Venezuela en la encrucijada: Una batalla crucial

 

Los pueblos siempre estamos enfrentando situaciones límites y no existe una verdadera frontera entre el pasado, el presente y el futuro. Por eso tenía razón el gran poeta y Premio Nobel de Literatura Juan Ramón Jiménez al expresar: “Lo único permanente en la vida es la transición”.

Y pareciera que en Venezuela la disputa es entre el pasado que forcejea por regresar y el futuro que intenta seguir avanzando. Octavio Paz nos recuerda: “Todo triunfo es relativo – Toda derrota es transitoria”.

Y la verdad es que estamos en tiempos de transición. Y lo difícil es saber con precisión en qué tramo de la transición estamos.

Y Venezuela es un ejemplo. Todo el presente siglo ha estado y sigue estando en transición.

Y pareciera ser que el 6 de diciembre de 2015 se juega una nueva partida en este itinerario que siempre tiene un nuevo comienzo y no se vislumbra su tapa final.

Venezuela tiene como poder legislativo la Asamblea Nacional -Unicameral- y el 6 de Diciembre serán electos los nuevos 187 Diputados Nacionales. Y la oposición, como el Departamento de Estado, pretenden presentarlo como una elección nacional de carácter plebiscitario. El objetivo es tumbar al gobierno.

Es que los factores de poder que han condicionado siempre la voluntad de los pueblos, parece que en esta circunstancia, no encuentran, y no tienen lucidez para encontrar, la vía para que el país se vuelva a someter a la voluntad imperial y al sometimiento de los factores tradicionales de poder que manejan nuestras vidas, y sirven a los grandes intereses. La duda es simple: Golpe blando o golpe duro.

Entonces surge la pregunta: ¿Qué es lo que está en juego en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre próximo en la República Bolivariana de Venezuela?

Podemos afirmar que la batalla decisiva es la lucha por el poder.

Es cuestión de definir si el poder, que con Rafael Hugo Chávez Frías se acercó a los sectores populares para iniciar el proceso de la Revolución Bolivariana del Socialismo Siglo XXI, se consolida en términos de un proceso de transformación del ordenamiento socioeconómico, sociopolítico, sociocultural de la sociedad venezolana, o se resquebraja y los sectores oligárquicos-burgueses la retoman para seguir al servicio del sistema capitalista monitoreado por el neoliberalismo y los neoconservadores del mundo de hoy.

Esta ofensiva se observa claramente con las últimas posiciones asumidas por el imperio norteamericano, al decretar el Presidente Obama que “Venezuela representa una amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad de los Estados Unidos” y el Comandante del Sur, Jhon Kelly habló de la supuesta situación calamitosa del país, y que en caso de emergencia, estaría en la disposición de intervenir, a lo que debemos sumar las declaraciones del nuevo secretario general de la OEA, planteando que no se pueden realizar elecciones en Venezuela en las condiciones actuales, y toda la campaña mediática a nivel internacional buscando desacreditar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.

Un ejemplo: el periódico El País de España, de fecha 30 de noviembre de 2015, publica con un titular destacado lo siguiente: “Habitaciones del pánico – La peligrosa vida de los ejecutivos de España en Venezuela”. Y presenta una foto de la ciudad a oscuras.

La orquestación de esta campaña es tan vergonzosa que en estos días los periódicos de la oposición, (El Nacional–El Universal y varios más), publicaron un titular en la tapa diciendo: “Asesinaron al secretario general de Acción Democrática”, uno de los partidos socialdemócratas históricos de Venezuela, que gobernó el país durante 30 años, y que motivó toda una denuncia del Departamento de Estado, de los principales periódicos del mundo y del secretario general de la OEA, atribuyendo al gobierno la responsabilidad por la muerte del dirigente y mencionando que existe un clima de violencia preelectoral.

Pero el dato esencial es que el muerto -hecho lamentable-, era solamente el secretario general del partido de una pequeña población del interior del país y, además, con antecedentes criminales y vinculado a grupos mafiosos. No era el secretario general nacional. La media verdad y la mentira como arma letal. Era válido para ofuscar a la opinión pública a nivel internacional y confundir a nivel nacional.

Es una manera de aceitar la guerra sucia, con el fin de desprestigiar al gobierno venezolano y jaquear el proceso electoral del 6 de diciembre.

A esta situación debemos agregar la guerra económica (escasez–acaparamiento, contrabando, inflación, etc) orquestada por los intereses confabulados en contra del proceso venezolano y que victimiza a las familias, especialmente a los niños, amas de casa, personas de la tercera edad y golpea a la población en general. Se busca una insurrección popular.

Pero el pueblo no ha caído en la trampa. Indica que existe un buen nivel de conciencia ciudadana, crítica y política, sabiendo además que existen errores, ineficiencias, y hasta contradicciones en las políticas públicas, pero el grueso de las mismas, está al servicio de las grandes mayorías.

Los analistas del presente proceso electoral discrepan en sus apreciaciones con relación a cómo será el resultado de las elecciones, pero predomina la visión de que existe un cierto equilibrio en el resultado esperado.

Y se menciona el reciente triunfo de la oposición en Argentina para inflar las expectativas de los partidos e intereses opositores.

Sin embargo, se pondera con mucho tino de que ni Argentina es Venezuela, ni Venezuela es Argentina.

En esta semana previa a las elecciones, predomina en el país un clima de normalidad institucional y comienzan a llegar delegaciones internacionales, de UNASUR y de muchas otras organizaciones, para acompañar todo el desarrollo del proceso electoral.

Lo importante es que tanto a nivel mundial, y en especial en América Latina, está en marcha una intensa campaña de solidaridad internacional, destacándose el apoyo de las Centrales Sindicales (CSI – CSA), de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales – CLATE- y de los sectores progresistas de la región.

Amigo lector, qué está en juego en Venezuela el 6 de diciembre: ¿el pasado, el presente o el futuro?. Está en juego nuestro destino como nación soberana y todo el futuro de América Latina-Caribe.

 

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