Álvaro Uribe y la otra “paz de los paramilitares”

shadow

 

Tras el plebiscito por el Acuerdo de Paz con las FARC, el ex presidente Álvaro Uribe, deja su pasado turbulento  de apoyo a los grupos paramilitares, a los que trataba con guantes de seda en repentina conversión de halcón en paloma.

Curiosamente, por decir lo menos, Uribe pasaba por agua tibia a los comandos paramilitares de la ultraderecha bajo el argumento de que combatían a las FARC hasta  que estos acabaron perpetrando matanzas y se convirtieron en poderosos carteles de la droga.

Como parte de una política de seguridad, durante su mandato Álvaro Uribe  buscó negociar con grupos ilegales como las FARC el ELN y las AUC.

Videos relacionados

Los diálogos con las FARC y el ELN no tuvieron mayor consecuencia en el campo político aunque se vio un incremento en la deserción de aquellos grupos al margen de la ley.

Con las ultraderechistas  AUC ( Autodefensas Unidas de Colombia)se desarrolló una negociación con los cabecillas lo que conllevó al proceso de desmovilización de  los paramilitares en Colombia.

El proceso resultante fue cuestionado por varios críticos que temían que las condiciones no fueran las suficientes para impedir que existiera un grado, para ellos inaceptable, de impunidad en torno a materias como los crímenes de lesa humanidad o el narcotráfico así como la reparación a las víctimas.

https://www.youtube.com/watch?v=oxSrbpuRkzY

Es decir los mismos argumentos de sus detractores conque los uribistas petardearon el Acuerdo de Paz con las FARC. Es decir mano seda a los paramilitares y bala a las guerrillas.

El mismo Uribe que exige  paz sin impunidad con las FARC “olvida” que 31.454 paramilitares salieron sin pagar un solo día de cárcel en su gobierno

El otro problema es  varios grupos paramilitares han sobrevivido hasta convertirse  en poderosos carteles de la droga como el clan Úsuga que encabeza el exguerrilero Dairo Antonio Úsuga David (a) “Don Otoniel”, quien ha organizado cruentos paros armados reclamando que lo consideren “insurgente”…y poder  acogerse a un acuerdo de paz.

El presidente, Juan Manuel Santos ha señalado tajantemente que la banda de Don Otoniel es un cártel de narcotraficantes y asesinos con los que no se negociará bajo ningún argumento,

Masacre en El Aro

Las denuncias contra Álvaro se remontan a la década del 90 cuando se desempeñaba como gobernador e incluso la fiscalía pidió que se le investigue por la masacre perpetrada el 22 de octubre de 1997 cuando un grupo de paramilitares irrumpió en El Aro, un humilde caserío de Ituango en el norte de Antioquia.

Según se supo años después, la idea era “borrar el pueblo” que, por su ubicación geográfica en el corredor del Nudo del Paramillo, era una zona estratégica para las guerrillas.

Cerca de 150 miembros de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá llegaron al lugar y durante cuatro días torturaron y asesinaron a 15 personas, quemaron la mayoría de las viviendas, se robaron más de 1,000 reses y obligaron a desplazarse a los que quedaron vivos.

Por esos hechos la Corte Interamericana condenó al Estado colombiano en el 2006.

En ese momento Uribe era gobernador de Antioquia y Pedro Juan Moreno era su secretario de Gobierno.

Las versiones que los involucran en la masacre salieron en los procesos de Justicia y Paz en los que los paramilitares tenían que contar la verdad del conflicto armado a cambio de beneficios penales.

Antes del contundente  testimonio del paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano (a) Don Berna, en dos oportunidades el Tribunal Superior de Medellín ya le había compulsado copias a la Corte Suprema para que investigara al expresidente.

La Corte Suprema anuló el primer proceso, y el segundo todavía está pendiente. Se trata de un fallo de febrero del 2015 contra Cuco Vanoy, uno de los responsables de esa masacre.

En ese proceso una de las víctimas, Rosa María Posada, cuyo esposo fue torturado y asesinado, declaró que durante los días de la incursión paramilitar el helicóptero amarillo de la Gobernación sobrevoló la zona.

La aeronave era clave para la investigación porque los abogados de las víctimas sostienen que llegaron por vía aérea los suministros que permitieron que el bloque pudiera permanecer los cuatro días que duró la masacre.

https://www.youtube.com/watch?v=fBF0GRb0mRI

Uno de los autores de la masacre, el paramilitar Francisco Villalba, aseguró que además del helicóptero de la Gobernación, también sobrevolaba otro con Carlos Castaño.

El comandante paramilitar sostuvo que él estuvo presente en una reunión entre “Álvaro Uribe y Santiago Uribe, el señor Mancuso, Cobra, Noventa, Carlos Castaño, mi persona, Junior y los 22 hombres que yo tenía bajo mi mando” pero sin dar mayores pruebas.

El expresidente Uribe siempre ha negado esos hechos. Asegura que las acusaciones provienen de falsos testigos y que el CTI (Cuerpo Técnico de Investigación) los desvirtuó con pruebas desde hace años. Agrega que ningún helicóptero de la Gobernación sobrevoló la zona durante esos días.

Después  Villalba le mandó una carta cuando era presidente en la que le pedía “perdón por haber mancillado su nombre y ponerlo en la palestra pública” y se retractaba de su testimonio. En ese momento, el paramilitar se encontraba en la cárcel pagando una pena de 33 años.

Sin embargo, una inesperada decisión judicial lo dejó libre y poco tiempo después fue asesinado delante de su hija y de su esposa.

 

Leave a Reply