Eliminatorias 1977: Perú se trae un punto de Quito y Quiroga ataja un penal

 

Perú arrancó las eliminatorias para Argentina 78 al mediodía del domingo 20 de febrero de 1977 con un sufrido empate 1 a 1 en la altura de Quito. Juan Carlos Oblitas adelantó para Perú en el primer tiempo y empató para los locales Fabián Paz y Miñoa 9 minutos del final.

Antes del empate local, Ramón Quiroga contuvoun penal en el arco norte del Atahualpa al argentino nacionalizado ecuatoriano Ángel Liciardi, y quien,como el golero peruano, había nacido en Rosario.

La prensa discutió mucho el punto logrado en la capital ecuatoriana. Un sector consideraba que era positiva la igualdad sobre los 2 mil 800 metros sobre el nivel del mar,otros indicaban que Perú debió ganar y advertían que la blanquirroja podría ver disminuidas sus posibilidades de ganar el grupo 3 clasificatorio si Chile triunfaba en tierras norteñas. Y así ocurrió, Ecuador llevó una semana después a los chilenos a Guayaquil, donde el calor no impidió a la visita ganar por 1 a 0. Este resultado obligaba a Perú a sacar por lo menos un empate en su periplo a la capital chilena.

Pero antes de que el cuadro nacional jugara en Quito, Perú pasó por Bogotá buscando llegar aclimatado a la capital ecuatoriana.El lance amistoso ante el Independiente Santa Fe en el Campín se selló con goleada de Perú por 4 a 1. El cuadro colombiano jugó con su tradicional camiseta blanca con mangas rojas. Para no confundirse con el rival, el conjunto peruano empleó una curiosa y futurista camiseta (estábamos en 1977). Esta era blanca de mangas largas,y solo llevaba en el pecho la inscripción Perú 1978. Era vistosa para la época, aunque nunca más se vio a un combinado nacional con esa indumentaria tan curiosa.

Aquella tarde, un pelucón y desaliñado“Cholo” Sotil firmó su titularato para el choque en Quito, pues anotó dos goles y Marcos Calderón, decidió que el peruano, que acababa de terminar su ciclo con el Barcelona de España, y de quien la prensa aseguraba que andaba lento y subido de peso, arrancara ante Ecuador.

Teófilo Cubillas, quien había concluido su relación con el Porto de Portugal antes de retornar al Perú y jugar por Alianza Lima, tuvo también una buena actuación ante los cafeteros.

Los ecuatorianos temían a la dupla peruana. Por ello, no sorprendió que el “Nene” fuera marcado con rudeza en Quito y el “Cholo” acabara deambulando por el área ecuatoriana sin mayores posibilidades de gol, al jugar Oblitas y Muñante muy abiertos.

Tanto fue la presión del moreno ecuatoriano José Villafuerte, sobre Cubillas en Quito, que, aburrido y “secado” por la marca y la altura,el crack peruano se la emprendió con sus propios compañeros cuando estos perdían el balón. Al retirarse de la cancha del Atahualpa, se quejaba de una lesión en el hombro. No fue la eliminatoria del “Nene” que incluso no fue convocado para los partido finales ante Ecuador y Chile en Lima.

Calderón aseguró luego de que Perú ganara la llave eliminatoria que a Cubillas lo iba a necesitar recién para la liguilla en Cali ante Brasil y Bolivia en mayo.

Volviendo al juego en Quito, la prensa nacional comentó luego del choque que Perú no había dejado la sensación de gran fútbol en Quito, pero sí de haber sacado un buen punto.

Destacaba las actuaciones en la delantera de Muñante hasta que la altura lo agotó y en la defensa de Héctor Chumpitaz, quien había solicitado permiso a Calderón para entregar la capitanía de la selección a Julio Meléndez.

Lamentaba, no obstante, la baja actuación de José Velásquez en el mediocampo peruano, elogiaba el trabajo de Quiroga en el arco peruano y le atribuía incluso que Perú no saliera vencido del Atahualpa por sus atajadas en el arco patrio.

Los medios peruanos advirtieron también que luego del gol de tiro libre de Oblitas se notó un cansancio tremendo en Perú, y que justamente por ese factor se había producido la jugada ecuatoriana que acabó en el gol de empate de Paz y Miño. Eleazar Soria reconoció después del lance que agotado no había puesto la pierna fuerte en ese fatal avance ecuatoriano que selló el 1 a 1 eliminatorio.

En el penal, que el árbitro brasileño Agomar Martins,cobró aduciendo que Meléndez se había apoyado con las manos sobre la espalda de un ecuatoriano, los diarios indicaban que Liciardi pateó débil y con dudas, lo que permitió que Quiroga contuviera el esférico.

Lucho Cruzado, que integraba la delegación peruana, había estudiado al rival y antes del penal alcanzó a decirle a Quiroga que se tirara a la izquierda. El meta peruano lo hizo y atajó el disparo, recibiendo luego la felicitación de Meléndez, quien había cometido la falta.

La prensa ecuatoriana, disconforme con la actuación de su selección, escribió que Perú había llegado con “mucho viento” de Bogotá, donde se hablaba maravillas de este cuadro, pero en la cancha de Quito, había defeccionado.

Solo resaltaba la actuación de Muñante en la delantera por sus veloces llegadas y de Quiroga en el arco y aseguraba que sin este Perúsalía derrotado de Ecuador.

Tras el punto en Quito, ya nadie dudaba que Quiroga era el arquero titular de la selección, para frustración de Humberto Horacio Ballesteros, suplente esa tarde en Quito, y que luchaba por ser el titular en la blanquirroja, lo que jamás lograría.

 

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