Debe ser confuso ser hincha de Universitario de Deportes en estos días. Por un lado viven su mejor inicio futbolístico de los últimos años: en tres partidos dos triunfos y un empate. Por otro lado es segunda semana que los viernes muestran titulares periodísticos dolorosos y certeros.
La semana pasada se exponía la lesión del arquero Raúl Fernández, que en el mejor de los casos lo sacaría dos meses de las canchas y ahora, entre gallos y medianoche, se anunció la partida de Raúl Ruidíaz al fútbol tailandés. La ausencia de ambos jugadores puede que duela menos tras los buenos resultados, pero podrían ser funestos con el correr de las fechas.
Carlos Cáceda es un arquero varios años postergado a la reserva. Sus partidos en primera división son contados con una mano y, por ejemplo, la victoria en el Nacional contra Deportivo La Bocana no dice nada. Con un ataque casi nulo, poco fue lo que los benjamines del torneo exigieron al portero crema. Hay que ver su rendimiento con rivales de mayor fuste.
Ojo, Raúl Fernández se está arriesgando al demorar su entrada al quirófano. Lo mismo hizo contra el Aurich, se lesionó y no quería dejar la cancha. A partir de la operación sumaría 6 meses de para. Por ahora, lo limita a un bimestre para ver la evolución de la lesión. La necesidad del equipo se estaría poniendo por encima de la integridad del jugador, eso sí a consciencia del guardameta.
Con Raúl Ruidíaz la cosa es distinta y muy mal comprendida por un grupo de hinchas en redes sociales. El delantero estaba en calidad de préstamo en Universitario. Melgar perdió bastante dinero en contratarlo y nunca llegar a gozar de su plenitud deportiva, además la “Pulga” resignó buena parte de su sueldo por volver a salvar de la baja a la “U”. Hoy, en clara mejoría económica, ambas partes se benefician con la venta al Muangthong United de Tailandia.
Hace unas semanas señalaba que la estructura de Universitario de Deportes para el 2016, era similar al de un castillo de naipes. La austeridad del presupuesto ha obligado a la administración de Raúl Leguía a contratar poco y sin dispararse en salarios. A dejar ir a José Carvallo, arquero que hoy podría suplir con solvencia a Raúl Fernández. A no tener ni voz ni voto en la permanencia de Ruidíaz, pues era prestado por Melgar.
Mucho se ha hablado de la capacidad estratégica de Roberto Chale, y la verdad viene demostrando que es un zorro viejo a la hora de parar el equipo. Pero, estas bajas en tienda merengue van a tener repercusiones en un plantel corto, y con varias fechas por delante de nuestro campeonato, a todas luces mediocre, pero desgastante.
Foto: Radio Exitosa