El trabajo con menores es la mejor apuesta

 

Se puede trabajar con niños desde los 8 años para conducirlos y hacer de ellos un potencial que nutra a los clubes con una inyección multivitamínica y darle la oxigenación que necesita para desterrar los programas improvisados y de escasa fiabilidad.

El trabajo con menores dejó de ser un fastidio para los clubes que en el pasado dilapidaron su capital humano y no le dieron la importancia debida por aquello de que era un gasto inútil cuando en realidad la marcha en retroceso estaba instalada sin que nadie tuviera una reacción para acabar con el nefasto sentido de mirar solamente el equipo profesional.

Estaba en la cara de todos los impávidos que a sabiendas de que los fracasos internacionales nacían de una pésima política para trabajar con los más pequeños, era la punta de iceberg.

Los clubes más poderosos del mundo dan mucha importancia a las canteras porque de ahí salen los que más tarde llegarán al equipo profesional sin quebrar la economía de las instituciones. Mejor todavía cuando llegue el momento de vender, ingresará el dinero que se necesita para que los clubes dejen de ser míseras instituciones.

El fútbol ya no será el de antes

La explicación es simple, en tanto no tengamos un trabajo de base bien cimentado es inútil pedir resultados internacionales. La Copa Libertadores se juega hace 60 años y no hemos sido capaces de ganarla ni una sola vez.

Cienciano ganó la Copa Sudamericana y la Recopa como resultado de un trabajo con un equipo graneado en experiencia y amasado por un entrenador como Freddy Ternero que tuvo la lucidez necesaria para que respire un equipo con un residual humano al borde de jubilarse.

Quiere decir que Cienciano ganó los dos títulos con la divina providencia como una ecuación de fácil resolución, sin problemas difíciles y el resultado fue un disfrute que alegró al país en su momento.

Alianza Lima ha dado el primer paso para que el trabajo con menores se haga en forma bien pensada, con proyecciones, meticulosidad y presencia activa de Víctor Marulanda y Daniel Ahmed.

El programa está diseñado para que los frutos se vean recién en un buen tiempo porque aquí la inmediatez no es aconsejable.

Además, en Matute han pensado en crear escuela de talentos en provincias donde se cree hay buen material humano que debe ser bien conducidos y traer a Lima a los que reúnan mejores proyecciones.

Sería iluso pensar que Alianza Lima piense ganar un título internacional en un corto plazo, se debe pensar en una apuesta a futuro. Recién ahí podrá ser posible que, con equipos debidamente potenciados, estaríamos en condición de traer la Copa Libertadores.

Que sea Alianza Lima, Sporting Cristal, Universitario o César Vallejo, no importa cuál. Aquí se trata de una carrera hacia un objetivo, un título que es esquivo y deja secuelas de fracasos en cada intento.

 

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