles De Gaulle le da la noticia en Caracas antes de una visita del entonces presidente francés a Venezuela y Colombia, pudiendo con el tiempo retomar sus lazos familiares, volver a su Francia natal y conocer a muchos miembros más de su familia, ahora orgullosos del tío aventurero que todos los periodistas querían entrevistar.

En 1970 Charrière es contratado como guionista y actor en el film “Popsy Pop” protagonizado por Claudia Cardinale y Stanley Baker, codeándose con el jet europeo y administrando su fama de prófugo de la justicia, criticó al fiscal que lo acusó pero siempre bajo el escudo de su inocencia, sin  amenazas ni retornar al delito.

Por una Gracia especial del Presidente Georges Pompidou, se le permitió vivir sus últimos meses en Francia, aunque era ciudadano venezolano, nunca le autorizaron estar más de 2 semanas en suelo francés.

Las aventuras de Papillon, desde la Isla del Diablo hasta la llamada alta sociedad francesas, al lado de luminarias de ese entonces, tuvieron el final que Papillon soñaba mientras compartía su fuga con sus compañeros de celda.

Cárcel de máxima seguridad

La diferencia con Henri Charriere es que el colombiano  “Popeye” no se desligó de su pasado al lado de Pablo Escobar Gaviria (a) “Patrón del Mal”e igual que el difundo mafioso se alucinaba drr un “Justiciero” que podía acabar con todo el que se cruzara en su camino, desde rivales de oficio hasta candidatos presidenciales.

Actualmente  se encuentra recluido en la  cárcel de máxima seguridad de ValleduparLa Tramacúa“, a la espera de ser procesado  por los  delitos de extorsión y concierto para delinquir, de los que se declaró inocente.

Su nuevo lugar de reclusión está en uno de los penales más calurosos del país y en el pabellón de tratamientos especiales, en donde cumplen sus condenas seis de los hombres más temidos del país.

Asesinos en serie y protagonistas de escabrosos crímenes contra niños son los inquilinos que harán parte del vecindario de Popeye en las próximas semanas mientras avanza su proceso penal.

Para mayores  luces, Popeye estará recluído al lado de Rafael Uribe Noguera, el hombre que violó y asesinó a Yuliana Samboní, así como Luis Alfredo Garavito, tristemente conocido como  La Bestia, el asesino en serie de más de 175 niños en Colombia; y de Luis Gregorio Ramírez, el llamado emonstruo de la soga.

La fiscalía demandó su internamiento en un penal de máxima seguridad porque  dos familias, que ahora cuentan con el amparo de la justicia estadounidense, lo acusan de cobrar deudas hasta por 55.000 dólares a través de las amenazas de muerte.

Tras varias polémicas que van desde amenazas a ciudadanos ante cámaras de periodistas internacionales, hasta salir a disparar desde los cerros de la ciudad, alucinándose una especie de justiciero, Popeye se enfrenta a la justicia .

El comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, general Óscar Gómez Heredia aseguró: “Desde el mes de diciembre, después de la captura de alias Tom, se tomó la firme decisión de investigar los nexos que tenía “Popeye” con la estructura criminal de la que era cabecilla ‘Tom’.

“En esta investigación faltan otras personas por capturar. Teníamos varias víctimas que denunciaron los hechos por los que venían siendo afectados por este delincuente alias Popeye por extorsión en los que obligaba a ciertas personas a retornar ciertos bienes, entre ellos, inmuebles, vehículos y esto está soportado en la investigación”, agregó.

Por algunos momentos, Popeye se creyó intocable, y hasta llegó a decir, sobre su presencia en la fiesta de captura de Tom —quien era el máximo capo de la Oficina de Envigado—, que no era delito estar departiendo en una fiesta.

Sin embargo, ahora vuelve a pisar una prisión de máxima seguridad, después de haber estado preso 23 años por los crímenes cometidos con el Cartel de Medellín, condena que cumplió hasta el 26 de agosto de 2014, cuando salió en libertad condicional rodeado de la aureola de sicario de Pablo Escobar, que terminó alucinándolo.

 

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