En el fútbol ¿todo vale?

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En el fútbol no hay amigos, solo amistades y también alguna escondida envidia que en esencia forma parte del comportamiento de los jugadores en un mundo de enjundiosos, talentosos, pícaros y troncos con chapa de carniceros.

La convivencia debe ser difícil porque cada quien llega formado de distintas maneras, refinados, aseados y falto de valores. Ser parte del camarín aparte de los olores a frotación, se comen vivos con tal de ser parte del selecto grupo de ser considerados entre los titulares.

En el trajín de los largos campeonatos y encierros obligatorios aparecen también el recelo y el fastidio cuando los malos resultados se empeñan en sacudir la tranquilidad del club, siendo el entrenador el primero en caer en desgracia.

En el folklórico comportamiento de nuestros peloteros aparece una figura que nadie admite, pero quedan secuelas de que algo extraño sucedió entre las paredes del camarín.

La famosa ‘camita’ resalta como un triste instrumento referido a la imperdonable actitud de hacer todo lo posible para que el equipo pierda y el técnico se vaya a la calle. Es difícil probarlo, pero caras vemos y resultados no sabemos

No es muy profesional que esto suceda, aparte de que cae en lo ruin y despreciable que una acción de este tipo deje sin trabajo a una persona. Nadie lo desea, pero hay sospechas que alguna vez haya sucedido.

El entrenador cuajado sabe bien que su primera sesión de entrenamiento es ganarse al jugador, ser amigo y guía. Un paternalismo que pocos logran, pero al final es la mejor opción. Aquello de que los jugadores ‘matan por su entrenador’ sucede cuando la convivencia armoniosa supera todos los aromas de deslealtad.

El capitán de Alianza Lima, el arquero Leao Butrón, se sintió afectado cuando en las redes sociales afirmaban que encabezó las riendas para que Miguel Ángel Russo y Pablo Bengoechea hicieran maletas y se fueran de Matute.

Butrón muy afectado se encargó de desmentir que algo de eso haya hecho porque con Bengoechea, por ejemplo, hubo una relación amical profunda y jamás podría hacer de felón encubierto.

El trabajo con menores es la mejor apuesta

De Butrón es difícil creer que se haya prestado para un fin indeseable. El arquero aliancista tiene un historial limpio. Se lo ha ganado por su correcto comportamiento a lo largo de su trajinada permanencia en el fútbol profesional.

De todas formas, en las entrañas del mundillo futbolístico se puede encontrar de todo, leales amigos, brechas insalvables de bronca gratuita y también un acabado engranaje de amistad profunda.

Una cosa es cierta, jamás un entrenador que haya sido desaforado a mitad de campeonato denunció la famosa ‘camita’. En todo caso, en su íntima complacencia sabe bien qué sucedió.

Por ahora la paralización del campeonato por el coronavirus mantiene en pausa toda las actividades en espera de que cuando se active la Liga 1, qué habrá más adelante.

Foto internet/medios

 

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