La libertad de prensa en Egipto, una víctima de represión

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EL CAIRO.- La libertad de prensa en Egipto está pagando el precio de las medidas represivas del gobierno contra el grupo opositor de los Hermanos Musulmanes y de la “guerra contra el terrorismo”, lo que ha llevado a la cárcel a un número récord de periodistas.

Según un informe emitido hoy por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en sus siglas en inglés), las autoridades han puesto entre rejas a un total de 18 profesionales de la información, el número más alto registrado desde el año 1990, cuando el CPJ realizó el primer estudio de este tipo.

El informe asegura que “la amenaza de encarcelamiento” sirve para censurar a los medios de comunicación y acallar las voces críticas.

“Las autoridades continúan encarcelando a periodistas críticos mientras se comprometen abiertamente con la libertad de prensa”, denunció la ONG.

El coordinador del CPJ para Oriente Medio y el Norte de África, Sherif Mansur, explicó a Efe que su organización confirmó que un total de 18 reporteros están en las cárceles por ejercer su profesión, la mayoría de ellos acusados de pertenecer a una organización ilegal.

Esas medidas represivas se dispararon justo después del golpe militar que el 3 de julio de 2013 depuso al presidente islamista Mohamed Mursi.

Desde entonces, las autoridades egipcias han perseguido a los simpatizantes y miembros de los Hermanos Musulmanes, grupo al que declararon “terrorista”, al tiempo que han encarcelado a otros opositores laicos, activistas y periodistas, por distintos motivos.

Además de las detenciones, el Gobierno egipcio estableció, según Mansur, otras medidas para controlar a los medios de comunicación y “hacer callar las voces independientes”, sobre todo a través de reformas legislativas.

Explicó que, ante la ausencia de un Parlamento, el gobierno está preparando leyes que pueden restringir todavía más la libertad de prensa, como el proyecto para la reestructuración de los medios de comunicación y el proyecto de ley de lucha contra los delitos cibernéticos.

Mansur recordó que la mitad de los reporteros detenidos, como Mohamed abu Zaid, Abdulá al Fajuri y Said Abuhay, trabajaban en medios de información digitales, que se ha convertido en el último refugio para los periodistas independientes.

También precisó que en 2013, Egipto se convirtió en uno de los países más peligrosos para el trabajo de los periodistas después de la muerte de seis reporteros durante los acontecimientos que siguieron al derrocamiento de Mursi.

En declaraciones a Efe, el presidente del Sindicato egipcio de Prensa, Yahia Qalash, criticó las medidas gubernamentales contra los medios de comunicación bajo la excusa de la lucha antiterrorista, y defendió que las restricciones a la prensa están al servicio del terrorismo.

“Limitar la libertad de prensa sirve al terrorismo. No hay que atar las manos de los medios, sino que la prensa debe jugar un papel en la batalla de la reforma de la religión y en la lucha contra su instrumentalización con fines políticos”, agregó.

Asimismo, precisó que el sindicato defiende a todos los periodistas egipcios, sea cual sea su medio de comunicación, su afiliación política o su opinión.

Las autoridades niegan que dichos reporteros hayan sido detenidos por ejercer su profesión, y aseguran que sus arrestos responden a supuestas implicaciones en acciones ilegales, como la adhesión a organizaciones prohibidas o la incitación a la violencia.

Asimismo también limitan la libertad de información mediante nuevas trabas administrativas, especialmente para obtener imágenes en la vía pública, y han declarado el secreto de sumario en casos polémicos, como ocurrió como la muerte de la activista Shaimaa al Sabagh, el pasado 24 de enero, durante una carga policial.

El CPJ destaca el apagón informativo impuesto en algunas zonas del país, como la península del Sinaí, foco de inestabilidad desde hace varios años, donde el Ejército libra una batalla sin tregua contra el grupo yihadista Wilayat Sina, que intensificó sus ataques contra las fuerzas del orden desde el derrocamiento de Mursi.

Además de los periodistas actualmente encarcelados, las autoridades han detenido a decenas de informadores, que han sido posteriormente liberados, con el objetivo de “silenciar a quienes critican o se oponen al gobierno”, según denunció Amnistía Internacional (AI) a principios de mayo.

A pesar de ello, el pasado 11 de enero, el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shukri, estuvo presente en la manifestación celebrada en París a favor de la libertad de expresión y contra del terrorismo, convocada tras los atentados contra el semanario satírico Charlie Hebdo, en los que murieron 17 personas, incluidos varios caricaturistas.

EFE / Fuente: eldiario.es