Reporteras en los 60s

 

En la historia del periodismo peruano se ha mirado de soslayo la participación femenina anterior a la década de los años 80. Ha sido descrita como esporádica, anecdótica, marginal.

Mostraremos que esa visión no es realista, que las periodistas reporteras comenzamos nuestra invasión progresiva de las redacciones muy poco después de comenzados los años 50. Llegamos para quedarnos.

La presencia muy temprana de la pionera Ángela Ramos Relayze, quien desde los años 20, a través de diversas publicaciones, blandía la pluma contra todo tipo de discriminación y abuso, se debió más a su personalidad y brillantez personal que a una maduración de la sociedad.

Décadas antes hubo una periodista hasta ahora ignorada; fue a finales del siglo XIX en Cusco, donde María Trinidad Enríquez –la primera alumna universitaria en el país– fundó y dirigió un periódico vinculado con la Sociedad de Artesanos, que alcanzó renombre en el sur.

Es a mediados del siglo XX cuando se inicia la presencia no episódica de la mujer en las redacciones de los diarios, además de las revistas que, como Caretas, tenían a una mujer en el rol de hombre fuerte.

Ese es un caso diferente, estamos hablando de las reporteras, periodistas de a pie con horario de ingreso y cuatro comisiones diarias por cubrir, que íbamos del aeropuerto a la protesta callejera; del Palacio de Gobierno a la barriada, ensuciándonos los zapatos como hacen los reporteros de ayer y los de hoy.

Elsa Arana Freire es uno de los primeros grandes nombres del periodismo del siglo XX; sus magistrales reportajes en el diario La Prensa llamaron la atención sobre las carencias de la población que conformaba las nacientes barriadas de los alrededores de Lima.

Para documentar esta realidad se fue a vivir temporalmente a un pueblo joven recién invadido y consiguió retratar en palabras y en imágenes las condiciones de vida de la gente en el arenal; mostrar desde dentro su cruda miseria.

Años más tarde, Elsa Arana dirigió por mucho tiempo y con notable suceso la revista semanal de La Prensa denominada “Siete Días del Perú y del Mundo”.

Comenzando los años 60 destacaban Elena Portocarrero y una muy joven entonces Jennie Vásquez-Solís, reporteras en el diario La Prensa que, entre otras proezas, cubrieron juntas el aluvión de Ranrahirca (Yungay), en enero de 1962. Fue una tragedia en la cual murieron más de cinco mil personas.

Uno de los trabajos más recordados de Jennie Vásquez-Solís fue su serie de páginas especiales denominada “campaña contra el hambre”. El tema de la desnutrición ya formaba parte de la agenda en esos años.

En la misma época hizo su aparición en el diario Correo el dinamismo en persona que era María Cristina Nadramia, autora de muchas notables páginas de destapes que insinuaban el futuro protagonismo del periodismo de investigación, desarrollado plenamente dos décadas después.

Entre los años 1965 y 1970, la invasión femenina en las redacciones era ya incontenible. Celinda Barreto unos años antes, luego Rosa López y desde 1966 esta servidora, cubríamos en La Prensa la información de coyuntura que en el argot periodístico se llama información local.

En el vespertino Última Hora aparecieron a fines de los 60 la sonrisa perenne y el paracaídas dispuesto de Ana María Sihuay Parodi, la reportera amante del vértigo. Fue una de las primeras mujeres paracaidistas en el país.

Vestidas con la discreta minifalda sesentera, zapatos de tacón mediano para poder escapar del rochabús en las manifestaciones, un toque de lápiz labial, y en la cartera, lapicero y unas carillas de papel para tomar notas, así éramos las reporteras de la prensa diaria en los años 65-70.

Por esos años hubo algunas reporteras en Arequipa y en Cusco, cuyos nombres esperamos verificar para incorporarlas a la galería de pioneras del periodismo en su más pura esencia, el que nace desde la búsqueda de la noticia y que en esos tiempos tenía también olor a tinta.

Algunas de nosotras pasamos a la televisión a comienzos de los años 70 y allí nos tocó ejercer de pioneras en cuanto a inaugurar o dirigir programas informativos y noticiosos que fueron innovadores y a la vez responsables y que no son materia de esta columna, al menos por hoy.

 

Leave a Reply