Binacional en el campeón pero enfrenta un reto mayor

 

El título de Binacional resultó el peor castigo para los grandes del fútbol peruano, la suficiencia de los poderosos mancillada de los llamados a ganar siempre pero esta vez la coquetería del título se trasladó a Juliaca.

Juliaca, dicho sea de paso, no tiene antecedentes de ser plaza futbolística, una ciudad que de fútbol no tiene equipos que hayan referenciado su localía pero tuvo el acierto de dar cobija a un equipo como Binacional que estuvo errante por Arequipa y Moquegua para ser finalmente adoptado para continuar con su historia con páginas en blanco.

.Binacional funciona como aquel que cumple su papel de intruso que arremete y deshonra a los que tienen todo a la mano para no dejar nada al resto. Esta vez Universitario y Sporting Cristal y el propio Alianza Lima, se quedaron con  las manos vacías.

Así, Binacional se deslizó a la gloria, con poco presupuesto, pero fortalecido con una fe de hierro para tender trampas y alcanzar el título de la Liga 1 en medio del colapso capitalino que difícilmente podrá aceptar que el fútbol provinciano  se haga dueño de algo que no les pertenece.

Roberto Mosquera Vera tiene mucho que ver con este título de Binacional, juntó las piezas que le dejó su antecesor Javier Arce y en una decisión de hacer bien las cosas, dimensionó lo que tenía a mano y logró lo impensado.

Juan Aurich, FBC Melgar o Unión Huaral años atrás pisaron firme el ámbito futbolístico para hacerse notar con participación en Copa Libertadores y crispar los nervios de los que nunca creen en el fútbol provinciano.

Ya Cienciano enseñó el camino de lo que es ganar un torneo internacional. La Copa Sudamericana y la Recopa Sudamericana fueron los logros del equipo cusqueño que a la fecha resulta insuperable.

Es lo que razonablemente Roberto Mosquera en medio de la euforia por el título de la Liga 1 plantea para su continuidad con el ‘Poderoso del Sur’. Pide que la directiva del Binacional garantice una formalidad que tiene que ver con la solidez como institución, infraestructura y contrataciones de nivel para firmar su permanencia en Juliaca.

Hace bien Mosquera en exigir que la participación en la venidera Copa Libertadores no se convierta en un paso fugaz, sin nada que trascienda como ha ocurrido todos estos años en que jugar el torneo más antiguo del mundo, pasa por un tránsito incoloro.

Ya era hora que un entrenador peruano se ponga en un sitial elevado para que Binacional no se conforme con un título local sino actuar, jugar y participar para dejar algo saludable para que el fútbol peruano alcance la grandeza en esa búsqueda inútil de años con retazos de amargura.

Finalmente, Binacional alcanzó la gloria pero no es para quedarse en un logro de inicio sino la búsqueda de otras competencias, como Cienciano lo logró.

 

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