Empresario chino clave en matanza de Pativilca (IX)

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En el nuevo proceso judicial contra el expresidente, Alberto Fujimori, acusado de autoría mediata en la matanza de Pativilca, figura como pieza clave el empresario chino que pidió a la cúpula militar que se hiciera cargo de los seis campesinos masacrados.

La cadena de mando  sobre la que se basa la autoría mediata debe ser corroborada plenamente mediante la metodología del Iter Criminis, locución latina para referirse al camino del delito  estableciendo las etapas del desarrollo, desde el momento en que se idea la comisión de un delito hasta que se consuma.

De acuerdo a los expedientes judiciales del juicio al Grupo Colina  un empresario chino se encontraba  inmerso en la disputa de unos terrenos en los anexos de Caraqueño y San José, donde vivían las víctimas,  por lo que pidió a un familiar cercano que recurriese al general Nicolás  Hermoza Ríos, Comandante General del Ejército, para que se hiciera cargo de los pobladores.

De nada interesaba que Felandro Castillo Manrique (38), Pedro Agüero Rivera (35), César Rodríguez Esquivel (29), Toribio Ortiz Aponte (25), John Calderón Ríos (18) y Ernesto Arias Velásquez (17) no eran investigados por la Dirección Contra el Terrorismo, DIRCOTE, por lo que se mostraban confiados.

En un escenario de terrorismo de Estado, donde numerosos acusados de terrorismo, lejos de ser procesados eran detenidos para luego negar su captura, engrosando la lista de “desaparecidos”, como ocurrió con el periodista Pedro Yauri, cuyos restos hasta no han sido ubicados.

Ese era la”estrategia” del grupo Colina que nunca se enfrentó a los subversivos y había sido creado como grupo de aniquilamiento que secuestraba, torturaba, asesinaba y enterraban los cadáveres para “cerrar el caso” con ejecuciones extrajudiciales.

La cadena de mando

El grupo Colina dependía orgánicamente del Servicio de Inteligencia del Ejército y, por lo tanto cualquier operativo debía ser autorizado por el general Hermoza Ríos, quien a su vez rendía cuentas al otrora poderoso asesor presidencia, Vladimiro Montesinos, como se estableció en el anterior proceso judicial.

Solo de esa manera los  miembros del Grupo Colina podían tener acceso a tres camionetas,  armamento e incluso palas para enterrar a las víctimas.

De esa manera, el Grupo Colina partió en la madrugada del 29 de enero de 1992 a cumplir su macabra misión.

Por esta razón, el empresario chino se convierte en pieza clave del desarrollo de una de las más crueles matanzas por la que será procesado judicialmente  Alberto Fujimori.

Las torturas

De acuerdo a la  abogada de los deudos de Pativilca, Gloria Cano, el Grupo Colina condujo a los campesinos detenidos hacia  un cañaveral rumbo a Cajatambo donde fueron ejecutados, con lo que se cumplió con orden de ejecución extrajudicial.

Los verdugos no quedaron conformes  y procedieron a torturarlos, utilizando incluso sopletes para quemarles en varias partes del cuerpo. ¿Un cruel ensañamiento también era parte de la orden de aniquilamiento?.

El Grupo Colina que dirigía el mayor EP Martin Rivas no tuvo mejor idea que pintar las paredes con frases como  “Así mueren los soplones”, “Viva Sendero Luminoso” y “Viva la guerra popular”, para presentar la masacre como un ajuste de cuentas entre senderistas.

Todos los verdugos fueron condenados por ser autores materiales de la masacre pero, en este nuevo proceso, debe establecerse la cadena de mando que, de acuerdo a la acusación, la autoría mediata era del Jefe de Estado, es decir el sujeto que realiza un acto típico y antijurídico, en cuanto a su mayor o menor proximidad con el hecho mismo y su elaboración material o intelectual.

En este nuevo escenario judicial la presencia del empresario chino se convierte en pieza clave para reconstruir el origen de la masacre, es decir el Iter Criminis, pero cuyo nombre sigue brillando por su ausencia, salvo mejor parecer.

 

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