Hace mucho se temía este momento, que por tratarse de dos equipos que siempre pelean en la máxima competición futbolística europea, la Champions League, tenía que darse más temprano que tarde: el Barcelona contra el Bayern Múnich de Josep Guardiola. El regreso del técnico y crack que modernizó el fútbol del club catalán, pero esta vez con los colores del enemigo de turno, y en pleno Camp Nou. ¿Lo aplaudirán? Claro que sí, en Cataluña el Pep sólo caería en desgracia si se pusiera a entrenar al Real Madrid, con el club bávaro no hay problema. ¿Jugará a ganar Guardiola? Por supuesto, es un profesional a carta cabal y sólo honrará su retorno a esa cancha tan querida dando lo mejor de su esfuerzo. ¿Quién ganará? Eso sí es un misterio.
Luis Enrique tiene hoy mejores números que los conseguidos por el propio Josep Guardiola en su etapa con el Barcelona, pero todavía no consigue los títulos de su excompañero azulgrana. La triple corona es posible (el Barza lidera la Liga española, sigue en competencia en la Copa del Rey y ya está en semifinales de la Champions League), y ahí sí igualaría la primera y gloriosa temporada de Guardiola. ¿Cuál viene siendo el mérito de Luis Enrique como líder del club catalán? Primero que nada, haber recuperado una identidad en un cuadro que después de la salida del recordado Tito Villanova pareció extraviarse en los éxitos cosechados. Gran testigo de ese decaimiento fue la etapa del argentino Gerardo Martino. Un Barcelona donde se ponía en tela de juicio la continuidad del propio Lionel Messi, que pedía la salida de Gerard Piqué, donde Víctor Valdéz prefirió dar un paso al costado, Carles Puyol dijo adiós al fútbol, en fin un panorama negrísimo.
Otro logro de Luis Enrique fue traer dos arqueros que rinden como el alemán Marc-André ter Stegen (que ataja en la Champions League) y el chileno Claudio Bravo (guardameta en la liga). El hoy innegable acierto de Luis Suárez, el uruguayo que respondió al apoyo del Barcelona tras el mordisco dado al italiano Giorgio Chiellini en pleno Mundial Brasil 2014. Junto a Neymar y el recuperado Messi protagonizan la ofensiva más temible del Viejo Continente. Andrés Iniesta e Ivan Rakitić (otro acierto del técnico) generan harto fútbol. A estas alturas la fórmula de Luis Enrique empieza a dar frutos, y no es una copia de Guardiola ni ha mantenido “el piloto automático”. Supo soportar el temporal y ahora hay que aguantarlo.
Josep Guardiola es querido y apreciado en el Bayern Múnich, pero en Alemania desean con obsesión la Champions League, hay que recordar que el catalán arribó al club teutón cuando un anticipadamente retirado Jupp Heynckes acababa de levantar la “Orejona”. Con el Pep ya soportaron una eliminación a manos del Real Madrid, hoy tiene (aunque nadie lo admita a viva voz) la urgencia de ganar al “equipo de sus amores”. Argumentos tiene, pero deberían apurarse en recuperar al francés Franck Ribéry y al holandés Arjen Robben, el desequilibrio al máximo nivel. El arco ofrece las garantías del mejor portero del mundo Manuel Neuer, un mediocampo mágico con Mario Götze y Bastian Schweinsteiger, la delantera estelar con el polaco Robert Lewandowski y el alemán Thomas Müller. Cosa seria.
Lo cierto y preciso es que estamos ante una llave de pronóstico reservado, con historias previas como la de Guardiola y el Barcelona, dos equipos con mucho fútbol, que saben lo que es campeonar la Champions League. Cualquiera puede ser finalista, aunque si hubiera que apostar yo le doy mis fichas al Barcelona, creo que tres atacantes que viven tan buen momento le hacen daño a cualquiera, el PSG de Francia nunca perdió tan fácil en este torneo como ante el Barza de Luis Enrique, hasta el soberbio de Zlatan Ibrahimović admitió que los catalanes estaban en otro nivel.
La otra semifinal, entre el Real Madrid y la Juventus de Italia la abordaremos dentro de unas columnas, también en esa llave hay “mucho pan por rebanar”, sino que lo diga el “Chicharito” Hernández que literalmente resucitó con los merengues al vencer agónicamente al Atlético de Madrid.