Fútbol peruano: Un año de decisiones

 

Hay buena señal de un inicio de año con masticadas esperanzas de encontrar la salida al despojo futbolístico del año pasado en que apenas un punto de doce posibles selló el mal inicio para el Mundial de Qatar 2022.

Hay que buscar, de hecho, todo lo que sume a despecho de que Gianluca Lapadula en nueve fechas de la Serie A de Italia se ha quedado con el olfato insensible al gol.

Claro que preocupa, que Lapadula convertido en el delantero de los goles negados a la selección peruana se enfrasque en un estanque quieto y sin vida.   Como también inquieta Jefferson Farfán, Orejas Flores, Cristian Cueva y Paolo Guerrero tengan raciones controladas por la enorme ola del  rendimiento futbolístico diferente al de la campaña que nos clasificó al Mundial de Rusia 2018.

El 2021 debe ser dedicado a la selección peruana y lo que muestre en la Copa América en Colombia y Argentina. Es el año decisivo en que se juega la mayor cantidad de puntos. Una atención enorme para un seguimiento de puntos tanto en casa como en el extranjero.

Otra brecha abierta es la participación de los clubes en la Copa Libertadores cuya exigencia debe ser el relleno sanitario de malos resultados en estos últimos años.

Sporting Cristal es el campeón del fútbol peruano y el más requerido para que subsane los sucesivos desastres convertidos en carne de cañón para que se ceben los rivales.

La Liga 1 debe inmiscuirse en este año en que hacer todo bien no pasa por un mero cumplimiento, pasa por metas cumplidas y en el desistimiento de intentarlo como excusa del mediocre que justica sus bajezas productivas.

Este 2021 es el año del relanzamiento del fútbol peruano, decisivo para un crecimiento sostenido, bases necesarias, para salir del atraso y estar encaminado al acercamiento de la flama de los que mandan en la región.

Depende de los dirigentes que dan mal ejemplo y se equivocan como los del Fondo Blanquiazul que cargan con el peso del descenso de Alianza Lima.

Los conductores del fútbol peruano no pueden estar bajo sospecha de dinero fácil logrado por los famosos dobles contratos y la tajada de la torta que debilitan la economía de las instituciones.

Hugo Laredo

 

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