Lo “profetizó” Kennedy y acertó

 

La “ONU” sólo puede ser; “el teatro de una gran farsa”: y a la vista está para lo que ha servido y sirve, este “gran teatro mundial” y donde van cada año a lucirse, la asquerosa hipocresía mundial y sus más destacados representantes.

¿Para qué ha servido y sirve tan costosísimo tinglado y donde los que ganaron las II Guerra Mundial, se reservan el derecho “al veto”, con lo que paralizan cualquier intento de, de verdad, hacer grandes “cosas en este podrido planeta”? ¿Acabaron las guerras y conflictos  existentes antes de su fundación y después de ella, hoy va para setenta años “del gran hecho”? ¡No! Y a la vista está, la situación mundial, que incluso hace peligrar la propia salud de la Tierra, destruida en todos los sentidos, por “los sistemas políticos que impusieron los denominados “grandes”, que no son otra cosa que “grandes inútiles”, dominados por intereses materiales, y a los que yo burdamente califiqué, “de panza y bolsillo”; que además, siguen anquilosados en ello y no se ven, ni indicios para conjuntamente, que todos varíen el rumbo y empiecen a iniciar el que deben y que toda la Humanidad, necesitamos. Y que es la única misión del poder, si llega alguna vez, “a buenas manos”.

Siguen en el destructivo sistema, de llegar a ser “los primeros”, pero sobre la base de la acumulación de armamentos y dinero, que sigue siendo el único poder que, “aquí se ha ejercido desde que se escribe la historia y seguro que antes de ello”. La inteligencia cuando ha surgido, ha sido dominada, destruida o extinguida; ya que a “los poderosos”, y en general, sólo les ha interesado el poder y la ostentación; que incluso quisieron que fuese, “hasta después de muertos”; dejando instrucciones para sus fastuosos entierros (recordemos incluso el remedo de ellos, cuál ha sido el del marido de la actual reina británica) e igualmente fastuosos “mausoleos”; aunque y como es natural en el universo, “todo muere o desaparece”; como hoy mismo ocurre con tantos hechos de su historia, incluida la tumba de “Alejandro el Grande”, la que ni encuentran “ni una piedra”, pese a lo fastuoso de la misma, según cuentan escritos y leyendas. Aun así, se siguen gastando fabulosas cantidades, en saber, “como comieron o cagaron los remotos antepasados del mono humano, o cómo éste llegó a otros “granos” del espacio, en vez de dedicar gran parte o todo ello, en de verdad, hacer una mejor y superior humanidad, de la que y según “imaginaciones privilegiadas”, aún estamos o nos tienen, al pie de los árboles, de donde se nos dice que… “bajamos”.

Pero mejor vuelvo a lo que me hace escribir así hoy; o sea lo que dijo el famoso presidente norteamericano, que según lo leído de él, y vivido en su época puesto que parte de su vida, trascurre en mi época, hasta que lo asesinaron vilmente y precisamente por cuanto fue un hombre útil a la humanidad de su tiempo; y pese a las vicisitudes que pasara, como “enfermo crónico y soportando dolores continuos”, según sus biógrafos; veamos pues, lo que en carta a uno de sus muchos amigos, dice…

“Admitamos que fuera la solución esta organización mundial, con una obediencia común a la ley. Pero la cosa no es tan fácil. Si no existe la convicción de que la guerra es el mal máximo y definitivo, una convicción bastante fuerte para impulsar a todos a mantenerse unidos, no se puede llevar a la realidad este plan internacional”

“Los políticos congregados en San Francisco le causaban una pobre impresión: les hallaba irresponsables y banales y no podía resistir la comparación con los rasgos de heroísmo y de lealtad que había conocido en la guerra o le habían relatado testigos próximos. Existía una profunda fractura entre el orden humano –compañerismo, idealismo, abnegación- en que se producen los actos anónimos y el pomposo orden oficial, en que unos cuantos representantes de las naciones victoriosas pretendían traducir en términos de equidad, los resultados, inevitablemente injustos, del choque armado. Por eso, San Francisco solo podía ser el teatro de una gran farsa”.(Tomado de una de sus biografías, que poseo)

Fue una visión de un verdadero “hombre de Estado o verdadero estadista; y por ello lo asesinan “los suyos” y además y como en otros muchos casos, no aparecen para responder de ello, los verdaderos asesinos; que como ocurriera en la crucifixión de Cristo, quedan ocultos, los culpables, que en realidad, no son otros que los de siempre, “los que debido a sus grandes privilegios y poderes, siguen queriendo exprimir a las masas en beneficio propio; y cobardemente no actúan como hicieran con Julio César, empleando sus propios cuchillos y a la luz del día, no; su cobardía y terror, les obliga siempre, a emplear sicarios que matan a quien sea; y por dinero simplemente; que es lo que hicieron en Dallas, con…”John Fitzgerald Kennedy”; para después de ello crear, “ese culto hipócrita al recuerdo de quién ya en la tumba no les puede perjudicar”. Y esa es la, “perra vida del mono humano, siempre dominado por los monos peores de sus manadas”; por ello mismo, todos los avances técnicos y materiales, no resuelven nada de lo que habría que resolverse, y que seguro, está, “en los cerebros y los caletres de quienes, ya digo, donde estamos o quieren que sigamos estando”: Amén.

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y

https://www.bubok.es/autores/GarciaFuentes

www.ideasclaras.org

 

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