Ariana Grande: Una “pequeña” revolución pelirroja

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Sí uno ve a la actual ídolo juvenil Ariana Grande no podemos dejar de resaltar en su aspecto esa fragilidad que parece emanar. Chiquita, de rasgos finos, mirada traviesa y a su vez inocente, nos hace recordar a alguna muñeca repleta de ternura, alejada de los estallidos sexuales de sus más cercanas competidoras.

Ahora, si uno oye a Ariana la cosa cambia. Con ese registro vocal que no se escucha desde la aparición de Mariah Carey y con el ímpetu desplegado en el escenario. A nadie le puede quedar duda que no estamos frente a una “estrella fugaz” o uno de esos chicos talentosos cuya vigencia se puede estirar a lo mucho una década.

Ariana es grande, y lo demuestra presentación tras presentación. Ya se había dado el lujo de imponerse en una serie adolescente que fue diseñada para Victoria Justice, Victorius, donde interpretaba a la cándida Cat Valentine. Poco a poco fue ganando terreno hasta hacerse con su propia comedia: Sam y Cat.

Como buena diva, o mini diva si usted prefiere, Grande no se deja pisar el poncho por nadie. Primero fue con sus compañeras de reparto, siendo el caso más sonoro el de la ex protagonista de ICarly Jenette McCurdy con quien terminó en pésimas relaciones. Y ahora tampoco piensa permitir que nadie la opaque en su carrera musical.

La propia Bette Midler intentó minimizarla al señalar que sus coreografías eran vulgares y abiertamente sexuales. Ariana no se amilanó y le recordó a la veterana artista que ella también traspasó diversos límites en su momento, lo dijo con respeto pero a la vez se sintió “que la mandó a freír plátanos”.

A los que la tildan de tener excesivos aires de diva, ella les recuerda que una consagrada como Barbra Streisand también era cuestionada por ser demasiado creída y, sin embargo, llegó a la cúspide de la fama. No cabe duda, la mocosa será chiquita físicamente pero mira para arriba y tiene argumentos para llegar a las alturas.

Las otras chicas talento

La competencia anda dura, pues hay varias muchachitas que ostentan buenas voces y hacen noticia a diario. Por ejemplo, Miley Cirus canta maravillosamente, lo que da miedo es su necesidad de enrostrarles a todos su abierto apego a temas sexuales. Muchos la critican, otros han llegado a compararla con Madonna, otra que se calateaba a diestra y siniestra.

Selena Gomez es más bien tibiecita, es parte de ese mundillo pero ella no deja de ser “una niña de su casa”. La pobre ha sufrido los desarreglos de su ex amor, Justin Bieber, y hasta intentó aconsejarlo. Es buenita y linda, lo malo es que su voz no es tan imponente como la de Ariana y Miley.

Una que sufrió los embates de la popularidad es Demi Lovato, dueña de un poder bocal tremendo, pero las drogas y otros males la desviaron del camino. Hoy, ya recuperada va en busca de asegurarse el estrellato, sólo que su meta parece menos juvenil y más de un mercado un poco más crecidito. ¿Lo logrará?

 

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