Ausencia del básquet en Lima 2019 duele en el alma

 

El básquetbol peruano alcanzó su pico más alto de competitividad cuando clasificó y participó en los Juegos Olímpicos de Tokio 64 y de ahí en adelante en lugar de crecer empezó una rodada incontenible para llegar a la triste realidad de no tener equipo para estar en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

En todos estos años el básquetbol peruano, tanto femenino como masculino, cayó en las fauces de depredadores y se hizo añicos gradualmente con dirigentes incapaces y acusados de presuntos robos para una flagelación sin castigo para los culpables.

El básquetbol casi no existe en el Perú. Se juega en los colegios particulares y en pocas ocasiones en los centros educativos estatales. Ya no se programa los interescolares y en los barrios las canchas multiusos tienen los aros de adorno.

Cuando estuvimos en Tokio 64 hasta el score de la olimpiada nipona perteneció a un peruano. Ricardo Duarte Mungi con más de 200 puntos hizo que el nombre de Perú rayara con luces de neón en el mundo de los cestos.

Oscar Sevilla, los hermanos Sangio, Simón Paredes, ‘Tarzán’ Benalcázar, el ‘Navajo’ Saldarriaga, Juan Luis Cipriani y otros tantos le daban al básquetbol peruano una vigencia respetada.

Otros nombres como el ‘Pollo’ Guillermo Arciniega, Manuel Valerio, Gino Aseretto, Walter Fleming, Javier Dasso, Nicolás Vílchez, los hermanos Monteblanco (Ulises falleció hace poco), Manuel Reyes, Ernesto Tristán y ‘Chaqueta’ Neyra le dieron al básquetbol peruano otro nivel de plenitud y esplendor.

Había excelentes dirigentes, entre ellos, Luis Alberto Sánchez Maquiavello, Eduardo Dagnino, Tomás Moscoso y hasta el arbitraje logró talla mundial con Marcial Paredes López, el único que dirigió finales de Campeonatos Sudamericanos y Olimpiadas. De sacarse el sombrero.

En básquetbol femenino alcanzamos el top sudamericano cuando apareció una brillante generación que logró el título de la región cuando en 1977 arrebató a Brasil la hegemonía del básquetbol sudamericano.

Rosa Quelopana, Doris Delgado, Rosa Salhuana, Lidia Quintana, Schelah Allison, Bertha Román, Karin Junek, Katia Manzur y Lupe Garcés fueron capaces de interrumpir la historia a las brasileñas que eran las reinas del básquetbol.

Los equipos que antes le daban vigencia a los campeonatos han quedado en el olvido y solo los nostálgicos se acuerdan del Bilis, Chiclayana, Flecha, KDT Nacional, Longo Club, Terrazas, Teléfonos y tantos otros con existencia precaria y cadáveres de un pasado glorioso.

Lima 2019 se juega realiza en nuestro suelo y no hay forma de contener una lágrima para ver los escenarios y no aparezca Perú entre los países participantes en los Juegos Panamericanos.

Ayer nomás conversaba con Marcial Paredes, radicado en Miami, que el básquetbol ha tenido la peor suerte de caer en manos de gente inescrupulosa que solamente han llegado para satisfacer sus intereses.

Queda esperar que un nuevo amanecer tenga este deporte que en un momento daba le quitaba protagonismo al fútbol al ser considerado entre los más populares. Hoy no aparece en el mapa y eso duele comprobarlo.

 

Leave a Reply